Sanación de los chakras y conciencia del karma. Swami Keith S.
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La resolución sólo es posible cuando la energía emocional ha logrado alcanzar los órganos de expresión en la cabeza y ha sido expresada a través de la voz, los músculos faciales y/o los ojos. Como la acumulación de equipaje kármico bloquea el flujo de la energía emocional, raras veces se completa su liberación, dejando así atrás un residuo de esta energía. Después del hecho, no habrá llanto ni gritos ni alaridos que logren cambiar la esencia de esta energía emocional restante para liberarla. La energía emocional que no ha sido expresada de manera espontánea, quedará entrampada en el sistema humano de energía, y se convertirá en una parte del equipaje kármico de la densa y calificada energía que se encuentra depositada en los campos áuricos que rodean el espacio corporal individual a nivel emocional.
En casos extremos, cuando ha habido una acumulación desmedida de energía kármica en el plano emocional, uno o más cuerpos de energía pueden ser expulsados del espacio corporal individual. Si los cuerpos de energía son expulsados a nivel emocional, podríamos volvernos más retraídos o abandonar toda la vida emocional y adoptar emociones falsas, que son creadas por la energía calificada (equipaje kármico) que ha invadido el espacio corporal individual o que ha sido establecido como sedimento en las dimensiones del alma.
No es inusual que, en circunstancias como éstas, las falsas personalidades emocionales que son creadas cuando la energía calificada ha invadido el espacio corporal individual, formen de manera colectiva una voluntad falsa. La voluntad falsa, a nivel emocional, puede ser particularmente peligrosa porque puede convertirse en un trastorno obsesivo-compulsivo y debilitar o desestabilizar el autocontrol de un individuo. Prácticamente todas las formas de violencia y de conducta autodestructiva, le deben su característica de obsesivo-compulsiva a la falsa voluntad y a las emociones expresadas a través de personalidades falsas en el plano emocional.
A algunos, la pérdida del autocontrol y la acumulación de una falsa energía emocional puede llevarlos a adoptar patrones de conducta adictiva. Cualquier cosa, desde la obsesión por el sexo, los trastornos alimenticios, el abuso de drogas, hasta las adicciones afectivas, pueden ser las causas de la expulsión de uno o más cuerpos de energía emocional y de su suplantación por una voluntad, emoción y/o personalidad falsa.
El equipaje kármico a nivel etéreo
Los sentimientos emergen desde el plano etéreo, lo que significa que vibran dentro de un espectro de frecuencias más bajo que las emociones, las cuales emergen desde el plano astral, el mundo del alma. De ahí que los sentimientos sean más densos y más precisos que las emociones. Algunos son tan densos, que se asemejan mucho a las sensaciones físicas. De hecho, muchos de los padecimientos psicosomáticos más comunes y de los trastornos relacionados con el estrés (que se han generalizado ampliamente en la civilización moderna), son padecimientos sutiles provocados por la acumulación de equipaje kármico a nivel etéreo. El síndrome de fatiga crónica, el trastorno por deficiencia de atención, la depresión crónica y aguda, los trastornos por ansiedad, los ataques de pánico, así como la dificultad para respirar, el dolor de espalda y la colitis, son algunos de los bien conocidos padecimientos que se originan por la excesiva acumulación de equipaje kármico a nivel etéreo.
Los sentimientos y las sensaciones son una función de la energía descalificada a nivel etéreo que, al igual que cualquier forma de energía, necesitan de un medio energético a través del cual desplazarse. Sin la suficiente energía descalificada que sirva como dicho medio, la percepción del ambiente interno a nivel etéreo se verá restringida y los individuos se encontrarán aislados de sí mismos a nivel etéreo y con la consiguiente pérdida de la sensibilidad, de autoconciencia y de placer.
El equipaje kármico a nivel físico-material
Las sensaciones emergen desde el nivel físico-material, lo que significa que vibran en un espectro de frecuencias más bajo que los sentimientos. De hecho, si el flujo de la energía descalificada a nivel físico-material se ve desestabilizado por el equipaje kármico, derivará en la pérdida de la sensación y de los placeres corporales. Esto puede dar como resultado una disfunción sexual, como impotencia y eyaculación precoz en los hombres, y disfunción orgásmica en las mujeres. De hecho, cualquier tipo de aversión hacia la estimulación sexual común y al placer puede ser producto del mismo factor de raíz, una interrupción en la transmisión y la transmutación de la energía descalificada a nivel físico-material.
Si bien el equipaje kármico podría tener un impacto negativo en el estado anímico y en el ímpetu, también podría tener un efecto destructivo en el desempeño físico. Al acumularse en los puntos estratégicos del cuerpo físico-material, el equipaje kármico podría incluso crear el ambiente propicio para el detrimento. De hecho, el detrimento puede ocurrir siempre que el equipaje kármico acumulado nos obligue a compensar la densidad añadida en el nivel físico-material realizando micromovimientos que tensionen el cuerpo en sus puntos más débiles, es decir, en las coyunturas y los puntos donde se unen los tendones con el cartílago. Esta tensión añadida puede provocar un grave detrimento, particularmente en los atletas que le exigen a su cuerpo físico-material el máximo desempeño.
Cuando el equipaje kármico se convierte en una carga demasiado pesada a nivel físico-material, una persona puede volverse iracunda y agresiva con sus seres queridos, en un vano esfuerzo por tener algún control sobre sí misma y sobre su sistema de energía a nivel físico-material. Cuando los arrebatos verbales no ofrecen ningún alivio, nuestra expresión puede volverse violenta. Los arrebatos violentos pueden ser exteriorizados o interiorizados, o bien, pasar de uno a otro de manera errática. La violencia puede ser pasiva o enérgica. Si ésta es pasiva, entonces puede ser interpretada de manera ritual a través de actividades sexuales sadomasoquistas. Si, por el contrario, es enérgica, puede entonces volverse explosiva y ser interpretada a través del abuso sexual o de la agresión física.
Para aquéllos que interiorizan su ira, el equipaje kármico puede dar lugar a una serie de patrones y conductas adictivas. Aunque casi todas las conductas adictivas son resultado de alteraciones que se llevan a cabo a nivel etéreo, los patrones adictivos pueden ser trasladados al nivel físico-material en donde pueden interrumpir el flujo de la energía sexual y del prana. Esto, a su vez, puede interrumpir la producción de los compuestos que producen placer en el cerebro. La alteración de la química corporal puede entonces llevar a una dependencia física, especialmente si las personalidades afectadas son incapaces de controlarse a sí mismas y a su entorno inmediato.
Karma y cultura
El apego kármico no debe ser visto exclusivamente como un problema individual o afectivo sino, de manera más amplia, como una dificultad cultural. Al moldear las personalidades y restringir el acceso al Yo, el equipaje kármico y el apego que origina, tienen un efecto colectivo sobre la cultura.
Así como el propósito colectivo moldea la voluntad colectiva de una cultura, podríamos decir que la energía calificada (al menos, en cierto grado), es la responsable de la creación de instituciones políticas, sociales, educativas y económicas, así como de las distinciones de clase y de la presión social —todo lo cual puede ser utilizado para limitar el placer y bloquear el acceso a la intimidad, a la alegría y a la placidez.
Es un hecho admitido que, dentro de cada cultura, abundan las distinciones de clase y las expectativas que surgen de la presión social y que se espera que la gente se comporte, piense e incluso sienta de una manera acorde a su posición social. Efectivamente, en muchas culturas, a las personas les son negados los valores a través del continuo proceso de aculturación en un guión que es adoptado por la cultura, pero moldeado por el equipaje kármico. Cada individuo aprende rápidamente que debe subordinarse (hasta cierto grado) a su voluntad individual y adaptarse al guión, o sufrir las consecuencias.
De una u otra forma, el guión le da a la vida una estructura; sin embargo, en la mayoría