La transición española. Eduardo Valencia Hernán

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El Papus por orden judicial durante cuatro meses.

      Por suerte en nuestro país hay costumbres que no cambian pese a la dificultad de las circunstancias, y ese era el caso de las vacaciones estivales, que en pleno mes de julio representaba el fin del periodo político en la España oficial y el comienzo de un merecido descanso para el gobierno y la Jefatura del Estado. Sin embargo, aquel año iba a ser diferente en muchos aspectos y lleno de acontecimientos que harían cambiar el destino del país definitivamente.

      Fue ese verano, inicialmente destinado a la relajación informativa, en el que dio comienzo una carrera interna llena de obstáculos para preparar lo inevitable, la muerte del Generalísimo y el fin de un ciclo en la historia de España. En la calle, como si se intuyera el futuro, la presión de la lucha clandestina era cada vez más acuciante, como si se deseara ver la luz al final de un túnel, de un camino oscuro de casi 40 años que finalizaría en pocos meses, a pesar de que el propio ministro de Información, León Herrera, ante la rumorología insistente, desmintiese la probable sucesión en la Jefatura del Estado.

      En Cataluña también se intuía un próximo cambio de régimen de tal forma que, en una reunión de la CCFPC, Convergencia Democrática, Esquerra Democrática de Catalunya, PSAN y del Reagrupament Socialista Democràtic se acordó unir esfuerzos con un solo mensaje de cara a la posible negociación con el resto de las fuerzas democráticas del Estado, dejando de lado a los demás socios no nacionalistas de la Asamblea:

      A simple vista, esta declaración suponía la confirmación de un frente nacionalista mayoritario dentro de la propia Asamblea. Lo que cambió desde entonces fue la estrategia basada en conseguir los objetivos descritos en los párrafos anteriores mediante el esfuerzo movilizador y de lucha de la clase obrera.

      Portugal estaba también en el centro de atención informativo con la dimisión el 30 de agosto del primer ministro Vasco Gonçalves, aunque sin duda el conflicto que atraía la máxima atención de los españoles era la disputa por la soberanía del Sahara español entre Marruecos y España. Efectivamente, el primer día de julio de 1975, el Tele/eXpres publicó el acuerdo secreto entre Marruecos y Mauritania para repartirse la colonia española, mientras Rabat cortaba el suministro de frutas y verduras a Ceuta como medida de presión. El día 28 se detectaron diversos conatos de enfrentamientos en la frontera del Sahara con Marruecos, mientras que en el interior del territorio saharaui, el Frente Polisario (FP) realizaba actos terroristas buscando la desestabilización del gobierno colonial. El primero de agosto fue reducida una infiltración del ejército marroquí en la frontera norte del Sahara español, y tres días después, en otro ataque al puesto de Hausa, murió un legionario y otro quedó herido.

      En España, el primer día de julio se publicó en el BOE el decreto por el que se regulaba la enseñanza de las lenguas maternas para preescolar y EGB, coincidiendo con la estancia del príncipe de España en Guardia de Tremp (Lérida), donde expresó en catalán «Está molt bó aquest vi», mostrando una actitud positiva ante el bilingüismo deseado por el pueblo catalán, lejos de la línea seguida por su abuelo, muchos años antes. Este acto culminaría el 14 de julio con la visita oficial que realizaron los príncipes a Cataluña, días después de haber finalizado la huelga de trabajadores de la empresa Miniwatt y el paro de los médicos internos residentes (MIR) en el Hospital Clínico de Barcelona. También por esas fechas fue enviado a Pablo VI un comunicado, a través de la Comisión pro-Nóbel Xirinachs, sobre la reconciliación y por la ayuda al padre Xirinachs, refrendada por una manifestación en Vic el 31 de julio.

      Mientras tanto, en Madrid había comenzado el llamado «Proceso de los 23» donde se repartían penas de prisión por un total de 110 años por los sucesos ocurridos en las manifestaciones del Ferrol del Caudillo, mientras que, en la calle, once mil trabajadores de la empresa Astano seguían en paro.

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