Articular lo simple. Ángel Xolocotzi Yáñez

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Articular lo simple - Ángel Xolocotzi Yáñez Akadémica

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hablar con Bolzano, ‘representaciones sin objeto’ (1979: 303)[7].

      Sin embargo, la solución que presenta Twardowski no es la mejor o la más adecuada a los ojos de Husserl, ya que, según él, este se mueve en una falsa duplicación de objetos al hablar de objeto y contenido como lo representado determinado y lo representado modificado. Husserl indica el problema en un esbozo de carta a Anton Marty (el 7 de julio de 1901):

      El problema se halla en la multiplicación de dos cosas muy diferentes. La representación no es simplemente la existencia de un contenido en la conciencia, sino que es una vivencia intencional, un cierto mentar mediante el cual aparece un objeto. El problema está en que se confunde el carácter de acto de la aprehensión y el contenido psíquico, perteneciente al yo actual, contenido que funge como sustrato de la aprehensión, esto se confunde con la relación entre el acto, la vivencia psíquica, que llamamos representación y el objeto representado (1979: 422).

      La contribución de Husserl en «Objetos intencionales»

      Hasta este punto la pregunta es ¿cómo contribuye Husserl a la resolución de la problemática? Pues bien, el intento de solucionar la problemática se halla, para él, en el análisis del sentido del juicio, en el cual aparecen tales representaciones. Con ello se desliga de Bolzano, para quien el juicio es una actividad subjetiva, mientras que la representación es una parte de la proposición en sí. El juicio, como ya anticipamos, para Bolzano estaría en el ámbito ontológico, mientras que la representación en el ámbito del sentido; es decir, en la dimensión semántica. Para este sería inadecuado combinar el sentido y el juicio, por ello es que Husserl se apoya más bien en Brentano y en la diferenciación que este hace entre pensar y decir propio e impropio. En sus recuerdos de Brentano, el mismo Husserl indica la importancia de esto:

      En las lecciones sobre lógica elemental trataba de manera especial­mente exhaustiva, y manifiestamente en una nueva estructuración creativa, la psicología descriptiva de los continuos con detallada consideración de las Paradojas de lo infinito de Bolzano; lo mismo las diferencias de las representaciones “evidentes y no evidentes”, “claras y no claras”, “distintas e indistintas”, “propias e impropias”, “concretas y abstractas” (1987: 304).

      Esto le permite a Husserl hablar de la expresión impropia de un juicio cuando no se refiere a lo representado, sino a la representación que presupone algo no explícito en el juicio. En ese sentido se trata de un juicio en su carácter hipotético. Los ejemplos en el texto remiten a proposiciones sobre mitos griegos. Así, la expresión «Zeus es el más grande de los dioses olímpicos» es la forma abreviada de la expresión «los griegos creían que Zeus era el más grande de los dioses olímpicos» (1979: 317). Por ello, en el caso de los juicios en donde a la representación no le corresponda un objeto, más bien no se enjuicia «propiamente» sobre los objetos, sino sobre las representaciones de los objetos. En estos casos se trata pues de la expresión abreviada de juicios hipotéticos.

      Ya varios investigadores como Bernhard Rang (1975) y Karl Schuh­mann (1990-1991b) han destacado la importancia de este análisis para la obra posterior de Husserl, concretamente, para los planteamientos fenomenológicos de las Investigaciones Lógicas. La relación que se establece entre los mencionados juicios hipotéticos y la quinta de las Investigaciones Lógicas, es lo que él ahí nombra la irrelevancia de la existencia del objeto representado para la esencia de una representación en tanto vivencia intencional. Esto es así porque en «Objetos intencionales» estos juicios son planteados en términos de un «como si», que es precisamente en donde yace su decir impropio. Se trata de una presuposición que condiciona al juicio y lo hace hipotético. De esta forma se deja ver que quien entiende las presuposiciones de los mitos que están en juego en el enunciado expresado, lleva a cabo una especie de epojé (ἐποχή)de la existencia del objeto mentado. Eso, como puede verse, concuerda con los rasgos intencionales de la conciencia, desplegados en la quinta investigación.

      El modo de proceder que aquí expone Husserl conduce a la introducción de la asunción como elemento determinante para la resolución de la paradoja. Se trata con ello de una especie de neutralización de la conciencia posicional con base en una mera representación. Así, la posición del sujeto del enunciado es «modificada», no se trata pues de una posición realmente efectiva, sino de una mera representación o una «posición representativa (asunción)» (1979: 318).

      Sin embargo, la función primordial de la asunción remite al aspecto, ya señalado, en torno al carácter hipotético de los enunciados y su confusión en torno a un supuesto uso propio de los mismos. Eso ocurre, como él señala, debido a una economía del pensar.

      El hecho de enfatizar el carácter impropio del decir y enunciar, contrasta con las posiciones derivadas de la escuela de Brentano y, de manera especial, con la propuesta de Twardowski, ya que como el mismo Husserl enfatiza, no se resuelve el problema si se sostiene la tesis de una existencia intencional a diferencia de una existencia real o verdadera. El rechazo a tal división anticipa claramente la idea de intencionalidad de las Investigaciones Lógicas.

      Conclusión

      La publicación de la obra póstuma deja ver, una vez más, aspectos centrales que apoyan la comprensión de problemas determinantes para el surgimiento de líneas filosóficas como la fenomenología y la filosofía analítica. Con cada aproximación al origen de estas tradiciones se refuerza la famosa analogía de Michael Dummett con el Rin y el Danubio: «nacen no muy lejos el uno del otro, un trayecto corren paralelamente, pero luego toman direcciones completamente diferentes y desembocan en distintos mares» (1988: 37).

      El presente capítulo ha buscado aclarar aspectos de una problemática vigente a partir de la modernidad, pero actualizada y discutida vivamente en la escuela de Brentano en diálogo con otros contemporáneos como Gottlob Frege. En esa discusión encontramos diversas propuestas en donde el propio Husserl también se inserta. Por un lado, se deja ver la inmersión en las discusiones actualizadas por el propio Brentano, por otro, la discusión con contemporáneos de tal escuela, como Twardowski o Meinong, o ajenos a ella, como Frege.

      Queda para otro momento, la tematización de aspectos derivados de esta discusión, como podría ser la propuesta husserliana de la asunción, en contraste con la propuesta posterior de Meinong en 1902. Lo que aquí se pretende mostrar yace en el hecho de la actualidad y relevancia de su obra póstuma, como es el caso de «Objetos intencionales». En primer lugar, para ejemplificar la discusión del momento y en segundo, para destacar la importancia del legado respecto de la obra publicada, que como sabemos, ha tenido un rumbo peculiar. Como podemos ver en la ejemplificación aquí esbozada, él hace suyo el lema de ir «a las cosas mismas» a partir de la discusión de los problemas heredados, sin pasarlos por alto en una mera presuposición. Así, las propuestas en torno al carácter intencional de la conciencia, delineadas especialmente en la quinta de las Investigaciones Lógicas, surgen de una discusión viva de Husserl con sus contemporáneos.

      Notas

      [1] A pesar de la amplia discusión en torno a las posibilidades de traducción del término Vorstellung, mantengo aquí la traducción acostumbrada «representación» y no sus variantes «presentación» o «(re)presentación», ya que a lo largo del presente artículo se mostrará el sentido específico de lo que se mienta con tal término.

      [2] El texto se publicó en dos partes: en Husserliana XXII (1979), pp. 303-338 y en Brentano Studien (vol. 3) (1990-1991), pp. 142-176. Este último forma parte de un artículo bajo la autoría de Karl Schuhmann: [Husserl Tratado sobre 'objetos intencionales'. Edición de la versión impresa original], pp. 137-176.

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