El mundo prodigioso de los ángeles. Susana Rodriguez
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Queda por añadir que si bien la fe en Dios ya no extraña a nadie, ni siquiera a un ateo, expresar la fe en los ángeles puede provocar fácilmente un malentendido, ya que, al presentarnos a los ojos de los demás como ingenuos y supersticiosos, este hecho puede devaluar nuestra imagen social.
Tomás Kemeny puntualiza de forma muy acertada cuáles son las consideraciones que el hombre debe tener con los ángeles y cuáles deben ser las expectativas correctas: «Los ángeles no actúan de socorristas en un puesto de primeros auxilios, de enfermeras de la Cruz Roja, de psicoanalistas o de sustitutos ocasionales de un presentador de televisión. Los ángeles no forman parte del mundo útil, sino del lujo del espíritu». Se trata de una forma ocurrente de decir que para referirnos a ellos es necesario mantener un profundo respeto, de la misma forma que se precisa discernimiento y sobriedad en el momento de presentarles nuestras demandas.
Puede suceder que el ángel esté ausente cuando deseemos verlo y lo invoquemos y que, en cambio, aparezca cuando no se le esté buscando y no se piense en él. A veces puede ocurrir que se perciba de forma muy clara la presencia de entidades espirituales que nos cuidan.
Hay momentos en que los ángeles se comunican continuamente y usan manifestaciones y señales que se recogen e interpretan. En algunos casos puede plantearse la duda de si las señales que se reciben no son más que fenómenos casuales. Es precisamente en estas situaciones cuando pueden recibirse nuevas señales tan impresionantes que no sólo no pueden ser ignoradas, sino que, además, provocan una gran turbación. Se trata de las combinaciones o coincidencias de sucesos a las que Jung da el nombre de sincronismos.
¡Qué bello es vivir! (It’s a Wonderful Life), de Frank Capra (1946)
Sin duda, el mayor clásico cinematográfico sobre ángeles. George Bailey se ha pasado toda su vida ayudando a sus vecinos, su familia y a todo aquel que ha podido, pero una desgracia hace que se quede en la ruina y decide suicidarse. Clarence, un ángel que todavía no ha ganado sus alas, le enseñará a George qué habría pasado si él no hubiera estado presente en la vida de los demás.
Fifí la Pluma (Fifi la Plume), de Albert Lamorisse (1965)
En esta película se pone en escena la doble característica del salto del ángel (movimiento de ascenso/descenso) y la doble dimensión divina y demoniaca. Fifí trabaja en un circo y el director lo obliga a aprender el salto del ángel. Una bella amazona le enseña a volar; Fifí se enamora de ella, pero no tarda en enfrentarse a un domador que también la desea. Fifí no es realmente un ángel, pero se transforma en uno gracias al amor por una mujer. El ángel Fifí no puede alzar el vuelo, alejarse de la tierra y de sus maldades si no es por medio de esta pasión amorosa. Entonces ¿Fifí no es más que un bueno frente a un malvado? No, pues utiliza su capacidad de volar para escapar de quienes quieren su piel. Porque Fifí no se limita a volar por el cielo: entra en los castillos por la noche, en las casas dormidas, para robar joyas y objetos preciosos. ¡El ángel volador se ha convertido en ladrón! Roba por amor joyas para regalárselas a la mujer que ama… y que le ha enseñado a volar. Esta historia tiene una doble moral: Fifí se convierte en ángel por amor y se aprovecha del poder de volar que tienen los ángeles para robar.
Autopista hacia el cielo (Highway to Heaven), de Kevin Inch (1984-1989)
Esta serie televisiva narra las aventuras de un ángel en pruebas que es enviado a la Tierra para, con la ayuda de un ex policía, solucionar problemas de diversas personas a lo largo y ancho de Estados Unidos.
El cielo sobre Berlín (Der Himmel über Berlin), de Wim Wenders (1987)
Estamos en Berlín, antes de la caída del muro. Los ángeles Casiel y Damiel velan por los humanos y, desde hace siglos, recogen el monólogo interior de sus espiritualidades. No pueden más que asistir a los acontecimientos, no oyen ni saborean nada de ellos… Vieron aparecer la luz, el agua y el aire, los animales y el primer hombre. Con él descubrieron la risa y la palabra, pero también la guerra. Damiel siempre tuvo el deseo de entrar en la naturaleza humana. Lo cautiva Marion, una trapecista y, por su alma y su gracia, decide convertirse en humano y… mortal.
El corazón del ángel (Angel Heart), de Alan Parker (1987)
El detective Harry Angel es contratado por Louis Cyphre para encontrar a un desaparecido, Johnny Favourite, pero las cosas no son tan sencillas como parecen…
¡Tan lejos, tan cerca! (In weiter ferne, so nah!), de Wim Wenders (1993)
Ha caído el muro de Berlín. Casiel es un ángel que, como antaño Damiel, a fuerza de velar por los humanos durante siglos, desea volverse humano. Pero le sale todo mal.
La mujer del predicador (The Preacher’s Wife), de Penny Marshall (1996)
El reverendo Henry Biggs ve cómo su matrimonio se desmorona poco a poco por la falta de atención a su esposa y las pésimas condiciones de su vecindario. Por eso pide ayuda a Dios, que le envía a un ángel, Dudley, para que le ayude a solucionar sus problemas.
Michael, de Nora Ephron (1996)
Dos reporteros de la prensa sensacionalista descubren que una mujer vive con el arcángel Miguel (Michael). Pero cuando llegan al hogar de esta, sufren una gran decepción: Michael es malhablado, bebe y fuma, y nadie creería que es quien se presume si no fuera por las dos alas que tiene en su espalda…
City of angels, de Brad Silberling (1999)
Maggie Rice no creía en los ángeles… hasta que se enamoró de uno.
La rabia del ángel (La rage de l’ange), de Dan Bigras (2006)
La historia de amor y amistad de Francis, Luna y Eric, tres ángeles furiosos, desde las heridas de la infancia, pasando por el vagabundeo por las calles donde se refugian durante la adolescencia, hasta el umbral de la edad adulta. Una historia de resistencia y reconstrucción, con el precio de la violencia y la fuerza del amor.
Legión (Legion), de Scott Charles Stewart (2010)
Dios ha decidido el fin de la humanidad por sus pecados, pero uno de sus ángeles se rebela contra su decisión con la esperanza de que el ser humano aún puede salvarse.
Los ángeles y las creencias religiosas
Los ángeles son figuras que, por su carácter específico y su integridad, se encuentran casi exclusivamente en las llamadas religiones del libro, es decir, las basadas en un texto sagrado que los fieles aceptan como revelado: la hebraica (con la Biblia, pero limitada a la parte que nosotros denominamos Antiguo Testamento), la cristiana (con la Biblia al completo), y la islámica o musulmana (con el Corán).
Las religiones del libro son también conocidas como monoteístas, es decir, fundadas sobre la fe en un único dios. El porqué de la necesidad de los ángeles es muy sencillo: las religiones que conciben un ser supremo, distanciado por su absolutismo y su condición