Friedrich Schiller. AAVV
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26 «Un noble presente del cielo es ver la luz con los ojos».
27 «Morir es nada, pero vivir y no ver es una desgracia».
28 «Se dice pronto, pero es difícil hacerlo».
29 «El tiempo trae el consejo».
30 «Con el arco y la flecha / por montañas y valles / va el cazador / al amanecer...».
31 «El buen cazador se ayuda a sí mismo».
32 «A temprana edad debe empezar a aprender el que quiera llegar a ser un maestro».
33 «Teniendo el hacha en casa, no se necesita carpintero».
34 «Quien piensa demasiado, poco rendirá».
35 «Yo obro bien y no temo a ningún enemigo».
36 «De hombre a hombre, y al lado nuestro el precipicio».
37 «(Acaso) he de llegar a ser el verdugo de mi hijo».
38 «El fin es digno (de ti), y el premio es grande».
39 «Es peligroso llevar consigo un arma mortal, / y la flecha se vuelve contra el ba lles tero».
40 «No quiero tu vida, quiero el disparo».
41 «Ahora sálvate a ti mismo, (así) salvas a todos».
42 «El arco se rompe si se tensa demasiado».
43 «Ha caído la manzana».
44 «Hay un Dios para castigar y para vengar».
45 «Pues cada camino conduce al fin del mundo».
46 «Un invitado triste no corresponde a una boda».
47 «Aquí hay una boda y en otro lugar un entierro».
48 «Al débil también se le ha dotado de aguijón».
49 «La mejor persona no puede vivir en paz, / si esto no le gusta a su vecino depravado».
50 «Es el disparo de Tell».
51 «Libres son las cabañas, la inocencia está segura ante ti, ya no causarás daño a este país».
52 «En un instante llega la muerte al hombre, / no le es dado ningún plazo, / le derriba en medio del camino, / le arrebata la vida plena; / preparado o no para partir, / tiene que comparecer ante su juez».
53 «Nosotros lo hemos construido, nosotros también sabemos destruirlo».
54 «La venganza no da fruto».
55 «El que (al morir) quiere cosechar lágrimas, debe sembrar amor».
56 «No me está permitido detenerme entre los hombres afortunados».
LAS TRADUCCIONES DE SCHILLER AL VASCO
Ibon Uribarri Zenekorta
UPV/EHU
INTRODUCCIÓN
Este artículo presenta los resultados de una investigación sobre las traducciones de Schiller al vasco con ocasión del bicentenario de su muerte. Esta investigación se enmarca en otra más amplia que está catalogando y estudiando las traducciones del alemán al vasco en general.1 Éste es el primer trabajo específico sobre un autor concreto dentro de esa investigación más amplia, al que seguirá otro sobre Heine, en preparación. Este trabajo tiene un carácter descriptivo de las traducciones que se han podido identificar y del contexto de su génesis como aportación a la historia de la traducción al vasco. De hecho, en este estudio aparecen como traductores de Schiller algunos de los personajes clave de la cultura vasca del siglo XX, como Azkue, Mirande y Labaien. El análisis textual en profundidad de estas traducciones queda para otra ocasión en un futuro próximo.
LA PRIMERA TRADUCCIÓN
La primera traducción de Schiller vino de la mano de R. M. Azkue (1864-1951), y es seguramente el primer texto que se ha traducido directamente del alemán al vasco.2 El interés de Azkue, fundador de Euskaltzaindia, la Academia Vasca de la Lengua, por la Ode an die Freude (Himno a la alegría) no fue directo, sino mediado por la novena sinfonía de Beethoven. Antes de hablar de esta traducción, vamos a presentar brevemente el camino que lleva al padre Azkue hasta la misma.
Azkue fue un lingüista y folclorista importantísimo, que ocupó la primera cátedra sobre euskara en Bilbao (superando en la oposición a Sabino Arana y a Miguel Unamuno). Fue también el fundador y primer presidente de la Academia Vasca de la Lengua. Y, finalmente, fue también músico, compositor de muchísimas piezas, incluidas dos óperas en vasco. Sin embargo, las biografías de un personaje tan señalado de la cultura vasca apenas mencionan su labor como traductor. Ahora se tratará de suplir brevemente esa carencia en relación con el asunto que nos interesa, las traducciones del alemán al vasco.
Azkue aprendió algo de alemán antes de sus primeros viajes al extranjero, y la afición le vino a través de la música, ya que había visto una representación de Lohengrin en Bilbao y se convirtió en un admirador de Wagner. Ya en época temprana escribió textos periodísticos sobre temas alemanes: «Alemaniako agintarien ibilerak», 1897; «Bismarck-en iazoera bat»,