Framers. Viktor Mayer-Schonberger
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Al aplicar su marco se les ocurrieron muchas opciones que podían causar el efecto deseado, pero supieron seleccionar acertadamente las más relevantes. Fue un proceso muy eficiente y finalmente les hizo ganar la carrera del primer vuelo a motor del mundo. Pero no triunfaron porque se les ocurriera algo completamente nuevo, sino porque aplicaron magistralmente el marco que habían llegado a la conclusión que encajaba mejor. Los hermanos Wright no eran genios, sino enmarcadores ejemplares. Lograron tener éxito por pensar en clave de causa y efecto, imaginar alternativas y aplicar los límites derivados de las leyes de la física. Estos tres elementos, la causalidad, la contrafactualidad y las limitaciones, son la base esencial para aplicar marcos.
La historia de los hermanos Wright también evidencia que el marco en sí no es una solución, sino que simplemente es un medio para encontrarla. Utilizar un marco no es un acto únicamente instintivo; también es un acto meditado. Y no es algo instantáneo ni automático, como encender un interruptor. Requiere tiempo y determinación. Enmarcar es un proceso, un método que guía la mente humana para comprender, imaginar y evaluar sus opciones.
valores y maneras de ver el mundo
Los marcos también nos ayudan a poner en práctica nuestros valores. Al obligarnos a sopesar entre varias opciones, nos fuerzan a trazar una línea entre las que consideramos buenas y malas. El momento en que tenemos que limitar nuestra imaginación de acuerdo con los objetivos es cuando nuestros valores entran en juego. Evidentemente los marcos no sustituyen los valores, simplemente encajan o no con nuestras necesidades. Son el mecanismo mediante el cual sopesamos distintas opiniones. Sin los marcos, no tendríamos manera de juntar nuestros objetivos con nuestros valores para trazar una posible línea de acción.
Los marcos no solamente nos guían hacia nuestros objetivos, sino que también moldean nuestra visión del mundo. El hecho de verlo desde una perspectiva cognitiva en particular puede provocar que esta se convierta gradualmente en una dimensión más general del razonamiento de un individuo. En un experimento de 2010 en Etiopía, los investigadores cambiaron la perspectiva de un grupo de personas para que vieran que podían controlar su futuro. En consecuencia, empezaron a ahorrar más y a invertir en la educación de sus hijos e hijas, indicando así que alterar la manera de enmarcar algo puede reportar beneficios tangibles. Ese estudio también hizo hincapié en el impacto que los modelos mentales pueden tener en el desarrollo económico.27 En cambio, si un individuo se adhiere al marco de que la Tierra es plana, chocará constantemente con varios marcos científicos. Con el tiempo, puede que ese choque constante acabe convenciéndole de abandonar el marco del terraplanismo o, por el contrario, puede que acabe convirtiéndose en un escéptico de la ciencia en general.
Podríamos incluso atrevernos a decir que, puesto que los marcos moldean nuestra manera de ver el mundo, en cierto modo también moldean el mundo. Un buen ejemplo de ello sería la fijación de los precios de los mercados financieros. El modelo de Black-Scholes28 (un marco matemático muy utilizado para fijar precios) provocó que los precios se fijaran muy cerca del precio que el marco había predicho, lo que a su vez hizo que las instituciones financieras promovieran la aplicación de ese marco y en consecuencia los precios acabaron acercándose todavía más a las predicciones del este. Los marcos tienen un componente de autocumplimiento: cuanto más se utilizan, más se valida su uso (hasta cierto punto).
Y no solo ocurre en los mercados financieros. Cuanta más gente se adhiere a cualquier marco, más se legitima ese marco en cuestión, ya sea el modelo mental de los derechos humanos, la filantropía, el patrón oro o las opiniones horriblemente racistas. Por ejemplo, el marco del racismo sugiere que los blancos y los negros son diferentes, y en consecuencia surgió la doctrina del “separados pero iguales”, las leyes del apartheid y los sistemas sesgados de IA, que a su vez reforzaron todavía más el marco del racismo. Asimismo, el marco de los derechos humanos hizo que los países instauraran cortes de derechos humanos y que esos derechos se enseñaran en las escuelas, lo que a su vez reforzó todavía más este marco. Y lo mismo ha ocurrido con la conciencia ambiental, que logró impulsar leyes contra la polución y subsidios para las energías renovables, que a su vez afianzaron el pensamiento sostenible. Por muy pernicioso que sea alguno de los ejemplos, todos ellos son una prueba del poder que tiene la capacidad humana de enmarcar. Y también ilustran lo difícil que resulta librarse de un marco una vez se adhiere en la sociedad.29
Los marcos sirven para mucho más que para hacernos tomar mejores decisiones. Nos ayudan a introducir nuestros valores en las decisiones que tomamos y a su vez influencian nuestra manera de ver el mundo, e incluso moldean la realidad. Nuestra relación con los marcos es intensa y multidimensional. Por lo tanto, resulta evidente que hay mucho en juego cada vez que escogemos un marco para una situación en concreto.
elegir el marco adecuado
Aplicar un marco es un proceso relativamente estructurado regido por la causalidad, la contrafactualidad y los límites. Pero elegir el marco adecuado es significativamente más difícil.
Si un individuo tiene un amplio repertorio de marcos le resultará más sencillo encontrar uno que encaje bien con la situación vigente que si tiene un repertorio más escaso o lleno de marcos parecidos. Imaginemos por ejemplo a un músico al que solo se le da bien un género en particular, pongamos que la música country. Siempre se sentirá tentado a cantar una canción deprimente con voz suave sea cual sea la ocasión e independientemente de si resulta apropiada o no. En cambio, es mucho más probable que un músico que tiene un amplio repertorio encuentre la canción que encaje perfectamente con cada momento.
Sin embargo, no basta con tener un amplio repertorio. También tenemos que conocer las cualidades de cada marco y ser conscientes de sus fortalezas y debilidades. De lo contrario no sabremos qué marco se ajusta perfectamente a nuestros objetivos y el contexto en el que nos encontramos.
Por ejemplo, los buenos oradores no solamente saben cómo expresar ideas y emociones de distintas maneras, sino que también son capaces de determinar la que se ajusta mejor a cada situación. Hoy en día todavía recordamos el famoso Discurso de Gettysburg de Abraham Lincoln, el de Sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor que pronunció Winston Churchill ante un Reino Unido aterrorizado por la guerra y el de Tengo un sueño de Martin Luther King júnior porque dieron con el tono perfecto; pronunciaron las palabras adecuadas en el momento acertado. Pues con los marcos ocurre lo mismo: si logramos conocerlos y comprender bien sus cualidades distintivas, conseguiremos utilizarlos mejor.
Sin embargo, el primer obstáculo que nos encontramos para elegir el marco adecuado es que estamos cognitivamente sesgados para ceñirnos a los marcos que ya hemos utilizado anteriormente; tal y como reza el concepto de la ley del martillo, si tu única herramienta es un martillo, todos los problemas te parecerán clavos. Sin embargo, ceñirse a un marco que ya hayamos utilizado y que nos resulte familiar no tiene por qué ser siempre malo. De hecho, ceñirse a un marco que ha demostrado funcionar anteriormente es una buena estrategia. Nos permite tener que pensar menos en lo que tenemos que hacer y aun así obtener buenos resultados. Si aplicamos el mismo marco una y otra vez seguramente aprendamos a utilizarlo mejor, perfeccionemos nuestras habilidades y obtengamos resultados incluso mejores.
Sin embargo, ceñirse siempre a un modelo mental familiar también limita nuestra capacidad de cambiar de perspectiva utilizando un marco alternativo. Tal y como dijo el inversor de capital de riesgo Eugene Kleiner, “resulta complicado ver el cuadro completo estando dentro del marco”.30 Puede que las circunstancias cambien, que los objetivos evolucionen o que una situación que parece similar a una que ya hayamos experimentado en realidad no lo sea. Quizá nuestros marcos de confianza no encajen perfectamente en ninguno de estos casos. En momentos así lo mejor que podemos hacer es realizar un examen más exhaustivo para encontrar un marco más adecuado. Puede que lo hallemos dentro de nuestro propio repertorio si le dedicamos el tiempo necesario, nos esforzamos y rebuscamos cuidadosamente.