Economía política de los medios, la comunicación y la información en Colombia. Diego García Ramírez

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Economía política de los medios, la comunicación y la información en Colombia - Diego García Ramírez Ciencias Humanas

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particular que va desde los elevados costes fijos de la producción, pasando por los relativamente reducidos costes de la distribución y la comercialización, hasta los costes marginales reducidos o casi nulos que tiene que asumir el consumidor.

      • Una presencia intensiva, en notables y vertiginosos aumentos, en las economías de escala y su participación en el producto interno bruto (PIB) local, nacional y mundial.

      Existe prácticamente un consenso en que son industrias culturales siempre que se trate de una producción y circulación de bienes y servicios cuyo valor de uso sea simbólico, ya sean producidos mediante técnicas industriales, porque se organizan como producción mercantil capitalista o por ambas características a la vez. En este punto, parece recomendable recordar que lo que las hace industrias en términos capitalistas (Narváez, 2008) es que son unidades económicas cuya fuente de financiamiento es el mercado, bien sea por tarifación o por publicidad, y no el presupuesto o el canon (Bustamante, 2004), pues el capitalismo es antes producción mercantil que industrial. Además, la producción mercantil es una relación social, mientras que la tecnología es contingente.

      Colombia y las industrias culturales

      Uno de los aspectos más difíciles para el estudio de las industrias culturales es el que tiene que ver con su delimitación conceptual, de la cual se derivan la extensión de las actividades económicas a medir y, finalmente, las unidades empíricas de observación. Estamos hablando genéricamente de algo sobre cuyo significado denotativo no hay aún completo acuerdo.

      Sin embargo, para efectos prácticos, parece que las dos instancias internacionales más concernidas con el tema, la Unesco y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), así como el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) en Colombia, se han decidido por poner en la base de la delimitación las actividades que conllevan derechos de autor. De ahí se desprenden algunas actividades relacionadas, con diferentes grados de conexión, que dan origen, por tanto, a distintas estimaciones sobre la importancia de dichas actividades económicas, como se puede ver en la tabla 1.

FuenteTipo de actividadesDescripción
Unesco Convenio Andrés Bello (CAB) MinCulturaTipo 1: producción y almacenamientoProducciones con derecho de autor Museos, bibliotecas y archivos
Tipo 2: conexas IDifusión e impresión
Tipo 3: conexas IIInsumos y transmisión
Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN)Directas• Edición de libros, revistas y periódicos• Producción y exhibición de cine• Edición y producción de música• Producción de televisión y radio• Representaciones de artes escénicas• Publicidad• Servicios de patrimonio• Servicios de investigación en ciencias humanas
Conexas I• Transmisión en radio y televisión• Servicios de impresión y papel• Comercialización de música, videos y libros
Conexas IIBienes de difusión: pantallas, televisores, VHS, radios
Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)Dirección Nacional de Derechos de Autor (DNDA)Básicas (core)Creación, producción, representación, exhibición, comunicación, distribución y venta de material protegido por los derechos de autor: música, literatura, teatro, cine, medios de comunicación, artes visuales, servicios publicitarios y sociedades de gestión colectiva
Relacionadas• Producción, fabricación y venta de equipos para la creación, producción y uso del material protegido• Fabricación y venta de aparatos como televisores, grabadoras, CD, computadores, instrumentos musicales y fotográficos, etc.
Parcialmente dependientesJoyería, arquitectura, artesanía, etc.

      Fuente: elaboración propia con base en Melo Torres (2003) y Castañeda Cordy (2008).

      Con base en estas clasificaciones, se han hecho dos estudios que propongo como paradigmáticos para establecer la importancia económica de tales industrias en Colombia6. Dado su carácter general, no solo en cuanto industrias, pueden servir para actualizar o confrontar hacia futuro.

      El principal estudio escogido por su alcance, El impacto económico de las industrias culturales en Colombia, fue realizado por el Ministerio de Cultura y el Convenio Andrés Bello (2003). Centrado en la relación entre economía y cultura, el trabajo se ocupa de cuantificar la contribución de las industrias culturales al PIB y al empleo en el periodo 1995-2002. Considerando la totalidad de las actividades, según este estudio, el sector cultural aporta en promedio 2,1 % al PIB del país en dicho periodo.

      Aunque el título del trabajo habla de industrias culturales, su contenido no le hace completamente honor. Esto se debe a que, a pesar de que se consideren industrias culturales todas aquellas actividades regidas por los derechos de autor, se incluyen actividades conexas que no necesariamente se relacionan con tales derechos.

      En efecto, la primera disonancia entre el título y el contenido aparece en el capítulo metodológico. Allí ya no se habla de industrias, sino del sector cultural como conjunto, en el cual aparecen tanto organizaciones empresariales como instituciones estatales y sin ánimo de lucro que no funcionan precisamente como industrias. En los subsectores cuantificados no se hace la diferencia entre las unidades de producción que funcionan como industrias y las que funcionan como actividades institucionales. Aun así, el estudio es el registro más completo que conocemos de las implicaciones económicas de la actividad cultural en el país, atendiendo a una suerte de justificación de su existencia ante las arremetidas del capital contra toda actividad social que no pueda ser inmediatamente cuantificada en términos de inversiones y utilidades.

      Por otra parte, la OMPI y la DNDA (2008) hacen un estimativo sobre la contribución de las industrias regidas por el derecho de autor a la economía colombiana en tres aspectos: valor agregado o contribución al PIB, contribución al empleo y contribución al comercio exterior (exportaciones e importaciones). Esta medición implica dificultades, debido a la falta de datos desagregados sobre las industrias culturales o el sector cultural en general en las principales fuentes de información como la Superintendencia de Sociedades (Supersociedades), el DANE, el Banco de la República y la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN). A pesar de ello, la estandarización metodológica internacional propuesta por la OMPI permite un acercamiento más o menos riguroso a través de la depuración escrupulosa de las diferentes cifras para evitar duplicaciones.

      Los datos construidos en el estudio indican que las industrias básicas (core) generaron el 1,9 % del PIB en 2005. Estas industrias están compuestas por 25 clases, pero son la edición de diarios y revistas (17 %) y la radio y la televisión (15 %) las que generan las dos terceras partes del valor (OMPI y DNDA, 2008, p. 54). Como es de suponer, según las fuentes ya mencionadas, el estudio solo incluye los grandes editores nacionales y regionales de periódicos y revistas, que son 48 en total, excluyendo prácticamente todos los editores locales (p. 56). Lo mismo sucede con la radio y la televisión, pues, aunque no hay datos en el estudio referido, este es un sector mucho más concentrado, como puede verse en otras fuentes (Narváez, 2013). Por otra parte, aunque la publicidad representa una proporción relativamente alta del valor agregado por los sectores básicos de las industrias relacionadas con los derechos de autor (7,3 %), este se concentra en un número bajísimo de empresas (28), a pesar del crecimiento global del sector a partir del año 2000 (OMPI y DNDA, 2008, p. 59).

      Las fuentes utilizadas arrojan también corpus y resultados distintos. Así, la Encuesta Anual Manufacturera del DANE solo incluye establecimientos de la industria manufacturera con diez o más personas ocupadas. En 2005 registró 7524 empresas, de las cuales 2526 corresponden a las relacionadas con derechos de autor (pp. 36-37). A nuestro juicio, aquí hay una sobrerrepresentación de las industrias culturales, pues más del 33

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