Framers. Viktor Mayer-Schonberger

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Framers - Viktor  Mayer-Schonberger

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los hermanos; cuando dejaron volar la imaginación por primera vez, se centraron en los diseños de hélice más prometedores. Y esos fueron los que examinaron y probaron cuidadosamente.

      Al aplicar su marco se les ocurrieron muchas opciones que podían causar el efecto deseado, pero supieron seleccionar acertadamente las más relevantes. Fue un proceso muy eficiente y finalmente les hizo ganar la carrera del primer vuelo a motor del mundo. Pero no triunfaron porque se les ocurriera algo completamente nuevo, sino porque aplicaron magistralmente el marco que habían llegado a la conclusión que encajaba mejor. Los hermanos Wright no eran genios, sino enmarcadores ejemplares. Lograron tener éxito por pensar en clave de causa y efecto, imaginar alternativas y aplicar los límites derivados de las leyes de la física. Estos tres elementos, la causalidad, la contrafactualidad y las limitaciones, son la base esencial para aplicar marcos.

      La historia de los hermanos Wright también evidencia que el marco en sí no es una solución, sino que simplemente es un medio para encontrarla. Utilizar un marco no es un acto únicamente instintivo; también es un acto meditado. Y no es algo instantáneo ni automático, como encender un interruptor. Requiere tiempo y determinación. Enmarcar es un proceso, un método que guía la mente humana para comprender, imaginar y evaluar sus opciones.

      valores y maneras de ver el mundo

      Los marcos también nos ayudan a poner en práctica nuestros valores. Al obligarnos a sopesar entre varias opciones, nos fuerzan a trazar una línea entre las que consideramos buenas y malas. El momento en que tenemos que limitar nuestra imaginación de acuerdo con los objetivos es cuando nuestros valores entran en juego. Evidentemente los marcos no sustituyen los valores, simplemente encajan o no con nuestras necesidades. Son el mecanismo mediante el cual sopesamos distintas opiniones. Sin los marcos, no tendríamos manera de juntar nuestros objetivos con nuestros valores para trazar una posible línea de acción.

      Los marcos sirven para mucho más que para hacernos tomar mejores decisiones. Nos ayudan a introducir nuestros valores en las decisiones que tomamos y a su vez influencian nuestra manera de ver el mundo, e incluso moldean la realidad. Nuestra relación con los marcos es intensa y multidimensional. Por lo tanto, resulta evidente que hay mucho en juego cada vez que escogemos un marco para una situación en concreto.

      elegir el marco adecuado

      Aplicar un marco es un proceso relativamente estructurado regido por la causalidad, la contrafactualidad y los límites. Pero elegir el marco adecuado es significativamente más difícil.

      Si un individuo tiene un amplio repertorio de marcos le resultará más sencillo encontrar uno que encaje bien con la situación vigente que si tiene un repertorio más escaso o lleno de marcos parecidos. Imaginemos por ejemplo a un músico al que solo se le da bien un género en particular, pongamos que la música country. Siempre se sentirá tentado a cantar una canción deprimente con voz suave sea cual sea la ocasión e independientemente de si resulta apropiada o no. En cambio, es mucho más probable que un músico que tiene un amplio repertorio encuentre la canción que encaje perfectamente con cada momento.

      Sin embargo, no basta con tener un amplio repertorio. También tenemos que conocer las cualidades de cada marco y ser conscientes de sus fortalezas y debilidades. De lo contrario no sabremos qué marco se ajusta perfectamente a nuestros objetivos y el contexto en el que nos encontramos.

      Por ejemplo, los buenos oradores no solamente saben cómo expresar ideas y emociones de distintas maneras, sino que también son capaces de determinar la que se ajusta mejor a cada situación. Hoy en día todavía recordamos el famoso Discurso de Gettysburg de Abraham Lincoln, el de Sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor que pronunció Winston Churchill ante un Reino Unido aterrorizado por la guerra y el de Tengo un sueño de Martin Luther King júnior porque dieron con el tono perfecto; pronunciaron las palabras adecuadas en el momento acertado. Pues con los marcos ocurre lo mismo: si logramos conocerlos y comprender bien sus cualidades distintivas, conseguiremos utilizarlos mejor.

      Sin embargo, el primer obstáculo que nos encontramos para elegir el marco adecuado es que estamos cognitivamente sesgados para ceñirnos a los marcos que ya hemos utilizado anteriormente; tal y como reza el concepto de la ley del martillo, si tu única herramienta es un martillo, todos los problemas te parecerán clavos. Sin embargo, ceñirse a un marco que ya hayamos utilizado y que nos resulte familiar no tiene por qué ser siempre malo. De hecho, ceñirse a un marco que ha demostrado funcionar anteriormente es una buena estrategia. Nos permite tener que pensar menos en lo que tenemos que hacer y aun así obtener buenos resultados. Si aplicamos el mismo marco una y otra vez seguramente aprendamos a utilizarlo mejor, perfeccionemos nuestras habilidades y obtengamos resultados incluso mejores.

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