Explotación, colonialismo y lucha por la democracia en América Latina. Pablo González Casanova
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[8] J. H. Adler, “Some Policy Problems in Economic Development”, Economic Development & Cultural Change 2, vol. IX (1961).
[9] United Nations Document A/74, 21 de octubre de 1946, pp. 5-6.
[10] E. J. Sady, The United Nations and Dependent Peoples, Washington, D.C., The Brookings Institution, 1957, pp. 78-79.
[11] Ch. de Secondat, barón de Montesquieu, De l´esprit des lois, t. II, París, Garnier, 1949, p. 329.
[12] H. Merivale, Lectures on Colonization and Colonies: Delivered Before the University of Oxford in 1840 and 1841, Londres, Scholar’s Bookshelf, 1967, p. 188.
[13] G. Myrdal, Teoría económica y regiones subdesarrolladas, México, Fondo de Cultura Económica, 1959, pp. 69 ss.
[14] Véase F. Perroux, L’économie du XXème siècle, París, Presses Universitaires de France, 1961, pp. 195, 408 y 557.
[15] Éste es el efecto directo e inmediato. Indirectamente y a largo plazo el crecimiento colonial —como lo visualizó el propio Marx— “disolvió las comunidades semibárbaras, las comunidades semicivilizadas, rompiendo sus bases económicas”; “provocó una gran revolución social” (K. Marx y F. Engels, “The British Rule in India”, en On Colonialism, Moscú, Foreign Language Publishing House, p. 36), y, diríamos, un proceso “indirecto” de aculturación internacional que condujo a la postre, como oposición al propio colonialismo, al “igualitarismo” internacional con respeto a las “identidades” y a las culturas no “occidentales”.
[16] C. Furtado, Formação econômica do Brasil, Río de Janeiro, Fundo de Cultura, 1959.
[17] E. C. Walter, Colonies, Cambridge, Cambridge University Press, 1944, p. 72.
[18] Véase A. Lambert, Os dois Brasis, Río de Janeiro, Ministério de Educação e Cultura, 1959.
[19] J. A. Hobson, Imperialism: A Study, Londres, George Allen & Unwin, 1948, p. 253.
[20] E. J. Sady, The United Nations and Dependent Peoples, cit., p. 6.
[21] Véase A. Memmi, Portrait du colonisé précédé du portrait du colonisateur, París, Correa, 1957.
[22] F. Fanon, Les damnés de la terre, cit. (casos psiquiátricos).
[23] K. N. Panikkar, L’Asie et la domination occidentale du XVème siècle à nos jours, París, Éditions du Seuil, 1956, p. 145.
[24] A. Memmi, op. cit., p. 114.
[25] Ibid.
[26] J. H. Kauts K., Political Change in Underdeveloped Countries, Nueva York, John Willey & Sons, 1962, pp. 15 y 17; B. F. Hoselitz, op. cit., pp. 162 y 195.
[27] Hoselitz, op. cit., p. 148.
[28] L. W. Shannon, “Is Level of Development Related to Capacity for Self Government?”, The American Journal of Economics & Sociology 4, vol. 17 (1958), pp. 367-382.
[29] K. W. Deutsch, “Social Mobilization and Political Development”, The American Political Science Review 3, vol. LV (1961), pp. 493-514.
[30] Id., “Toward an Inventory of Basic Trends and Patterns in Comparative and International Politics”, The American Political Science Review 1, vol. XIV (1960), pp. 39-57.
[31] Para algunos casos se puede disponer de estadísticas oficiales. Nosotros intentamos buscar en el caso de México correlaciones por regiones indígenas y no indígenas, sin encontrar coeficientes significativos, en gran parte, quizá, porque la población que no es de habla indígena tiene, en las proximidades de las comunidades indígenas, condiciones de vida similares a las de aquéllas.
[32] P. González Casanova, “Sociedad plural y desarrollo: el caso de México”, América Latina 4, vol. V (1962), pp. 31-51.
[33] A. D. Marroquín, “Economía de las zonas indígenas” (mimeo), México, 1956.
[34] P. González Casanova, “México: el ciclo de una revolución agraria”, Cuadernos Americanos [enero-febrero (1962)], pp. 7-29.
[35] P. González Casanova, La democracia en México: estructura política y desarrollo económico, México, Era, 1967.
[36] Id., “México: desarrollo, subdesarrollo”, Desarrollo económico [abril-septiembre (1963)].
Sociología de la explotación[1]
POSIBILIDADES
Hace diez años Henri Denis definía la economía política como una investigación que por la vía de la abstracción estudia “la naturaleza profunda de los sistemas económicos y de las leyes esenciales del desarrollo”[2]. Por el contrario, pensaba que “la sociología económica es un estudio comparativo sistemático de los hechos concretos que se relacionan a la vida de los hombres”[3].
En esa época era raro que un marxista acordara importancia científica a la sociología. El caso de Denis era más bien excepcional. La mayor parte consideraba que la sociología es una mera ideología burguesa, o destacaba el carácter esquemático de las técnicas sociológicas y las “graves consecuencias” que podía traer el uso de las leyes estadísticas. Esto ocurría incluso entre pensadores tan abiertos y finos como Gramsci, que al lado de la utilidad que tiene la “filología” para la precisión de