Violencias en la educación superior en México. Angélica Aremy Evangelista García
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2008 “‘¿Mi novio sería capaz de matarme?’ Violencia en el noviazgo entre adolescentes de la Universidad Autónoma Chapingo, México”. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, Manizales, volumen 6, número 2, pp. 709-738.
2009 “Masculinidad hegemónica, violencia y consumo de alcohol en el medio universitario”. Revista Mexicana de Investigación Educativa, volumen 14, número 42, pp. 701-719.
Villela Rodríguez, Esther y Guillermina Arenas Montaño
2011 “Acoso sexual a estudiantes de enfermería durante la práctica clínica: una mirada de género”. Rayuela. Revista Iberoamericana sobre Niñez y Juventud en Lucha por sus Derechos, número 4, pp. 41-45.
Zapata, Emma María, María del Rosario Ayala, Blanca Suárez, Rosa Lázaro y Arcelia López
2018 Violencia escolar en universidades: sociedad, Estado, familia y educación. Colegio de Postgraduados, México.
Notas
1 De acuerdo con las autoras, tienen fuerza ilocucionaria los actos de habla cuando al emitirlos de manera explícita y directa constituyen una acción. Por lo tanto, cuando la mujer a la que va dirigido el acto sexista no capta este sentido, se considera un acto fallido en “la instauración o restauración de un orden” (Mingo y Moreno, 2015: 143 y 148).
2 Capítulo III, artículo 16 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV, 2007).
3 Se refiere a la vegetación formada por árboles, arbustos y hierbas en un terreno no urbano y sin cultivar.
4Proyecto artístico y feminista de Mónica Mayer que surgió a partir de invitar a 800 mujeres a escribir en pedazos de papel rosa qué les disgustaba de la ciudad como mujeres. Las respuestas fueron montadas en una estructura tipo tendedero de ropa y estaban relacionadas con el acoso sexual que se vive en el espacio público. Como pieza artística feminista, fue presentada en 1978 en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México (https://muac.unam.mx/objeto/el-tendedero#:~:text=M%C3%B3nica%20Mayer%20(1954).&text=Cada%20una%20de%20las%20respuestas,mujeres%20en%20el%20espacio%20p%C3%BAblico).
5 Establecida a partir del 24 de marzo de 2020, mediante un acuerdo en el Diario Oficial de la Federación (2020), está conformada por cinco medidas preventivas de distanciamiento social que los sectores público, privado y social instrumentaron para mitigar la transmisión en la población del virus SARS-CoV-2 y controlar los riesgos para la salud que implica la COVID-19. Como medida de prevención de contagios se suspendieron temporalmente actividades laborales, económicas y comerciales no esenciales. Destaca la medida de suspensión temporal de las actividades escolares presenciales en todos los niveles educativos.
6Brujas: Colectiva de Feministas Universitarias (https://www.facebook.com/BrujasColectiva); Neuronas. Colectiva de feministas chiapanecas en el área de salud (https://www.facebook.com/Neuronas-Colectiva-de-feministas-chiapanecas-en-el-%C3%A1rea-de-salud-101582564810202), y Dalias Colectiva de Feministas Universitarias (https://www.facebook.com/Dalias-Colectiva-de-Feministas-Universitarias-104097234518007).
7 Ver: https://www.chiapasparalelo.com/noticias/chiapas/2021/02/mariana-fue-cremada-sin-consentimiento-de-su-madre-asesor-del-caso-ayudo-a-liberar-a-feminicida-confeso/ y https://www.chiapasparalelo.com/noticias/chiapas/2021/02/caso-mariana-ha-sido-investigado-sin-perspectiva-de-genero/
Manifestaciones de acoso escolar en la educación, ¿asunto de género?
María del Rosario Ayala Carrillo
Emma Zapata Martelo
Resumen: Hombres y mujeres participan de distinta manera en las dinámicas de violencia que se presentan en las instituciones educativas; las formas en que ejercen o reciben violencia unos y otras, así como los tipos de violencia, son diferentes. En este trabajo se analizan diversas manifestaciones de violencia experimentada y ejercida por el alumnado de instituciones de educación superior en los estados de Sinaloa, Chiapas, Estado de México y Ciudad de México. Se encuestó a 1073 estudiantes (581 hombres y 492 mujeres), y con un enfoque de género se analizaron las formas en que los estereotipos e identidades genéricas intervienen en las expresiones de violencia escolar. Los resultados muestran que, en general, a lo largo de su vida estudiantil (desde la educación primaria hasta la universidad) los hombres ejercen y sufren más violencia, como golpes con objetos, empujones o jaloneos, mientras un mayor número de mujeres reportó acoso sexual y piropos ofensivos, ello debido a que en las escuelas la socialización tiene como referente una cultura patriarcal basada en la estimulación de estereotipos relacionados con las masculinidades hegemónicas.
Palabras clave: violencia, acoso escolar, educación, género.
Introducción
La violencia o acoso escolar ¿puede considerarse violencia de género? El que los hombres reporten violencia con mayor frecuencia en las instituciones educativas, ¿tiene que ver con las relaciones de género? Estas son preguntas que nos planteamos inicialmente, sobre todo porque otras investigaciones coinciden en que los hombres sufren y ejercen más violencia escolar que las mujeres en los diferentes grados educativos.
Es necesario tener presente que en los planteles escolares se establecen relaciones de poder y que las interacciones sociales se realizan entre personas sexuadas con identidades genéricas establecidas, además de que vivimos en una sociedad patriarcal en la que el género marca inequidades y desigualdades, principalmente para las mujeres, aunque los mandatos de masculinidad para los hombres también los violentan. Al respecto, Carrillo (2015a) se pregunta si no son ellos también víctimas de una educación, heredada de antaño, que los hace victimarios pese a su voluntad; así como las mujeres son educadas para cumplir con los estándares sociales, los hombres también lo son debido a que la cultura patriarcal hereda costumbres y creencias que no son consensuadas ni cuestionadas, sino reproducidas de forma casi automática.
Las identidades de género que se reproducen en las escuelas generan y perpetúan desigualdades entre mujeres y hombres, y casi siempre conducen a relaciones de violencia, la cual surge de los roles e identidades establecidos en estructuras patriarcales que contribuyen al mantenimiento de la posición de superioridad masculina y a la subsistencia de las diferencias y desigualdades en la cultura sobre la que se han construido (Bonino, 2008). Díaz Aguado considera que