Cómo entender tu género. Alex Iantaffi
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La división binaria de género entre hombres y mujeres también puede verse en las tiendas, por ejemplo, en cómo se colocan los juguetes o la ropa. Ya empiezan a verse algunos cambios, pero siguen bastante limitados a marcas y tiendas específicas. En general, todavía se ven juguetes etiquetados y anunciados «para niñas» o «para niños» y los juguetes «de niñas» tienden a ser rosas o de otros tonos pastel mientras que los juguetes «de niños» exhiben colores más atrevidos, primarios, como rojo, azul y amarillo. La ropa sigue una tendencia similar y en muchas tiendas la dividen en secciones para niños o niñas y hombres o mujeres. Algunas prendas de vestir, como las faldas y los vestidos, se siguen considerando dominio de la feminidad en lugar de estar disponibles para el público en general, y el maquillaje sigue la misma línea.
Pero no son solo los objetos y las mercancías lo que se etiqueta, se divide y se anuncia según una idea binaria de género. Eventos como las competiciones deportivas también se dividen en deportes para hombres y para mujeres, con todo lo que esto implica, que incluye en qué canales se retransmiten y cuánto dinero se paga a cada deportista. En Reino Unido, uno de los torneos de tenis más prestigiosos, el de Wimbledon, sigue ofreciendo un premio menor para las mujeres que para los hombres, a pesar de la incuestionable popularidad de algunas de sus principales estrellas. Estas disparidades afectan a muchas personas en lo que respecta al tipo de trabajo que les parece accesible y a la cantidad de dinero que recibirán, ya que las mujeres y las personas trans, sobre todo las mujeres trans racializadas, ganan normalmente mucho menos que los hombres cis y a menudo viven al límite o por debajo del umbral de la pobreza.
Momento para la reflexión: el género en el lugar donde vives
Tómate ahora unos minutos para reflexionar sobre cómo es la cultura dominante allí donde vives. ¿Es similar o se diferencia de lo que hemos descrito aquí? ¿En qué aspectos?
Explorando el pasado
Puede que estas ideas no sean nada nuevo para ti. Mary Wollstonecraft escribió Vindicación de los derechos de la mujer en 1792 y el feminismo sigue enfrentándose a los estereotipos de género y su impacto. Sin embargo, la noción de género binario se ha vuelto tan popular que mucha gente piensa que es «lo natural» y una consecuencia evidente de nuestra biología. Pero muchas personas han desafiado este concepto en diferentes épocas y lugares, a través del activismo, la escritura, la investigación y, simplemente, viviendo sus vidas.
Como mencionábamos en la sección 1, el género es diverso, y como tal no binario, no solo en la naturaleza sino también a lo largo de la historia. Por ejemplo, en el Imperio romano precristiano, el culto a la deidad frigia Cibeles estaba muy extendido. Sus sacerdotisas, llamadas galli, eran por regla general personas a las que se asignaba el sexo de varón al nacer y que se presentaban de una manera femenina.
En el país que muchas personas llamamos ahora Estados Unidos, los pueblos indígenas de varias naciones soberanas tenían muchas palabras para denominar múltiples géneros y múltiples expresiones y roles de género en función de quién era cada cual y de cuáles eran las necesidades de la comunidad. Esos roles eran a menudo, aunque no exclusivamente, sagrados. La diversidad de género en las naciones indígenas soberanas extrañó a los pueblos colonizadores, que no la entendían y acuñaron términos despectivos para describirla (por ejemplo, «berdache») antes de intentar erradicar por completo tales expresiones mediante el genocidio, la separación de las familias y la supresión del idioma y de las costumbres espirituales y culturales. Como hemos visto, el término inglés «Two-Spirit» (dos espíritus) lo crearon indígenas de varias naciones para reclamar esas identidades, roles y expresiones perdidas. Esta palabra y esta identidad son específicas de los pueblos indígenas y de quienes han recibido la acogida de estas familias y tradiciones.
Incluso en la historia de los pueblos caucásicos, en Reino Unido y en Estados Unidos, el género no siempre se ha visto como se ve hoy. Por ejemplo, la gente suele sorprenderse al saber que, durante un tiempo, se asumió que había un único género y que las mujeres eran una clase de hombre ligeramente inferior. Además, hace tan solo un siglo, las asociaciones actuales entre género y color eran opuestas: el azul se consideraba delicado y femenino y el rosa un color más «decidido», apropiado para los niños.
Estos son solo algunos ejemplos históricos. Hay muchos más, en muchos países y épocas. Te animamos a que sigas investigando si te interesa este tema. ¡Hay un hermoso y riquísimo tapiz de géneros, en el pasado y en el presente, en todo el mundo!
Explorando el presente
Si bien es imposible describir en un espacio tan reducido cuán rico y vasto es todavía el panorama de género en todo el mundo, nos parece que vale la pena destacar aquí la resiliencia y la existencia continuada de la diversidad de género. Por ejemplo, las hijrasI siguen formando parte del paisaje social, cultural y político actual de la India, a pesar del impacto del colonialismo. A las hijras se les asigna el sexo de varón al nacer, pero se identifican y se presentan como personas femeninas. Tienen roles espirituales, culturales y sociales específicos, que se vieron reducidos y vilipendiados durante la etapa colonial. Las kathoey son un grupo similar, pero diferenciado, de personas en Tailandia. Este tipo de experiencias pueden encontrarse en casi todos los rincones del mundo e incluyen a personas de cualquier cuerpo.
I En castellano a veces se utiliza el término «jisra», adaptación fonética de la palabra hindi.
La diversidad de género no es un dominio exclusivo de las personas trans y no binarias. Por ejemplo, algunas personas a las que se les asigna el sexo de mujer al nacer se identifican plenamente como mujeres y como butches. En la cultura afroamericana, hay quienes se identifican como mujeres y dominantes o masculinas.
Las identidades, expresiones, roles y experiencias de género no son fijas ni estáticas. No existe un concepto «puro» de género, que no se vea afectado por el impacto de la colonización, la globalización y la tecnología. El estudio de la diversidad de género en el pasado y en el presente no pretende reivindicar un pasado idílico ni exotizar cuerpos o grupos culturales específicos; más bien es un recordatorio de la fuerza de la diversidad en la naturaleza humana. Por mucho que hayamos intentado suprimir la diversidad de género, nuestras variadas identidades, expresiones, roles y experiencias siguen resurgiendo, reclamando un poco más de espacio para respirar, recordándonos que este no es un paisaje que se pueda domar y moldear en dos carreteras paralelas y diferenciadas.
Reclamar la diversidad de género
La colonización ha tenido un profundo impacto en todo el mundo sobre muchos aspectos, incluido el género. Sin embargo, los pueblos indígenas siguen padeciendo este trauma cultural e intergeneracional