Framers. Viktor Mayer-Schonberger

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Framers - Viktor Mayer-Schonberger страница 11

Framers - Viktor  Mayer-Schonberger

Скачать книгу

de personas, pero estaban en juego las vidas de cientos de millones más. Al principio la OMS ganó la discusión y solo se adoptaron medidas locales. Pero la rápida expansión del ébola acabó confirmando la visión alarmista de MSF. Entonces se desató el pánico a nivel mundial. (Donald Trump, que por aquel entonces era un promotor inmobiliario convertido en estrella de televisión, tildó al presidente estadounidense Barack Obama de “psicópata” por no querer cancelar los vuelos provenientes de África Occidental y tuiteó: “¡no los dejéis entrar!”, (aunque en realidad no había ningún vuelo directo entre esas dos regiones).14 Solo las medidas extraordinarias que tomaron los Gobiernos consiguieron contener la propagación y, finalmente, la crisis acabó disminuyendo.

      Todos los países tenían los mismos datos, al igual que había ocurrido con la OMS y MSF en 2014. Y al igual que en el caso del ébola, la manera en que los países enmarcaron inicialmente el COVID-19 afectó las opciones que concibieron, las acciones que emprendieron y cómo les fue al principio de la crisis. Las respuestas de Reino Unido y de Nueva Zelanda en particular son un buen ejemplo para demostrar que escoger marcos distintos produce resultados diferentes.

      Dos organizaciones. Dos países. Mismos datos y mismos objetivos, pero diferentes marcos y diferentes acciones. Y resultados muy diferentes.

      Los marcos nos ayudan a llegar hasta dónde queremos ir, pero somos nosotros los que tenemos que elegir hacia dónde dirigirnos. En cierto modo resulta reconfortante, ya que significa que seguimos teniendo el control. Pero también puede resultar abrumador. Por muy poderosos y versátiles que sean los marcos, y por muy valiosos e indispensables que pueden llegar a ser, en última instancia somos nosotros los que tenemos que escoger.

      visualizar nuevos mundos

      Los marcos nos permiten visualizar aquello que no podemos percibir. Se trata de un superpoder que poseemos todos los humanos. Hay varios motivos que justifican que no podamos ver algo directamente; quizá no tengamos tiempo de recabar información o no queramos hacerlo o no podamos hacerlo porque los datos nos eluden. En todas estas situaciones no podemos ver directamente el panorama completo, pero nuestros modelos mentales nos ayudan a llenar el espacio en blanco. Gracias a ellos podemos ampliar nuestra capacidad de toma de decisiones mediante nuestra imaginación, que nos permite ir más allá de lo inmediato y adoptar ideas más generales y abstractas. Esto nos anima a utilizar nuestro intelecto para propósitos que de otra forma solo hubiéramos podido soñar.

      Para entender hasta qué punto podemos utilizar los marcos para llenar el espacio en blanco, vamos a examinar los alunizajes. Cuando el modulo lunar del Apolo 11 se posó encima de la superficie de la Luna en el verano de 1969, fue una hazaña extraordinaria. Pero los astronautas no llegaron a la Luna gracias a los motores atronadores Saturno V ni a los nuevos ordenadores rudimentarios. En realidad, en más de un sentido, fue gracias a nuestra capacidad de utilizar los marcos para “ver” lo que no podemos percibir.

      Nadie sabía cómo navegar a través de los más de trescientos cincuenta mil kilómetros de espacio vacío que hay entre la Tierra y la Luna. Los expertos de la NASA tuvieron que imaginárselo, crear un modelo mental de la navegación espacial y las herramientas que necesitarían para poder hacerlo realidad. Y no se trataba simplemente de que la brújula no funcionara, sino que los conceptos de norte y sur no tenían ningún sentido en el espacio. Asimismo, los ingenieros ape­nas tenían experiencia en construir motores que pudieran funcionar en el frío vacío del espacio y que además se pudieran activar y reactivar solo con pulsar un botón. Así que construyeron el cohete basándose en los modelos mentales de cómo operan los motores no solamente en la atmósfera de nuestro planeta, sino también en el espacio. Las pruebas que hicieron ayudaron mucho, por supuesto, pero sirvieron sobre todo para verificar lo que los científicos ya habían imaginado en su cabeza.

Скачать книгу