Relatos sociológicos y sociedad. Claudio Ramos Zincke

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Relatos sociológicos y sociedad - Claudio Ramos Zincke страница 15

Автор:
Серия:
Издательство:
Relatos sociológicos y sociedad - Claudio Ramos Zincke

Скачать книгу

el propio autor y cómo ella va extendiéndose y densificándose. Tales redes intertextuales pueden entenderse como redes de influencia, pero también son redes de abastecimiento de recursos teóricos y metodológicos, analíticos e interpretativos, que alimentan la creatividad local, siendo apropiados y reconvertidos por nuestros autores.

      d. Red de transporte de la referencia. El relato sociológico no es como cualquier otro relato sobre la sociedad, como puede ser el relato religioso, el relato literario o el meramente ideológico. En la elaboración narrativa científico social es fundamental, por una parte, su armazón teórico conceptual y metodológica, nutrida decisivamente por vía de la red intertextual y, por otra parte, el proceso de revisión y ratificación, rechazo o modificación de sus afirmaciones a partir del diseño de alguna forma de conexión con el mundo, de manera tal de generarse “irritaciones”, como dice Luhmann, que lleven a la revisión del conocimiento científico acumulado y al aprendizaje cognitivo. Esta conexión es entendida por Latour como una cadena de operaciones a través de las cuales circula la referencia desde el mundo, desde el espacio de la experiencia, hasta las oficinas o lugar de trabajo del investigador y que, finalmente, en forma muy “aplanada” y plegada, es llevada a sus publicaciones (Latour, 2001; Latour y Woolgar, 1986; Ramos, 2012c). Por medio de ella se introduce en el texto ese material acarreado: experiencias diversas de la población del país, del momento presente o de la historia anterior. Esta es una red de conexiones distintiva de la ciencia y fuente de su peculiar potencialidad orientadora con respecto a la realidad.

      La red de producción, propiamente hablando, está compuesta por todas estas subredes7. No obstante, dentro de la presentación a lo largo del libro hablaré con frecuencia de “red de producción”, con esas palabras, para referirme a las dos primeras, que corresponden a las redes desde las cuales se articula el relato. A las dos segundas me referiré con su nombre particular –red intertextual o red de circulación de la referencia–, como redes cuyos contenidos circulantes son objeto de integración al relato.

      (2) Los relatos mismos. Respecto a este segundo componente, estudiaré la construcción argumentativa, con su tejido teórico y con el material evidencial que le sirve de sustento, todo lo cual adopta expresión textual de acceso público en la forma de publicaciones. A través suyo emergen entidades, procesos y relaciones atribuidos al mundo, configurándolo de modos determinados y otorgándole sentido. En cuanto elaboración científica, este relato se guía por el código de la verdad; cuando menos, la noción de verdad sirve como ideal regulatorio. Junto con estos elementos, que son los propios de la construcción propiamente científica, también revisten importancia el estilo en la redacción y las formas retóricas que se empleen, que contribuyen a la persuasión de sus receptores tanto dentro como fuera del campo de la ciencia. Atiendo a los ejes argumentales, al estilo y a las características retóricas de los textos. También, en algunos casos, cuando sea relevante, aludiré a los soportes materiales del texto. Aunque estos análisis los he hecho con respecto a una gran cantidad de textos, aquí solo presentaré algunos de ellos que sean especialmente relevantes.

      (3) La difusión y alcance logrado por los relatos es el tercer aspecto a analizar. La publicación de artículos y libros proyecta el alcance de los relatos. Las ediciones de libros para publicación masiva lo extienden más allá de las fronteras de la ciencia. Los textos se hacen parte de prácticas y son usados para fines diversos por los actores sociales. Eventualmente los relatos tienen algún grado de performatividad. Al respecto, es necesario advertir que la forma en que estas narrativas se entretejen con la trama discursiva y práctica de la sociedad es extremadamente compleja y muy difícil de desentrañar. Por tanto, lo más que podré hacer es señalar algunos eslabonamientos destacados y plantear ciertas inferencias plausibles sobre la forma general y dirección de tal proceso de difusión. Del mismo modo, sobre el resultado performativo de tal diseminación del relato haré algunas conjeturas generales apoyadas en la información obtenida8.

      ¿Cómo indagar simultáneamente en el contenido de publicaciones sociológicas, redes de producción de ellas y performatividad que logran los sociólogos estudiados? Ante la abundancia de sus trabajos sociológicos, sobre todo si la intención es cubrir el desarrollo histórico de los relatos, era necesario tomar opciones que restringieran el campo de estudio, que definieran una ruta relativamente acotada a seguir en la investigación. La decisión fue seleccionar la obra de unos pocos autores que constituyeran nodos centrales en las redes de elaboración de relatos sociológicos en el país y, a través de ellos, explorar las conexiones desplegadas, en un recorrido temporal que cubriera desde los inicios de la sociología, de la sociología institucionalizada, en el país.

      Una estrategia alternativa podría haber sido comenzar por identificar relatos, hacer un mapeo de tales relatos y de allí identificar autores. Pero, ¿cómo hacer tal mapa?, ¿qué corpus seleccionar para ello?, ¿desde dónde partir? De cualquier modo que respondiera a tales preguntas, una vez identificado un conjunto de relatos podría dirigir la indagación hacia su red de producción. Esta sería una red compleja, con diferentes centros y agrupaciones. ¿Cómo abordarla? ¿Sería útil hacer un análisis de redes? En fin, es una estrategia que tiene sus potencialidades, pero también sus incógnitas y dificultades. El balance de beneficios y costos me llevó al camino finalmente adoptado, de poner el foco en tres autores y seguirlos.

      Los tres autores fueron seleccionados dentro del grupo de los que son más citados en el campo de las ciencias sociales y de los que tienen más visibilidad en la esfera pública medial (Ramos, 2012b, 2014a, 2012a). Los tres sociólogos elegidos son conspicuos intelectuales, importantes creadores y difusores de conocimiento científico social, muy productivos, ampliamente reconocidos, dentro y fuera de la academia, y que han recibido distinciones nacionales e internacionales por su obra. Están entre los más leídos y citados del país durante los últimos 30 o más años. Los tres han aplicado extensamente las herramientas de la sociología para comprender y explicar la realidad social en que vivimos.

      Hay algunos otros nombres que podrían haber sido elegidos. De hecho, tuve varios en carpeta. En listados iniciales consideré también a Manuel Antonio Garretón, Eugenio Tironi, Gabriel Salazar y, como exponente de una generación más reciente, a Alberto Mayol.

      Garretón es un destacado intelectual público, con una obra reconocida, y cuya voz se ha escuchado en torno a la política y sociedad en Chile desde la década de 1970, e incluso antes, cuando formó parte del movimiento estudiantil en la Universidad Católica. Su producción y labor de difusión de sus ideas tiene una magnitud comparable a la de los autores seleccionados. Pese a que era un buen candidato, finalmente no lo elegí porque tenía, al menos en el período inicial, bastante superposición con Moulian, y mi intención era explorar zonas discursivas más marcadamente diferenciadas, más contrastantes. Por tanto, debía elegir entre ambos, y Moulian es el que deriva más marcadamente hacia la zona crítica que era importante aprehender.

      Un muy interesante exponente de las narrativas sobre la sociedad es Norbert Lechner, quien agrega una dimensión subjetiva ausente en otros relatos. No lo incluí en el listado dado que opté por concentrar la atención en los sociólogos y la elaboración argumentativa desde tal disciplina9. A Jorge Larraín no lo consideré, por su larga ausencia del país, durante 20 años, y por su mayor reclusión en la academia. A Salazar, pese a que es historiador, en principio pensé incluirlo, por su formación como sociólogo en su doctorado y porque da forma a un relato marcadamente contrastante con el de los otros autores, con su atención a las luchas y movimientos populares y a lo que llama el “bajo pueblo”, aunque es un relato de menor difusión. También incluí al inicio a Eugenio Tironi, quien llega a establecer una conexión con el mundo de la empresa que los otros no tienen, y que muestra una deriva en sus redes de producción y una elaboración narrativa atractivas de indagar. Mayol, otro nombre en la lista inicial, refleja un nuevo tipo de relato, usando estilo y recursos diferentes, en conexión con una red de producción también contrastante.

      Luego de un cierto trecho, tuve que decidir acotarme a solo los tres autores indicados. No

Скачать книгу