Un Meta-Modelo Cristiano católico de la persona - Volumen I. William Nordling J.

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Un Meta-Modelo Cristiano católico de la persona - Volumen I - William Nordling J. Razón Abierta

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es un cuerpo-alma unificado, con una identidad personal única, que se desarrolla a lo largo del tiempo en un contexto sociocultural. Esta unidad está formada por la totalidad de la experiencia de la persona. Por ejemplo, el abuso físico afecta a la vida corporal, psicológica y espiritual de la persona. (Unidad).

      V. La persona se realiza discerniendo, respondiendo y equilibrando tres llamadas: a) sus llamadas como persona, para vivir una vida guiada por valores, centrada en el amor y las metas trascendentes; b) llamadas para cumplir con compromisos vocacionales con otras personas, como permanecer solteras, casadas o tener una clara vocación religiosa, y c) llamadas para participar en trabajos, servicios y actividades de ocio socialmente significativos. (Realizada a través de la vocación).

      VI. La persona se realiza y sirve a los demás gracias al desarrollo continuo de sus virtudes, de su carácter moral y su madurez espiritual, incluyendo el crecimiento de sus capacidades cognitivas, volitivas, emocionales y relacionales. Gracias al esfuerzo y la práctica, la persona alcanza virtudes que le permiten el logro de sus metas y su realización. Por ejemplo: los padres o madres que desarrollen la paciencia, la justicia, el perdón y la esperanza serán más capaces de realizarse como padres. (Realizada en la virtud).

      VII. La persona es intrínsecamente interpersonal, formada a lo largo de su vida mediante relaciones, como las que se mantienen con los miembros de la familia, las parejas románticas, amigos, los compañeros de trabajo, colegas de profesión, comunidades y sociedad. (Relacionalmente interpersonal).

      VIII. La persona se encuentra en interacción sensorial-perceptiva-cognitiva con la realidad externa y dispone de capacidades relacionadas, como la imaginación y la memoria. Tales capacidades subyacen a muchas de nuestras habilidades, permitiéndonos reconocer a otras personas, comunicarnos con ellas, establecer metas, sanar recuerdos y apreciar la belleza. (Sensorial-perceptual-cognitiva).

      IX. La persona dispone de la capacidad de la emoción. Las emociones, que implican sentimientos, respuestas sensoriales y fisiológicas, así como tendencias a responder (conscientes o no), proporcionan a la persona el conocimiento de la realidad externa, de los demás y de sí misma. El exceso, o déficit, de ciertas emociones es indicador importante de patologías, mientras que el equilibrio emocional es habitualmente un signo de salud. Por ejemplo, cuando se equilibra la capacidad humana de empatía, se puede producir la curación de uno mismo y de los demás, mientras que su déficit o exceso lleva a producir indiferencia o agotamiento. (Emocional).

      X. La persona dispone de capacidad racional. Esta capacidad aglutina a la razón, la conciencia de sí misma, el uso del lenguaje y las capacidades cognitivas sofisticadas, expresándose en múltiples tipos de inteligencia. Estas capacidades racionales pueden utilizarse para facilitar la curación y la realización psicológica mediante la búsqueda de la verdad sobre uno mismo, sobre los demás y sobre el mundo exterior, así como sobre nuestro significado trascendente. (Racional).

      XI. La persona dispone de voluntad libre, bajo formas importantes, y es un agente con responsabilidad moral cuando ejerce su libre albedrío. Por ejemplo, el ser humano tiene la capacidad de dar o denegar libremente el perdón, así como de ser altruista o egoísta. El aumento de la libertad partiendo de la patología y bajo la libertad de perseguir objetivos de vida positivos, así como de honrar sus compromisos, es significativo para la curación y su realización. (Volitiva y libre).

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      Una segunda aclaración importante sobre el Meta-Modelo, que puede evitar malentendidos, está constituida por la relación entre el Meta-Modelo y las teorías de la personalidad y los modelos de intervención terapéutica previamente existentes en el campo de la salud mental. Es importante que el lector sea consciente de que el Meta-Modelo no sustituye las teorías tradicionales de la personalidad, ni las teorías de la persona que se encuentran en los modelos de intervención. En cambio, el Meta-Modelo aporta una visión integral de la persona, que proporciona un marco integrador de las ricas comprensiones sobre varias dimensiones de la persona, exploradas en las teorías de la personalidad existentes, evitando a la vez el reduccionismo que se produce cuando la visión de la persona está basada en una o solo unas pocas de las teorías de la personalidad. Del mismo modo, el Meta-Modelo no sustituye a los modelos terapéuticos existentes, sino que proporciona un marco para la selección cuidadosa de una o más intervenciones basadas en su visión integral de la persona.

      Una aclaración final, dirigida a evitar malentendidos, se centra en la afirmación de que el Meta-Modelo proporciona una visión más completa de la persona. Aunque la definición teológica, filosófica y psicológica, dividida en tres partes, puede parecer al lector rica y compleja, aún pueden faltarle algunas características esenciales de la persona. Cabe señalar que esta definición de la persona se desprende de once premisas principales relativas a la persona. También, en los capítulos individuales que tratan de estas once premisas principales del Meta-Modelo, existen muchas «subpremisas» o características de la persona que se engloban bajo cada una de estas amplias premisas. Por ejemplo, esa «identidad» se caracteriza por tener un alma espiritual, existir como hombre o mujer, y desarrollarse y madurar a lo largo del tiempo, todo ello siempre bajo la premisa de que la persona es una unidad personal. La importancia de la persona como miembro de una familia y de una cultura particulares se contempla bajo la premisa de que la persona está relacionada interpersonalmente. En resumen, si al lector le pareciese que faltase algo en la definición, al final del libro descubrirá que el marco del Meta-Modelo aborda muchos otros aspectos de la persona no incluidos en el nivel más amplio de la definición o incluso en el nivel más específico de las premisas teológicas, filosóficas o psicológicas.

      ¿POR QUÉ ES NECESARIA UNA COMPRENSIÓN ENRIQUECIDA DE LA PERSONA BAJO EL ENFOQUE MMCCP EN EL CAMPO DE LA SALUD MENTAL?

      Como se ha dicho anteriormente, una suposición básica de la presente obra es que nuestra comprensión de la naturaleza humana y de la persona es fundamental para todos los aspectos de la práctica de la salud mental. Nuestra visión de la persona define el alcance de lo que observamos como problemas humanos, nuestra comprensión de cómo se desarrollan tales problemas, y nuestra interpretación de lo que se debe hacer para facilitar la curación e incluso su realización. Otra de las principales suposiciones mencionadas anteriormente en este libro es que, cuanto más completa y precisa sea nuestra comprensión de la persona, mejor será la base que se aporte para la construcción de la teoría psicológica, la mejora de la investigación psicológica, y el desarrollo de unas estrategias y metodologías de intervención más eficaces para todos los profesionales de la salud mental.

      Los campos de la psicología, filosofía y teología han aportado, cada uno, contribuciones significativas a nuestra comprensión de la persona. En un período relativamente corto, de unos cien años aproximadamente, la psicología ha desarrollado un gran conjunto de teorías «parciales» que intentan comprender a la persona. Las denominamos teorías parciales porque en muchos casos estas teorías han examinado un aspecto de la persona en profundidad, pero han descuidado otras dimensiones importantes. Estas teorías parciales incluyen, por ejemplo, la tradición psicoanalítica, con su énfasis en la vida interior o psicodinámica de la persona; el conductismo, con su énfasis en cómo el entorno influye en el comportamiento humano; la teoría interpersonal, que enfatiza la importancia de las relaciones; los enfoques cognitivos, que examinan la importancia de los procesos de pensamiento, y el existencialismo, que enfatiza la libertad humana y la importancia del significado en la vida de la persona.

      Esta lista incluye solo algunas de las principales escuelas teóricas que existen en el campo de la salud mental. Tomadas individualmente, estas escuelas teóricas aportan una importante, pero limitada, comprensión de la persona. En las últimas décadas se han hecho notables esfuerzos por reunir dos o más de estas teorías parciales de la persona con el objeto de mejorar la práctica clínica. Entre los ejemplos cabe citar la terapia cognitivo-conductual

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