Economía política de los medios, la comunicación y la información en Colombia. Diego García Ramírez

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Economía política de los medios, la comunicación y la información en Colombia - Diego García Ramírez Ciencias Humanas

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“se basa en su importancia económica y política. Entre la infraestructura y la producción de contenido se debaten las jerarquías en Colombia, es decir, se decide cuál es el sector más rentable y, por tanto, de mayor acumulación” (p. 52), lo cual constituye parte del régimen de acumulación.

      Igualmente, hacíamos la diferencia en cuanto a las empresas que la Superintendencia de Sociedades registraba como de televisión, precisando que había por lo menos tres clases: a) programadoras, productoras y difusoras, los típicos canales privados y las programadoras concesionarias de espacios; b) productoras, lo que quedó de las antiguas programadoras que no tienen concesión de espacio; y c) difusoras, las típicas proveedoras de televisión cerrada (Narváez, 2013, p. 54). En primer lugar, entre estas últimas aparece DirecTV, pero la primera entre todas las de medios era RCN Televisión.

      Con todo, al comparar el volumen de ventas y la rentabilidad de las empresas de medios con las de las empresas de telecomunicaciones, las diferencias eran abismales, como lo siguen siendo ahora. En efecto, DirecTV dejó de ser solo una empresa de televisión cerrada y por demanda y pasó a ofrecer servicios de internet e incluso de telefonía móvil, con lo que se fue convirtiendo en una empresa infocomunicacional y llegó a ocupar el puesto 143 entre las mil empresas más grandes de Colombia, con ventas de más de un billón de pesos colombianos en 2018. De esta manera, desplazó a Caracol TV, que fue la primera hasta el año 2017, ahora relegada al puesto 174, con ventas apenas superiores a 798 000 millones en 2018 (“Las 100 empresas”, 2019) (tabla 2).

UbicaciónEmpresaVentas (millones de pesos)
35Claro Fijo3 753 099
687Telefónica2 056 000
1431 069 240
194Caracol TV798 079
293Cine Colombia531 664
433RCN Televisión347 111
443Casa Editorial El Tiempo339 836
706Caracol Radio197 989
708Cinemark Colombia197 426
810RCN Radio171 340
Total7 668 385

      Fuente: elaboración propia con base en el artículo “Las 100 empresas” (2019).

      En comparación con la tabla 2, el grueso de los servicios infocomunicacionales proviene de las empresas clasificadas como de telecomunicaciones, las cuales ocupan el siguiente orden en el ranking de 2018 (tabla 3):

Puesto 2018EmpresaVentas (millones de pesos)
10Claro Móvil8 305 180
193 060 000
24Une-epm-Telco4 810 880
Total15 176 067

      Fuente: elaboración propia con base en el artículo “Las 100 empresas” (2019).

      La tabla 3 sugiere que estamos viviendo un periodo de transición significativo en cuanto a la consolidación de eso que se ha llamado sector infocomunicacional. Esto es, la fusión entre infraestructura de telecomunicaciones y transmisión de contenidos producidos por la industria cultural, tal como la definimos en los apartados anteriores.

      En efecto, en la tabla 3 solo aparecen las empresas cuyo negocio es decididamente el de telecomunicaciones, pero con poca relación con la industria cultural y, como es lógico, están dedicadas a la transmisión móvil, por lo que su interés es el espectro. En cambio, en el segundo grupo (tabla 2) las empresas de telefonía fija y servicios agregados a ella utilizan principalmente cableado y una gran infraestructura, mientras que las demás empresas mediáticas, excepto las de cine, dependen también críticamente del espectro. Entre los dos subgrupos se sitúa DirecTV, que pretende prestar todos los servicios que prestan las otras, pero utilizando el espectro y la órbita geoestacionaria.

      Es claro que las empresas del primer grupo se caracterizan por utilizar el espectro principalmente para el servicio de telecomunicaciones inalámbricas; las del segundo, el cableado para datos; las del tercero, el espectro para la radiodifusión. Entonces, técnicamente, la empresa que se perfila como integradora de todos los servicios es DirecTV. Es el punto de convergencia técnico entre las telecomunicaciones y las industrias culturales.

      Pero lo que nos importa desde la economía política es su posicionamiento económico. Como se ve por las ventas, DirecTV es a la vez la más grande entre las empresas mediáticas y la más pequeña entre las de telecomunicaciones. No obstante, la tendencia en los últimos cinco años es a crecer en abonados y en ingresos; por tanto, puede amenazar la posición de las empresas de telefonía fija y sus servicios agregados. Si a esto le sumamos la oferta y las ventas, es decir, abonados e ingresos de la televisión por demanda a través de internet —sobre la cual, desafortunadamente, no tenemos datos—, es claro que las industrias culturales tradicionales —en cuanto empresas—, como las que aparecen en la tabla 2, están seriamente amenazadas por este nuevo tipo de empresa que está en camino de convertirse en la predominante: una megacorporación infocomunicacional.

      Es en este contexto donde se inscribe la llamada Ley de TIC que se discute en el Congreso, pues ya no es posible separar las infraestructuras de telecomunicaciones de las de transmisión de contenidos y, por tanto, la regulación independiente de las telecomunicaciones y la radiodifusión se hace inútil. ¿Cuál es entonces el sentido de la Ley de TIC, si ya habíamos dicho que en 2013 se habían distribuido las frecuencias para la tecnología 4G? ¿Si ya se eliminó la Comisión Nacional de Televisión? ¿Si ya está privatizado prácticamente todo el espectro?

      Precisamente, si existe un solo espectro radioeléctrico, una sola órbita geoestacionaria y un solo territorio, a la vez que existe una tecnología que puede unificar todos los tipos de señales (satelital, microondas, de cables, etc.), entonces todas las TIC se pueden unificar en una sola red de infraestructura. Esto las constituye en un monopolio natural, pero como monopolio natural debería estar en manos del Estado. Por tanto, abrir la competencia a la instalación de diversas redes, cada una de las cuales cumple una parte de la función o repite lo que hacen las otras, es técnica y económicamente irracional.

      Luego la ley sí va en dirección a un monopolio natural, pero no estatal, sino privado. Por tanto, hay que garantizarlo y, para ello, esta ley otorga al menos tres ventajas al capital:

      • Concesión a largo plazo, ya sea de veinte o treinta años, prorrogables, no importa cuánto. El caso es que con ello se pone una barrera de entrada legal al mercado a posibles competidores.

      • El mercado del espectro. El mercado secundario del espectro sería una posibilidad del concesionario, es decir, una

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