Explotación, colonialismo y lucha por la democracia en América Latina. Pablo González Casanova

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Explotación, colonialismo y lucha por la democracia en América Latina - Pablo González Casanova Inter Pares

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la deshumanización del colonizado. En la sociedad colonial hay una etiqueta complicada que señala los términos en que debe y puede uno dirigirse a los diferentes grupos sociales, “el grado de cortesía o grosería que son aceptables”,[23] el tipo de “humillaciones que son naturales”:

      A estas complicadas formas de la humillación y la cortesía, típicas de la adscripción de la sociedad tradicional, se añade la deshumanización del colonizado, o su percepción como una cosa, cuyas funciones psicológicas, sociales y políticas sólo pueden encontrar paralelo en los estudios sobre la psicología de los nazis. Este fenómeno da lugar a los procesos de manipulación, sadismo, agresividad, que aparecen en tantas denuncias del trato colonial y que Memmi señala con violencia:

      Esta psicología con reglas muy complicadas de trato, prejuicios y formas de percepción del hombre colonizado como cosa, está vinculada a las formas de la política interna de la sociedad colonial, a una política de manipulación y discriminación que aparecen en el orden jurídico, educacional, lingüístico, administrativo y que tienden a sancionar y aumentar el “pluralismo” social y las relaciones de dominio y explotación características de la colonia. Sobre este punto, la literatura histórica y jurídica es demasiado amplia para intentar siquiera una síntesis.

      VII

      Pero si éstas son las características típicas del colonialismo, el problema radica en saber hasta qué punto se dan en lo que hemos llamado el “colonialismo interno”, y hasta qué punto se da el fenómeno mismo del colonialismo interno.

      Es un hecho bien conocido que al lograr su independencia las antiguas colonias, no cambia súbitamente su estructura internacional e interna. La estructura social internacional continúa en gran parte siendo la misma y amerita una política de “descolonización”, según se ha visto con toda claridad, particularmente por los dirigentes de las nuevas naciones y por los investigadores europeos. En el terreno interno ocurre otro tanto, aunque el problema no haya merecido el mismo énfasis sino, como dijimos anteriormente, observaciones ocasionales. Las nuevas naciones conservan, sobre todo, el carácter dual de la sociedad y un tipo de relaciones similares a las de la sociedad colonial que ameritan un estudio objetivo y sistemático. El problema consiste en investigar hasta qué punto se dan las características típicas del colonialismo y de la sociedad colonial en las nuevas naciones y en la estructura social de las nuevas naciones; su situación en un momento dado y su dinámica, su comportamiento a lo largo de las distintas etapas del desarrollo.

      Quizá al llegar aquí debamos preguntar qué valor puede tener esta investigación, e intentar responder algunas de las preguntas que formulamos con anterioridad. ¿Hasta qué punto esta categoría —el colonialismo interno— es realmente distinta de otras que emplean las ciencias sociales? ¿Hasta qué punto se puede estudiar en forma sistemática y precisa? y, en suma, ¿qué valor explicativo puede tener en un análisis sociológico del desarrollo?

      1. El colonialismo interno corresponde a una estructura de relaciones sociales de dominio y explotación entre grupos culturales heterogéneos, distintos. Si alguna diferencia específica tiene respecto de otras relaciones de dominio y explotación (ciudad-campo, clases sociales), es la heterogeneidad cultural que históricamente produce la conquista de unos pueblos por otros, y que permite hablar no sólo de diferencias culturales (que existen entre la población urbana y rural y en las clases sociales), sino de diferencias de civilización.

      La estructura colonial y el colonialismo interno se distinguen de la estructura de clases porque no son sólo una relación de dominio y explotación de los trabajadores por los propietarios de los bienes de producción y sus colaboradores, sino una relación de dominio y explotación de una población (con sus distintas clases, propietarios, trabajadores) por otra población que también tiene distintas clases (propietarios y trabajadores). La estructura interna colonial, el colonialismo interno, tiene amplias diferencias con la estructura de clase, y suficientes diferencias con las relaciones de la estructura ciudad-campo como para utilizarla como instrumento analítico. Su función explicativa necesariamente aclarará estas diferencias.

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