Friedrich Schiller. AAVV
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La siguiente exposición de algunas de las citas más relevantes y más conocidas de Guillermo Tell, organizadas en concordancia con la sucesión de la acción del drama y con los correspondientes comentarios, sólo puede atender, en el marco reducido de este trabajo, a algunos aspectos concretos, lo que dificulta la consecución de nuestro objetivo final, consistente en demostrar que las «palabras aladas» y las sentencias entretejen, como un hilo conductor, todo el drama y constituyen el verdadero impulso de la acción. Prácticamente la totalidad de las quince escenas está sembrada de citas, puesto que Schiller pone en boca de sus figuras palabras tan destacadas que no sólo manifiestan sino que también justifican su modo de proceder, sus motivos y sus reacciones frente al despotismo, de tal manera que, sobre la base de las citas, sería posible reconstruir el transcurso de la acción.
En el siguiente análisis se indicará el acto, la escena, el número del verso seleccionado,6 así como el nombre del personaje. Nuestros comentarios están acompañados por breves referencias al contexto argumentativo y atenderán, cuando sea preciso, a las peculiaridades morfológicas y sintácticas de la cita. Se señalarán aquellas citas que, debido a la impresionante contundencia de su contenido, que se fija fácilmente en la memoria, han entrado en el discurso cotidiano, presentando, a veces, modificaciones típicas del lenguaje coloquial, sin que el hablante sea consciente de que se trata de la cita de una obra de Schiller, lo que significa su transformación categorial en una unidad fraseológica.
Acto primero, escena primera: Canta el hijo del pescador:
Es lächelt der See, er ladet zum Bade,
Der Knabe schlief ein am grünen Gestade. (1-2)7
El efecto teatral aparentemente idílico de esta primera cita, con el canto pastoril y el cencerreo armónico de los rebaños, pronto se interrumpe por el presagio amenazador de los truenos en la montaña y la aparición en escena de Konrad Baumgarten, que huye de los soldados del gobernador y pide que le ayuden a cruzar el lago. En la argumentación del pro y del contra entre Guillermo Tell y el pescador Ruodi aparece la primera sentencia de Tell, enormemente aguda, que ha entrado en el discurso cotidiano como unidad fraseológica.
Tell: Der brave Mann denkt an sich selbst zuletzt. (139)8
La réplica del pescador constituye una cita muy frecuente sin llegar a la fraseologización.
Ruodi: Vom sichern Port lässt sich’s gemächlich raten. (141)9
La siguiente contra-argumentación de Tell presenta una antítesis y la elisión del verbo modal.
Tell: Der See kann sich, der Landvogt nicht erbarmen. (143)10
Las argumentaciones del pescador, temeroso de perecer en el lago si presta ayuda a Baumgarten, culminan nuevamente en una cita con dos antítesis.
Tell: Wohl aus des Vogts Gewalt errett ich Euch,
Aus Sturmes Nöten muss ein andrer helfen.
Doch besser ist’s Ihr fallt in Gottes Hand,
Als in der Menschen. (155-158)11
La primera antítesis (155-156) se caracteriza por la posición del atributo, representado por un sustantivo en genitivo que precede al sustantivo referencial, y la segunda (157-158) por la elisión del pronombre demostrativo. La controversia finaliza con una sentencia muy popular, utilizada como unidad fraseológica en el discurso cotidiano, a veces con la modificación de los pronombres personales por parte del hablante para su adaptación al discurso personal.
Tell: Ich hab getan, was ich nicht lassen konnte. (160)12
La segunda escena del acto primero se centra en la conversación entre Stauffacher y su esposa, Gertrud, que expresa la sentencia que se transformó en una unidad fraseológica muy conocida en la actualidad.
Gertrud: Der kluge Mann baut vor. (274)13
La tercera escena del acto primero se sitúa en la plaza de Altdorf y representa la tiranía del alcaide feudal durante la construcción de un fortín que simboliza la opresión del pueblo. Tell y Stauffacher se acercan al maestro cantero, resignado por la extrema solidez del fortín que servirá de cárcel para el pueblo. Sin embargo, las palabras de Tell reflejan su firme confianza; que las montañas, su símbolo de libertad, serán más sólidas que cualquier fortín.
Tell: Was Hände bauten, können Hände stürzen. (387)14
Esta sentencia, de uso frecuente, se introduce, en analogía con muchos proverbios, con un pronombre relativo, un recurso característico para enfatizar su validez general.
En la misma escena se produce el diálogo entre Tell y Stauffacher, que se puede considerar paradigmático de la argumentación del pro y del contra. Stauffacher intenta convencer a Tell de la necesidad de actuar juntos contra la opresión oligárquica. Tell, por el contrario, defiende su posición de individualista, esto es, actuar en solitario. Así lo demuestran las sucesivas tesis y antítesis argumentativas.
Tell: Das schwere Herz wird nicht durch Worte leicht.15
Stauffacher: Doch könnten Worte uns zu Taten führen.16
Tell: Die einz’ge Tat ist jetzt Geduld und Schweigen.17
Stauffacher: Soll man ertragen, was unleidlich ist? (418-421)18
Tell no quiere provocar a los tiranos, aún cree en el orden natural de la razón, y confía en que al hombre pacífico se le conceda la paz. En este sentido hay que entender la siguiente sentencia, que, por su contenido extremadamente agudo, ha entrado en el discurso cotidiano y constituye una unidad fraseológica utilizada con frecuencia.
Tell: Die Schlange sticht nicht ungereizt. (429)19
Stauffacher,