Educar para la paz. Ricardo Delgado Salazar

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Educar para la paz - Ricardo Delgado Salazar Libros de investigación

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entre los poderes instituidos en la institución y las formas de evasión por parte de los grupos de pares en la misma institución educativa (Parra, 1995).

      Trabajos representativos en este campo señalan que la violencia del entorno se articula con la violencia escolar. Pérez y Mejía (1996) analizan el impacto de las violencias juveniles de barriada, traspasando la escuela, indicando que es común encontrar en los sectores populares amenazas a los centros educativos y al profesorado y grupos de justicia privados que llegan buscando muchachos, para arreglar cuentas pendientes. En este punto, se evidencia una incidencia de factores de articulación entre los tipos de violencia, que fijan las relaciones de la escuela en el entorno familiar y comunitario, el papel de las culturas de violencia juveniles de barriada y el desarrollo creciente de los impactos de los delitos y la violencia armada.

      En este orden de ideas, se avanza hacia una mirada donde la violencia escolar requiere un enfoque integral, para su análisis, prevención y superación. En un artículo publicado en la Revista Colombiana de Educación que se titula “Violencia escolar y violencia social”, Marina Camargo (1997) señala dos aspectos centrales para pensar estos procesos en el contexto escolar: la violencia es un fenómeno dual, expresado en la violencia social y política y en la violencia compleja, que incluye los fenómenos de los grupos armados, el narcotráfico, el secuestro, la delincuencia común; todos ellos, expresados como actos de agresión física, al margen del sistema de justicia. Se trata de la violencia que cobija el ámbito macro de la sociedad y la violencia situada en espacios concretos, como la calle, la familia y las instituciones educativas.

      En la escuela y la comunidad educativa, se encuentran las semillas de la violencia y, también, las semillas de la paz, para la sociedad; de esta forma se hace fundamental analizar el fenómeno de la violencia escolar, en relación con los procesos de injusticia y exclusión, con la conflictividad propia de la convivencia y con el incremento de comportamientos delictivos (porte de armas, ‘boleteo’, tráfico de estupefacientes, etc.).

      Miradas sobre el conflicto escolar

      El estudio realizado por Martha Salinas y Luz Stella Isaza en el libro Para educar en el valor de la justicia: representaciones sociales en el marco de la escuela (2003), sobre la cotidianidad escolar y el conflicto, arrojó datos interesantes sobre el comportamiento detallado de este fenómeno en el contexto escolar. En primer lugar, identificó como causas que originan el conflicto: las vivencias familiares, juveniles y comunitarias, el sistema normativo autoritario, la desnutrición, la intolerancia con las nuevas estéticas juveniles, la intolerancia con las diferencias y los celos y las diferencias entre los profesores para llamar la atención y castigar (p. 57). En segundo lugar, se indicó que estos tipos de conflictos se podían clasificar en: cognitivos, asociados a las diferentes formas de conocer, construir conocimiento y producir y legitimar saberes; comportamentales, los cuales se experimentan en las interacciones escolares alterando las relaciones interpersonales entre estudiantes, entre estudiantes y educadores y entre estudiantes y el grupo familiar, y representacionales, los cuales se asocian a las formas de entender la normatividad escolar y de ejercer el poder del gobierno escolar. En tercer lugar, se caracterizaron unas tendencias del conflicto en la escuela, centradas en afrontar sus manifestaciones mediante respuestas diversas, que van desde ignorar, evadir, negar y afrontar con autoritarismo hasta intervenir con la mediación, la conciliación y con medidas de prevención, control, regulación y con modalidades integrales de democracia escolar.

      Al respecto, en el actual momento histórico del país los estudios sobre el conflicto escolar se incrementan y se establecen coincidencias, a partir de lo cual los autores coinciden en concebir la escuela como espacio fundamental para formar en los valores de la convivencia y crear capacidades para reconocer la diferencia, respetar la diversidad, dialogar, negociar, conciliar y desarrollar la democracia escolar, potenciando la participación, la justicia y nuevas concepciones de la micropolítica escolar, de acuerdo con Cubides (2001) y con Herrera, Pinilla e Infante (2001).

      Miradas sobre la intimidación escolar

      En esta línea de estudios se encuentran los trabajos sobre la intimidación escolar realizados por la Universidad de los Andes (Chaux, Bustamante, Castellanos, Chaparro y Jiménez, 2009), que además de reflejar el proceso sociocultural y político correlacionado en los estudios referenciados en este aparte, introduce y reposiciona la variable psicoafectiva y pedagógica, para el manejo integral de los procesos de agresión en la vida escolar. Este grupo de investigación inicia su trabajo reconociendo un concepto no abordado dentro del conflicto escolar: la intimidación y su expresión dentro del contexto escolar, esta no es la única que afecta la convivencia escolar, ya que sus manifestaciones se vienen expresando de diversas maneras en el contexto educativo. Al hacer este reconocimiento, se está tomando conciencia de la magnitud del problema en Colombia y de las graves repercusiones, no solo en la convivencia en general, sino en las consecuencias individuales que trae para los estudiantes y sus familias.

      La intimidación es la agresión repetida y sistemática que ejercen una o varias personas contra alguien que está en una posición de menos poder que sus agresores (Olweus, 1993). Esta agresión puede ser física (puños, patadas, empujones, etc.), verbal (insultos, burlas, ofensas, etc.), relacional (exclusión, chismes, etc.) o virtual (mensajes ofensivos en internet, celulares y redes sociales), lo que trae como consecuencia un proceso repetido y sistemático de la manifestación del conflicto y resoluciones del conflicto no negociadas; en este proceso se da un incremento de la ansiedad, depresión, pérdida de motivación, tendencias suicidas y se recurre a la venganza violenta contra quienes son los victimarios.

      En los estudios adelantados por Chaux y su equipo de investigación, se resalta el alto índice que presenta Colombia, frente a otros países, en la manifestación de la intimidación escolar, tanto en el caso de los pares, como entre educadores y estudiantes. Sin embargo, el rasgo innovador de este trabajo es entender la intimidación como un fenómeno grupal, tanto en su realización, escalada, como en la potencialidad de trabajar con el grupo para prevenir y frenar la intimidación.

      Al respecto, Christina Salmivalli, Lagerpetz, Borkgist, Österman y Kaukiainen (1996) identificaron seis roles que desempeñan los estudiantes frente a la intimidación: 1) ‘víctima’, objetivo de la intimidación; 2) ‘intimidador líder’, iniciante y líder de la intimidación; 3) ‘los asistentes’, ayudantes del líder en todo el proceso de intimidación; 4) ‘los reforzadores’, incitadores, observadores y celebrantes de la intimidación; 5) ‘los defensores’, interventores que frenan la intimidación o consuelan a la víctima una vez ha terminado la intimidación, y 6) ‘los externos’, personas que se alejan o nunca están presentes cuando se presentan estas intimidaciones.

      Partiendo de la anterior relación de roles, el grupo de investigadores de la Universidad de los Andes resalta el papel que pueden tener los observadores y los externos, dado que cuando se presentan los eventos de intimidación, no se actúa por miedo, para evitar problemas o porque no se sabe exactamente cómo intervenir. Es así como, a partir de los estudios realizados, el grupo propone el desarrollo de tres estrategias de competencias ciudadanas: la empatía, la asertividad y el cuestionamiento de creencias, indicando que aunque no son las únicas posibles, tienen un gran potencial en la modalidad del trabajo desde la perspectiva de los testigos.

      Miradas sobre el impacto del conflicto armado en el contexto educativo

      Bajo el recorrido realizado, encontramos que la degradación de los conflictos sociales y políticos en Colombia, hacia la violencia armada, han impactado en diversos territorios de Colombia, entre ellos está el funcionamiento de la institución educativa. En este problemático escenario, se encuentran dos tipos de estudio: los que se ocupan de analizar las dinámicas de la guerra y las formas de impactar en la escuela y los que se ocupan de identificar las implicaciones que enfrenta la institución educativa para la integración de víctimas y excombatientes.

      Impactos de la guerra en la escuela

      Los

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