26 años de esclavitud. Beatriz Carolina Peña Núñez

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26 años de esclavitud - Beatriz Carolina Peña Núñez Ciencias Humanas

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Pensilvania), entre otra prensa de las provincias del noreste de América. Las listas están organizadas en tres categorías: los navíos que han entrado (Inward Entries), los que han obtenido permiso para recibir carga en preparación para la salida (Outward Entries) y aquellos que, cargados y procesados, están autorizados a zarpar (Cleared for Departure). En el ejemplar del 11 de junio de 1733 del New-York Gazette en su página dos, entre los barcos que están recibiendo carga, se cita la balandra Seaflower, capitaneada por W. Axon y destinada a Coracoa o Curazao (figura 8). Seis semanas más tarde, el ejemplar del 23 de julio de 1733, también en su página dos, anuncia que la balandra Seaflower, del capitán W. Axon y la balandra Charming Joanah,78 del capitán F. Seymour, están autorizadas para navegar a Curazao (figura 9). Lo mismo indica el Pennsylvania Gazette del 26 de julio de 1733 en su página cuatro, con mayor nitidez en el papel, gracias a la calidad de la impresión (figura 10), y el American Weekly Mercury del 2 de agosto de 1733 en su página tres. Disponemos entonces del nombre (Seaflower) y del tipo de navío (sloop, balandra) en el que Axon navegó a Curazao y de la fecha cercana de salida de Nueva York: fines de julio de 1733.

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       Figura 8. “Custom House New-York”. Entre las embarcaciones del segundo grupo (Outward Entries), en la tercera línea, se lee: “Slooop [sic] Seaflower W. Axon for Curacoa”

      Fuente: New-York Gazette, 11 de junio de 1733, 2.

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       Figura 9. “Custom House New-York”. Entre las embarcaciones del tercer grupo (Cleared for Departure), desde el comienzo de la segunda línea, se lee: “Sloop Seaflower, W. Axon, Sloop Charming Joanah, F. Seymour to Coracoa”

      Fuente: New-York Gazette, 23 de julio de 1733, 2.

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       Figura 10. “Custom-House, New York, July 30”. Entre las embarcaciones del tercer grupo (Cleared for Departure), desde el medio de la segunda línea, se lee: “Sloop Seaflower, W. Axon, Sloop Charming Joanah, F. Seymour to Coracoa”

      Fuente: Pennsylvania Gazette, 26 de julio de 1733, 4.

      Por desdicha, lo que está ausente de estos tres periódicos y del New-York Weekly Journal, cuya publicación arrancó en noviembre de 1733, es la fecha de regreso de William Axon y de la nave Seaflower a Nueva York. A partir del escrutinio de diversos noticiarios de la época, concluyo que la misma lista de aduanas era distribuida a las publicaciones mencionadas, y a la prensa de otras ciudades como Boston, o que estas la copiaban del impreso periodístico que primero la hubiera sacado. Por esto, sin lugar a enmiendas, la información se repite; aunque en pocas ocasiones, en Filadelfia, por ejemplo, se omite la identificación de los barcos. Ahora bien, los nombres de los capitanes, con alguna excepción, son datos constantes de las listas aduaneras en estos periódicos. Como la Seaflower y la Charming Joana debieron de viajar a Curazao en convoy (una medida de protección mutua contra navíos enemigos y un signo de asociación en la cultura marítima de la época), infiero que también regresaron juntas o que, al menos, sus capitanes lo hicieron. Hay que considerar la casi segura posibilidad de que la Seaflower sufriera daños en sus trajines caribeños de 1733-1734 y que por esto no resurja en las nóminas de aduanas hasta mediados de 1735, si se trata de la misma balandra y no de otra con el mismo nombre.79 Ante la probabilidad de que nuestro protagonista haya arribado a Nueva York en la Charming Joana, rastrearemos los derroteros de la nave en 1733 y 1734, a partir de la salida conjunta con la Seaflower en 1733.

      Después de zarpar a Curazao a fines de julio de 1733, la Charming Joana no reaparece en los listados de aduana, sino hasta el 11 de abril de 1734 en el New-York Weekly Journal en su página cuatro, lo que denota una campaña de más de ocho meses de Florents Seymour en la cuenca del Caribe, con gestiones en distintos puertos. Este último factor explica que su entrada en Nueva York se hace desde Bermuda, y no desde Curazao. De inmediato, según el mismo ejemplar del New-York Weekly Journal, también en su página cuatro, la nave se matricula para partir a Curazao, al mando de F. Seymour. En el New-York Weekly Journal del 15 de abril de 1734 en su página cuatro ya se manifiesta autorizada a navegar, pero a Barbados con H. Seymour.80 También el New-York Gazette del 8 de abril de 1734 en su página dos la registra como apercibida para salir a Barbados, pero no lista el nombre del capitán. Sin que estos datos un poco diferentes nos desconcierten, centremos la atención en que, hacia el 1 de julio de 1734, la Charming Joana entra en Nueva York de regreso de Bermuda,81 con F. Seymour de capitán, y que el 15 de julio de 1734, el New-York Weekly Journal en su página cuatro la anuncia lista para zarpar a Curazao otra vez, al mando del mismo F. Seymour. De este viaje, la nave regresa a principios de octubre. El New-York Weekly Journal del 7 de octubre de 1734, el American Weekly Mercury del 10 de octubre de 1734 en su página cuatro y el Pennsylvania Gazette del 3 de octubre de 1734 también en su página cuatro reportan la Charming Joana como acabada de entrar en aduana desde Curazao.82 Así, deduzco que el capitán William Axon con la Seaflower o sin ella llegaría a Nueva York con el capitán Florents Seymour en la Charming Joana en marzo o en octubre de 1734.

      La relación comercial entre Nueva York y Curazao, activada en el siglo XVII, por lo menos desde 1680, prosperó, y enriqueció a muchos. Los judíos eran los principales responsables del trajín, incentivado por los lazos consanguíneos entre familias habitantes en los dos lugares.83 Para la década de 1730, no obstante, comerciantes neoyorquinos de otras ascendencias sacaban partido de las exitosas compraventas. Algunos, como los señores John Cruger y Stephen van Cortlandt, quienes viajaban en el barco en el que Miranda llegó a la metrópoli, velaban, en lo posible, por sus intereses en persona; otros, embarcaban las mercancías encomendándoselas, por completo, a los capitanes y a la fortuna.

      El conteo de los navíos registrados en los listados aduaneros de Nueva York del New-York Weekly Journal durante algo más de dos años, desde el momento en que este periódico saca su primer número el 12 de noviembre de 1733 hasta el 29 de diciembre de 1735, genera los siguientes datos en cuanto a la actividad marítima legal entre Nueva York y la isla caribeña: veintinueve barcos entraron en Nueva York desde Curazao, treinta y ocho naves se matricularon en Nueva York para salir a Curazao y treinta se autorizaron a zarpar desde Nueva York a Curazao. Para mediados del siglo XVIII, solo Jamaica, naturalmente por ser posesión británica, superaba a Curazao como la principal conexión comercial en el Caribe.84 Un panfleto propagaba entonces: “Los comerciantes de Nueva York han adquirido sus propiedades a través del comercio con Curazao”.85 La sección de manuscritos de la New York Public Library conserva dos cartas escritas en la isla, una del 18 de mayo de 1736 y la otra del 21 de junio de 1736, por John Provoost, un joven de ascendencia neerlandesa enviado desde Nueva York por su madre, la exitosa negociante Mary Spratt Provost, y su padrastro, el rico abogado y comerciante James Alexander,86 para ocuparse de la venta de mercancía, perteneciente a la firma familiar. La primera carta autentifica la relevancia de los compradores de la tierra firme hispánica para, en última instancia, beneficiar a los comerciantes de la urbe neoyorquina: “en este momento no hay gran prisa en los negocios porque no hay gran demanda de la costa española”.87

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