Las miradas múltiples. Emilio Bustamante
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Sí. Bueno, los derechos de comercialización los tienen las monjas. Antes de que saliera la posibilidad de la exhibición en el cine, ya habíamos hecho el convenio de producción. Allí solo hemos estipulado cosas relacionadas con ventas y festivales: si la película gana un premio, cuál es el porcentaje para nosotros, etcétera. La venta a la televisión también está estipulada. Pero en cine no habíamos hecho nada, eso lo hemos tenido que discutir sobre la marcha. Hemos hecho el DVD subtitulado a cinco idiomas, y se va a vender en el convento como souvenir.
Ese puede ser un buen ingreso para las monjas.
Bueno, el principal ingreso de ellas es el convento. Aunque, en la película, al principio de los créditos aparece como auspiciador un hotel. Es un hotel de ellas. Parece que de allí ha venido el financiamiento de la película.
¿Cuánto duró el rodaje?
Cincuenta y cinco días. Empezamos en setiembre del 2011. Filmamos casi corrido hasta mediados de diciembre, y luego hicimos algunas retomas en enero del 2012.
¿Hubo comentarios o críticas a la película?
En Arequipa, sí. Las críticas han sido favorables. Cuando estrenamos la película sacaron un especial en El placer de los ojos, el programa de Ricardo Bedoya en televisión. Yo le mandé el detrás de cámara de la película. No me entrevistaron, pero sí sacaron el especial.
ENCADENADOS
Hablemos de tu siguiente película, Encadenados.
Encadenados ya está filmada, se encuentra en proceso de edición. La idea surgió en el 2004 o 2005. Yo todavía vivía en Alemania, y otro género que siempre me ha fascinado, así como las road movies, es el de las películas corales. Me encantan las películas con muchos protagonistas, con una constelación de personajes donde el espectador empieza a atar cabos. Magnolia de Paul Thomas Anderson, por ejemplo, me gustó mucho. Desde la escuela de cine quería hacer una película coral. Recuerdo que tuvimos un ejercicio de guion que me pareció superinteresante: cada guionista escrbía un episodio, pero retomando el final del episodio anterior escrito por otro guionista, como los cadáveres exquisitos de los surrealistas. Esa estructura me pareció muy interesante. Con esa idea y con la de hacer una película coral de varios personajes fue naciendo el proyecto de esta película, que reuniera a personajes muy diversos que han tenido un momento grave en su vida y que esto estuviera enmarcado en un solo día, en un lugar común, que en este caso es una ciudad, y que hicieran monólogos y fuesen dándose la posta. La idea era que no se vieran como cortos sueltos.
El primer tratamiento lo escribí el 2005. Lo que me rondaba como tema era el miedo a la libertad. Ese era el leitmotiv. Personajes que pueden hacer algo de su vida, pero tienen miedo de dejar otra cosa, de arriesgarse o de terminar con aquello que les impide hacer lo que quieren. La primera versión se llamaba algo así como Cruces, con la idea de vidas cruzadas, pero me di cuenta de que no había cruces sino historias que se iban sucediendo, el final del primer episodio es el comienzo del siguiente, y así sucesivamente hasta el último, que es el comienzo del primero. Entonces se fue formando la idea de que era una cadena, y así surgió Encadenados. Y Encadenados también por el hecho de que los personajes están atados a sus miedos, a sus vicios, a su pasado, a algo, y no salen de allí. Escribí la primera versión del guion en el 2007, y preparé el proyecto para presentarlo a los concursos del entonces Conacine. Lo he presentado al concurso nacional, al concurso regional, alternadamente, hasta el año pasado, que ganamos.
Respecto al elenco, ya sabía que tenía que trabajar con algunos actores. Algunos personajes estaban hechos para esos actores, como el de Miguel Iza, que lo escribí pensando en él. Incluso en el año 2008 hicimos con él una maqueta de su episodio en Arequipa, que nos sirvió también para desarrollar el estilo visual. Luego, con Melania Urbina también. Ella conoce el proyecto desde hace mucho tiempo, conoce el personaje, y está hecho a su medida. Norma Martínez vino más tarde. En un principio no sabía quién iba a hacer el personaje de ella. Conocí a Norma, vine a ver obras en las que trabajaba, le mostré el guion, le gustó mucho, y ella hizo el personaje. Para mí, en realidad, me es mucho más fácil escribir sabiendo quién va a hacer el personaje. Por eso soy muy poco de casting. A veces me gusta el trabajo de un actor o una actriz y busco, más bien, el personaje para el actor o la actriz. En Encadenados hay personajes inspirados en actores o en personas reales. El personaje al que más trabajo me costó encontrarle el actor adecuado fue al de Pelo Madueño.
¿Cuál fue el equipo técnico?
La dirección de fotografía la vuelve a hacer Leandro Pinto, quien es mi socio en Vía Expresa, nuestra empresa. La dirección de arte la iba a hacer de nuevo Susana Bouroncle, pero estaba muy agotada, y tuvimos la suerte de contar con Karina Cáceres, que acababa de regresar de la escuela de San Antonio de los Baños, con la especialidad de dirección, pero que tiene muchísimas nociones de dirección de arte, es diseñadora y lo ha hecho recontrabien. El sonido directo lo hizo David Romero (Chucky), de Lima. Felizmente salió el fallo del jurado en agosto, y ya con eso arrancamos, a pesar de que no me dieron la plata de inmediato. Conseguí préstamos y contraje deudas. Pero con la garantía del premio alquilamos una cámara Red One, filmamos 35 o 36 días, hemos alquilado luces de aquí de Lima.
¿Has tenido algún apoyo institucional en Arequipa, de la Municipalidad o del Gobierno Regional?
No. No lo he pedido tampoco. No es mi estilo. En Ana de los Ángeles la región nos apoyó bastante en cuanto a facilidades logísticas. Para ir a filmar fuera de la ciudad nos pusieron la movilidad. A mí me parecía que el tema se prestaba. Era un personaje local y a la región le podía interesar ser partícipe de un vehículo de difusión de la cultura local. Pero para una película como Encadenados, una película de autor entre comillas, un capricho de un señor que quiere contar su historia, no. Ahora, claro, la Municipalidad, la Policía, nos ayudaron bastante con los permisos. Hemos cerrado vías principales y la mitad de los automovilistas nos han odiado. Teníamos una camera-car. En ese sentido sí hemos trabajado en condiciones cómodas.
¿Ha habido auspicios de empresas?
Sí, pero en el rubro con el que siempre sueño con conseguir auspicio y nunca lo logro es el de la comida. Darle de comer a cuarenta personas durante un mes es un montón de dinero. Los hoteles nos han hecho alguna rebaja, precio corporativo.
EL LLAMADO “CINE REGIONAL”
Tú participaste en el encuentro realizado en Arequipa el 2008, organizado por Roger Acosta. ¿Qué impresión te llevaste de los otros cineastas regionales?
Fueron de Puno, Ayacucho, Huancayo, Cajamarca; pero en las reuniones en las que yo estuve no tuvimos la oportunidad de intercambiar muchas experiencias. Lo que sí pude notar es que todos estábamos en una situación similar. Todos queríamos hacer películas, y las estábamos haciendo con nuestros propios recursos. Me parece también que en cada provincia existen canales de distribución y la manera de llegar a un público determinado. No sé si alguien que, por ejemplo, ha tenido éxito en Huancayo va a Arequipa y va a tener el mismo éxito. O si yo llevo Ana de los Ángeles a Chachapoyas va a tener el mismo éxito que una película de Chachapoyas, con temas locales de allí. No lo sé, porque no está hecha la red de distribución.
Me da la impresión de que el movimiento, por llamarlo de algún modo, está constituido por pequeños núcleos. Tenemos la posibilidad de contar con un espacio donde yo hago mi película