Democracia y desplazamiento durante la guerra civil colombiana. Abbey Steele
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Las personas, por lo tanto, pueden interiorizar una identidad colectiva como resultado de lealtades emocionales, ideología, violencia durante una guerra civil, sentimientos o, incluso, decisiones pragmáticas. Sin importar la fuente de apego individual a una identidad colectiva y, por extensión, a un grupo armado, en el caso de guerras civiles, los intereses de las personas con respecto a la seguridad y su pertenencia a un grupo se refuerzan entre sí y producen o afianzan disputas durante las guerras. Esas disputas, y las adhesiones individuales que les sirven de base, tienen implicaciones importantes sobre la forma en que los miembros de cada bando tienden a actuar y sobre las amenazas que pueden enfrentar durante la guerra.
Objetivos militares selectivos, indiscriminados y colectivos
Los grupos armados –tanto insurgentes como contrainsurgentes– procuran evitar la traición y buscan fomentar la obediencia entre los civiles. Los procesos anteriores a la guerra y los que tienen lugar durante la misma crean estímulos e identidades de grupo que llevan a los civiles a ser desleales, sin prestar atención al riesgo. El reto principal para los grupos armados, por lo tanto, es identificar y sancionar a los civiles desleales.
Para lograrlo, los grupos armados emplean la violencia y la amenaza de ejercerla, con el fin de generar obediencia y castigar la deslealtad, lo cual tiene como propósito ganar o mantener control territorial. De nuevo, la deslealtad es importante porque puede entorpecer la habilidad de un grupo armado para sortear los desafíos que los grupos armados rivales imponen a los esfuerzos de controlar un territorio. Según la forma de deslealtad que el grupo armado prevé o detecta, pondrá el punto de mira sobre personas o grupos. En otras palabras, la decisión sobre las posibles víctimas de la violencia: personas, grupos o cualquier persona, marca una distinción clave entre las formas de violencia. Denomino esta distinción “identificación de objetivos militares”, que se refiere a la elección de civiles que un grupo armado define como destinatarios potenciales de actos violentos. Tres tipos de objetivos militares fundamentan la mayor parte de la violencia en las guerras civiles: selectivos, indiscriminados y colectivos (Steele 2009; Kalyvas 2006; Wood 2010; Gutiérrez Sanín y Wood, 2017).13 Al enfrentar cualquier amenaza de violencia, los civiles tratan de garantizar su seguridad y la de sus seres queridos. Alcanzar esa meta suele depender del tipo de punto de mira desde la cual son observados por los grupos armados. Como resultado, la manera en que la población civil responde a su transformación en objetivo militar abre paso a diferentes formas de desplazamiento.
La identificación de objetivos militares selectivos es la más peligrosa para la población civil. Los civiles son puestos en el punto de mira por un grupo armado debido a su participación en algún hecho particular o, probablemente, como ocurre a menudo, por las acusaciones al respecto. Aquellos que han colaborado con un grupo armado rival o que se han involucrado con alguna actividad que un grupo armado desaprueba, como liderar una organización social o participar en política, son destinatarios frecuentes de la violencia selectiva. En otras palabras, la identificación de objetivos militares selectivos se caracteriza por su alta especificidad. Las personas pueden ser puestas en el punto de mira debido a motivos políticos o personales. La identificación de objetivos militares selectivos de orden político se da cuando las personas son puestas en el punto de mira debido a que no cooperan con un grupo armado o porque se han pasado a un bando contrario. De acuerdo con Kalyvas (2006, 142), “la violencia es selectiva cuando existe una intención de establecer culpabilidad individual”. La identificación de objetivos militares selectivos de orden personal está basada en la acusación proferida por otro civil, por motivos tales como venganza o ambición, que no están relacionados con el apoyo a un grupo armado específico (Kalyvas 2006).14
El ataque contra objetivos militares indiscriminados no guarda relación con atributo o comportamiento alguno, por lo que cualquier persona es una víctima potencial.15 La violencia contra objetivos militares indiscriminados (desde el punto de vista de los civiles) puede ser dirigida de modo aleatorio hacia las comunidades o puede ocurrir cuando los grupos armados se enfrentan cerca de zonas habitadas.16 Cualquier “daño colateral” ocasionado por esas confrontaciones constituye violencia indiscriminada, porque los civiles no son los destinatarios intencionales de la misma. Con frecuencia, la violencia que tiene lugar durante una guerra civil es descrita de esa forma por los observadores. En 2008, el New York Times informó que el LRA (Lord’s Resistance Army, o Ejército de Resistencia del Señor) masacró a cientos de personas en el Congo sin motivo alguno (Gettleman 2008). En su Informe Global (Global Overview) de 2009, el Centro de Monitoreo del Desplazamiento Interno –CMDI– (Internal Displacement Monitoring Centre –IDMC–) mencionó que en Yemen “en el apogeo de la contienda en 2008, 130.000 personas supuestamente habían sido desplazadas en el marco de un conflicto que había incluido bombardeos a zonas habitadas por civiles, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y presunto reclutamiento de menores por parte de todos los bandos” (IDMC 2010). Jason Lyall (2009) consideró que los ataques con misiles lanzados por soldados rusos en Chechenia fueron fortuitos y que se debieron a una borrachera.
La identificación de objetivos militares colectivos se refiere a la violencia o a las amenazas de violencia contra los miembros de un grupo debido a su pertenencia al mismo.17 Es decir, la pertenencia a un grupo es “integral más que fortuita” para la definición de objetivos militares (Brubaker y Laitin 1998, 428). La identificación de objetivos militares colectivos se diferencia de circunstancias tales como estar atrapado en medio del fuego cruzado entre grupos armados en combate, ser puesto en un punto de mira indiscriminado junto con los demás civiles o terminar convertido en objetivo selectivo por no haber cooperado o por ser traidor. Para inferir si la población está respaldando a un adversario, los grupos armados (al igual que los civiles) emplean las filiaciones que los civiles expresan con respecto a ciertas colectividades. La filiación puede estar relacionada con la vecindad, el origen étnico o con algún atributo que sea revelador sobre la “circunscripción social” de un grupo armado (Schubiger 2015). Cuando un civil es puesto en el punto de mira debido a un rasgo específico que genera sospecha acerca de la pertenencia a un grupo, esa persona tiene una probabilidad mayor de experimentar los embates de la violencia que un civil que carece de sus características. El origen étnico es un criterio relacionado de manera frecuente con la identificación de objetivos militares. Bosnia, Croacia, Sri Lanka, Chipre y Sudán han pasado por situaciones de confrontación y limpieza étnica. En Uganda, los acholi fueron desalojados de sus aldeas y enviados a campos de reasentamiento (Branch 2006). En Costa de Marfil, los adeptos al gobierno fueron acusados de “asesinatos y violaciones ejecutados por motivos étnicos en Abidjan” (IDMC 2012a). En otros conflictos, los tipos de organizaciones u oficios en los que las personas están circunscritas se convierten en criterio para la identificación de objetivos militares. El Centro de Monitoreo del Desplazamiento Interno consideró indiscriminada la violencia ejercida por insurgentes en Tailandia, a pesar de que solamente algunos tipos de personas fueron convertidas en objetivo: “representantes y símbolos del estado tailandés, incluyendo profesores y escuelas” (IDMC 2014a). Stepputat