La transición española. Eduardo Valencia Hernán

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un intento de manifestación sin éxito el 24 de junio de 1975 en la Plaza Santa Ana de Mataró, reprimida nuevamente por las Fuerzas de Orden Público.

      Finalmente, creo importante destacar que la historia de esta organización local estaría incompleta si se obviase la participación de las demás organizaciones asamblearias esparcidas por todo el Maresme presentes en la Asamblea. Me refiero a las Asambleas Democráticas de Alella, Arenys de Mar, Arenys de Munt, Calella, Canet de Mar, El Masnou, Montgat, Premià de Mar, Sant Pol y Tiana, que aquí quedan en el recuerdo.

      Con la desaparición del dictador comenzó una nueva etapa para la ADM caracterizada por una ligera relajación policial en sus primeros momentos, más aparente que real, lo que animó a incrementar las actividades antifranquistas; de este modo, en noviembre de 1975 se efectuó una «crida» por el restablecimiento de la democracia y dos meses después también se entregaron dos mil firmas al Ayuntamiento de Mataró exigiendo la amnistía general. Poco tiempo después fueron sucediéndose diversas protestas contra la represión policial ejercida en Elda, Vitoria y Tarragona y por la supresión gubernamental de las conferencias políticas programadas en Mataró bajo el nombre de «las terceras vías», prohibición que causó gran estupor en la ADM.

      No obstante, conforme se iba adelantando en el periodo transicional, las actividades de lucha fueron disipándose; si bien, pasado justo un año después de morir Franco, tuvo lugar la presentación pública de la ADM ante el pueblo de Mataró. Desde entonces las actividades de la ADM estuvieron coordinadas casi en su totalidad por los mandatos que provenían desde la CPAC, donde ya estaban incluidos algunos representantes del Maresme. Así continuó la actividad de esta asamblea hasta su práctica extinción que coincidió con la Diada Nacional de Cataluña en 1977, celebrada al unísono en la plaza de Santa Ana de Mataró y en otros puntos de la geografía catalana.

      254. «Hagamos de este “Aplec’ un acto de afirmación nacional catalana» 4-6-1972. Se publicó un documento titulado firmado por la Comissió D’Activitats Cíviques del Maresme, la Selva y el Gironès y refrendado por la CPAC, en AHCNOC, «Asamblea de Cataluña», Carpeta, 4-6-1972.

      255. Treball, 1-6-1971.

      256. Secretario general de CC.OO. de Cataluña (1976-95).

      257. En CUSACHS i CORREDOR, Manuel y PUIG i PLÁ, Josep, L´Assemblea Democrática de Mataró, 1973-1977, Mataró, Ed. Del Maresme, Robafaves, 1983, p. 15. También ver FRC, AJR, «Assemblea de Mataró», Carpeta 55/1, 10-10-1971.

      258. CUSACHS, Manuel, op. cit., p.17.

      259. PUIG i PLÁ, Josep, entrevista efectuada el 13-05-2006.

      260. CUSACHS, Manuel, op. cit., p. 23.

      261. PUIG i PLÁ, Josep, , entrevista efectuada el 13-05-2006.

      262. AHCNOC, «La Assemblea Democràtica de Mataró», Carpeta, 5-11-1975.

      263. CUSACHS, Manuel, op. cit., p. 30.

      De la Taula Unitaria a la Asamblea de Cataluña de Osona (Comarcal)

      Otro ejemplo característico de plataforma unitaria con una proyección superior a la local fue la que se desarrolló en Vic abarcando toda la comarca de Osona. En dicho lugar y dada su particularidad rural, los movimientos sociales y políticos antifranquistas tuvieron menos relevancia que en las zonas más industrializadas donde la lucha obrera tenía más impacto. Sin embargo, esto no quita valor histórico al proceso opositor antifranquista que surgió en esta sociedad rural.

      En la década de los años sesenta, el fenómeno asociativo llamado Cineclub tuvo un éxito inesperado en toda España. ¿Quién no recuerda aquella serie televisiva, Crónicas de un Pueblo, donde el Cineclub reunía la vida asociativa del lugar? También en Vic tuvo su protagonismo como un lugar de encuentro y de desarrollo político-cultural, llegando incluso el régimen, a intentar controlar su funcionamiento a través de la Federación Española de Cineclubs.

      En esta capital de la comarca de Osona, destacó el llamado Cineclub de Vic (CCV) que estaba controlado por la diócesis episcopal donde su titular era el doctor Masnou, obispo de Vic. En aquel lugar de encuentro se fue desarrollando una corriente asociacionista que dio lugar al nacimiento del movimiento conocido como Solidaritat, conducido por Segimon Serrallonga (PSUC) y Xavier Roca, y fue en cierta forma el antecedente de la Asamblea de Cataluña de Osona. Las acciones políticas de Solidaritat fueron dirigidas a la ayuda a las familias de presos políticos y a la influencia en sus asociados de una nueva mentalidad progresista mediante actos lúdicos relacionados con la Nova Canço y programas de cine de carácter independiente. La dirección de esta organización se puso en marcha bajo una estricta clandestinidad con la participación de Joaquim Capdevila, Xavier Roca, Segimon Serrallonga, Miquel Albó, Magda Bosch, Lota Llampías, Joaquim Onyós, Andreu Roca, Josep Mª Romeu, Josep Vernís, Manuel Anglada y Francesc Codina, siendo su lugar de encuentro más asiduo el convento de los Franciscanos sito en la calle Coll del Remei de Vic.

      Otros movimientos, como Ómnium Cultural en su delegación de Vic, también tuvieron su protagonismo a través de la defensa de la lengua catalana y los cursos que se ofrecían de la historia de Cataluña, llegando incluso a organizar en 1973 la primera Nit de Santa Llucía fuera de Barcelona, todo un acontecimiento en defensa de la cultura catalana. Sin embargo, nada superó el movimiento catalanista promovido por la llamada Nova Canço, reivindicando la libertad y defendiendo los valores tradicionales como eran la lengua y la cultura catalana a través de canciones protesta. Estos nuevos cantautores estaban influenciados por la música folk americana, los cantos negros espirituales y el rhythm and blues. La evolución de este movimiento, cuyo origen se remonta a finales de 1961 según algunos autores, fue imparable durante toda la década de los sesenta, llegando al cenit de su esplendor a mediados de los años setenta, al comienzo de la Transición.

      Una representación característica de esta corriente musical fue la del cantautor Rafael Subirachs y del grupo Els Esquirols que colaboraban con él. Subirachs definía la Nova Canço como:

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