Ensayos I. Lydia Davis

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Ensayos I - Lydia  Davis

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      Porque sin la piedra encima

      seguramente volvería.

      También hay un poeta anárquico e intrigante que vive cerca de Woodstock, Nueva York, conocido solo como Sparrow. Hace algunos años llegó a la fama (al menos en algunos círculos reducidos) por armar, él solo, un piquete de varios días en la recepción de la revista The New Yorker, acusándola de publicar poesía sosa y predecible, en lugar de poesía excéntrica y poco convencional como, en particular, la suya. Y, de hecho, la revista le compró tres poemas y publicó al menos uno de ellos. (A veces vale la pena ser persistente y protestar).

      Sparrow ha escrito muchos poemas muy pequeños, como el siguiente (“Poem”):

      Este poema reemplaza

      todos mis poemas anteriores.

      Los que a mí me llaman la atención no son los líricos. Me gustan los que aportan una nueva mirada, como Kafka en algunas entradas de su diario, como yo en mi texto “Mano”.

      Aquí hay otro pequeño poema de Sparrow llamado “Perfection Wasted”:

      Lo malo de morir

      es que ya no se puede

      ser gracioso ni encantador.

      Cuando lo leí, pensé que era un poema original de Sparrow, pero en realidad es una “traducción” de un soneto de John Updike que se publicó en The New Yorker. Lo encontré en una serie, “Translations from the New Yorker”. Estaba en un libro llamado America: A Prophecy: A Sparrow Reader.

      Otra de sus traducciones es “Garter Snake”. Voy a citar primero la traducción de Sparrow y luego un extracto del original:

      Una serpiente avanzó entre el pasto

      y la observé.

      Parecía una S.

      Cuando se detuvo, se quedó muy quieta.

      Con su movimiento, el pasto apenas se meció.

      El original, de Eric Ormsby, tiene muchas más palabras, cosa que, supongo, Sparrow trató de evitar. Así empieza el original:

      El majestuoso ondear de la culebra

      en procesión sinuosa por el pasto

      atrajo mi mirada. Quieta, alzó la cabeza

      sobre la hierba, y la elegante curva

      de su esbelto cuerpo formó la letra S

      de “serpiente”, imagino, como si esa

      majestad diminuta un signo fuera.

      Más adelante, donde la traducción de Sparrow dice “Con su movimiento, el pasto apenas se meció”, el original reza:

      […] le dio al pasto, de piedritas regado,

      y a la hondonada gris donde ondulando iba

      centellas ágiles de exuberancia

      y se movía igual que el gozo imprevisto

      platea toda atención de la mente.

      Y así termina el poema. Es posible que la versión de Sparrow, más sencilla, no funcione como poema, y que algunos lectores prefieran la riqueza del original. Pero las traducciones de Sparrow plantean varias preguntas atinadas acerca de la escritura y sobre la forma, que es lo he estado explorando hasta aquí.

      Claro está, la pregunta más apremiante nos llevaría directo al ámbito de la teoría de la traducción y todas sus problemáticas, si decidiéramos ahondar en ella: ¿es posible decir lo mismo de maneras radicalmente distintas? Si se escribe con tantas diferencias, ¿se está diciendo lo mismo en realidad?

      2007, 2012

      COMENTARIO SOBRE UN CUENTO MUY BREVE

      (“EN UNA CASA SITIADA”)

      Primera versión:

      [EN UNA CASA SITIADA]

      En una casa sitiada vivían un hombre y una mujer, con dos perros y dos gatos. También había ratones, pero se los ignoraba. Cerca de Desde la cocina [donde se habían refugiado muertos de miedo], el hombre y la mujer oyeron estallidos distantes. “El viento”, dijo la mujer. “Los cazadores”, dijo el hombre. “El humo”, dijo la mujer. “El ejército”, dijo el hombre. La mujer quería volver al hogar, pero ya estaba en su hogar, ahí, en medio del campo, en una casa sitiada, en una casa que le pertenecía a alguien más.

      Versión final:

      EN UNA CASA SITIADA

      En una casa sitiada vivían un hombre y una mujer. Desde la cocina, donde se habían refugiado muertos de miedo, el hombre y la mujer oyeron estallidos distantes. “El viento”, dijo la mujer. “Los cazadores”, dijo el hombre. “La lluvia”, dijo la mujer. “El ejército”, dijo el hombre. La mujer quería volver al hogar, pero ya estaba en su hogar, ahí, en medio del campo, en una casa sitiada.

      En aquellos días (era el otoño de 1973, yo tenía veintiséis y vivía en la campiña francesa), me obligaba a quedarme sentada en el escritorio durante una cierta cantidad de horas, escribiendo en mi cuaderno todo lo que me venía a la mente (muchas veces descripciones de lo que veía o escuchaba, pensamientos o recuerdos), como una estrategia para aproximarme a algo parecido a un cuento.

      “En una casa sitiada” surgió directamente de mi situación y de las descripciones que anoté en el cuaderno. De hecho, había cazadores y unidades militares en el campo que rodeaba la casa. Así que el párrafo que precede al primer borrador de este relato dice:

      Los disparos de los cazadores esta mañana (mientras todavía estaba acostada, tratando de ordenar mis pensamientos): un estallido, una explosión y luego un eco o una vibración, como nubes de humo que barren las colinas y regresan. Y todo está en silencio y en paz hasta el siguiente disparo sordo.

      En cuanto a los cambios que hice del primer borrador al último, saqué los dos gatos y los dos perros, y también los ratones. Los animales formaban parte de mi situación en la vida real, pero creo haber tenido la impresión de que atentaban contra lo ominoso de la historia, la “domesticaban” y, sin duda, la parte de los ratones era conversacional y distraía, se alejaba del meollo. La inclusión de “donde se refugiaron muertos de miedo” agrega dramatismo explícito, mientras que si hubiera dicho simplemente “de la cocina”, habría sido mucho menos dramático, ante todo porque la cocina se asocia a algo cómodo (hasta que llega el momento de refugiarse en ella). El cambio de “humo” a “lluvia” sirve para reemplazar lo inaudible por lo audible. Terminar la historia con la frase “en una casa sitiada”, más aún si se hace eco del título (aunque el título vino después), tiene más impacto que “en una casa que le pertenecía a alguien más”, desenlace bastante anticlimático e irrelevante; además, es confuso y agrega información nueva que no viene al caso. Último cambio: cuando llegué a la versión final,

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