Relatos sociológicos y sociedad. Claudio Ramos Zincke

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Relatos sociológicos y sociedad - Claudio Ramos Zincke

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Vekemans conforma un equipo de expertos, internacionales y nacionales, que elaboran investigaciones, proyectos de acción social y seminarios de discusión. El CIAS chileno pasa a ser conocido bajo el nombre de Centro Bellarmino, el cual también incluye la revista Mensaje y el Instituto de Humanismo Cristiano, más otras unidades, integrando y ampliando lo que había sido la obra del padre Alberto Hurtado. Entre sus integrantes internacionales se contaba con Franz Hinkelammert y Armand Mattelart, y entre los nacionales con los jesuitas Hernán Larraín, quien será un destacado director de la Revista Mensaje, primer director de la Escuela de Psicología en la Universidad Católica y figura intelectual de la Reforma Universitaria, y Renato Poblete, quien dirigirá durante largo tiempo un centro de investigaciones sociorreligiosas (Cisoc) integrado al Centro Bellarmino.

      En 1960 Vekemans crea un nuevo instituto articulado con el Centro Bellarmino, el Centro para el Desarrollo Económico y Social de América Latina (Desal), el cual desarrollará proyectos de investigación social y acción pastoral de gran envergadura, con importantes financiamientos internacionales gestionados por el mismo Vekemans. Es un centro regional de discusión de políticas de desarrollo y reforma social. Dentro suyo, luego de dejar, en 1962, la Escuela de Sociología de la Universidad Católica, Vekemans elaborará una narrativa sociológica, que alcanzará amplia difusión, sobre la marginalidad y planteará modelos de integración social mediante la promoción popular que cada vez más combativamente irán siendo presentados en oposición a las formulaciones marxistas (Beigel, 2011: 87). En 1965, se agrega al Centro Bellarmino una nueva unidad con fines de docencia, Ilades, que realiza seminarios y ofrece una Licenciatura en Ciencias del Desarrollo con alumnos de toda América Latina. Vekemans concibe al CIAS y a la Escuela de Sociología de la Universidad Católica, y luego al Desal, como instrumentos para favorecer, desde el mundo intelectual católico, el desarrollo del país y la transformación de la sociedad (Brunner, 1988a: 270).

      El Centro Bellarmino pronto se constituye en un foro para la juventud católica, particularmente de la Acción Católica, y para dirigentes demócrata cristianos, siendo un lugar “dinamizador de la militancia social católica” que influirá en el movimiento demócrata cristiano (Beigel, 2011: 84). La Democracia Cristiana es creada en 1957 y la Iglesia, en 1962, declara su apoyo a involucrarse en la implementación de reformas estructurales que garantizaran la justicia social y evitaran el comunismo, en lo cual habría influido este grupo de sociólogos jesuitas (Correa Sutil, 2004).

      En la Universidad Católica, junto con diversos catedráticos europeos, Moulian tiene como profesor en economía a Sergio de Castro, y en historia a dos destacados historiadores, Ricardo Krebs y Gonzalo Vial; este último hace un curso de Historia Social de Chile, y de cuya obra su estudiante mantendrá una alta valoración durante toda su vida. Moulian es uno de los alumnos destacados de la escuela y ya en tercer año, en 1961, está a cargo de seminarios. En 1964 sale Vekemans de la dirección, por controversias internas respecto a la orientación de la Escuela y la asume Raúl Urzúa, integrante como Moulian de la primera promoción y quien había sido apoyado para realizar estudios en la University of California, Los Ángeles (UCLA) (Brunner, 1988a: 287). Urzúa, junto con otros profesores educados en EE.UU., incorpora una orientación más positivista en la formación, generando inicialmente una extraña mezcla con la orientación normativa original. Junto con la salida de Vekemans, en todo caso, el énfasis en la doctrina social de la Iglesia irá también desapareciendo. Se produce, en pocos años, una “norteamericanización” de la formación, prestándose una especial atención al dominio de métodos y técnicas de investigación que antes no había estado (Brunner, 1988a: 273), minimizándose el componente normativo católico.

      Con el apoyo de Vekemans, en 1963, Moulian obtiene una beca para ir a estudiar a la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, donde estuvo hasta principios de 1966. Allí estudia en el Instituto de Ciencias Políticas y Sociales y obtiene el grado de licenciado en Ciencias Sociales del Trabajo. A su retorno a Chile, es contratado por la Escuela de Sociología como profesor medio tiempo. Tiene 27 años. Ese año 1966 ingresa Pedro Morandé a la Escuela de Sociología. Al año siguiente, a Moulian se le asigna jornada completa y sigue de profesor en la Escuela hasta 1971.

      En 1968, en uno de sus comportamientos impulsivos, viaja a Francia, siguiendo a Giselle Munizaga, socióloga de la generación siguiente a la suya, llegando justo para presenciar las protestas universitarias de mayo de ese año, cuyo recuerdo le quedará muy grabado.

      Entre 1966 y 1971 dicta cursos de “Sociología industrial”, “Ideologías Políticas”, “Sociología política”, “Sociología del movimiento obrero”, “Clases sociales y populismo” y “Problemas políticos de la transición chilena”. Comparte el curso de “Teoría sociológica clásica” con Luis Scherz, encargándose Moulian de Marx. Los suyos son los primeros cursos de teoría marxista y Moulian usa como material de trabajo los manuscritos de Los conceptos elementales del materialismo histórico, la obra de Marta Harnecker, quien la publica en 196821.

      En 1969 obtiene una beca de la Fundación Ford para ir a estudiar a París y con esa beca viajará nuevamente a Europa, en 1970, a realizar estudios de doctorado en Francia. No obstante, el triunfo de Allende en las elecciones presidenciales le hace finalmente desistir de continuar sus estudios, ya que no quería perderse un proceso con el cual se sentía muy comprometido. A París lo acompañó su, por entonces, pareja, Giselle Munizaga. Estaban esperando un segundo hijo, que nació multiplicado por dos, en Europa. Eso retardó su retorno22. Así, al cabo de cinco meses está de vuelta en Chile, y nunca más retomará la intención de realizar estudios de doctorado. Es otro de los distinguidos intelectuales de esta generación que para lograr su prestigio no han requerido la consagración académica expresada en el grado de doctor.

      Cuando viaja a realizar sus estudios en Bélgica lo hace simultáneamente con Rodrigo Ambrosio, quien va a hacer un doctorado en la Escuela de Altos Estudios de la Universidad de París, y de Marta Harnecker, quien va a un doctorado en Psicología Social en Universidad de La Sorbona, donde estudia con Louis Althusser. Esta psicóloga es una de las primeras alumnas de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica, formada por Hernán Larraín, sacerdote jesuita. Llegará a ser una de las más importantes divulgadoras del marxismo en América Latina. Ya su tesis de licenciatura anticipaba sus inclinaciones: “Fenomenología del acto libre”. Su obra Los conceptos elementales del materialismo histórico, publicada por primera vez en 1968, tiene hoy más de 70 ediciones, siendo uno de los textos sobre el marxismo más leídos a nivel mundial. Ese mismo año se incorpora a la Universidad de Chile, haciendo clases en materia de marxismo. Allí participará, entre otras cosas, en seminarios de lectura de El Capital, en el CESO. Entre junio de 1972 y septiembre de 1973, será directora del semanario Chile Hoy, revista de análisis sociopolítico que buscaba acoger los distintos puntos de vista existentes en la izquierda y el movimiento popular (Cárdenas, 2015).

      Moulian tiene participación activa en el movimiento de reforma de la Universidad Católica, en 1966 y 1967, donde también se involucran, entre otros, Manuel Antonio Garretón, José Joaquín Brunner, Enrique Correa y Carlos Catalán. Esas experiencias y las reflexiones dentro del grupo van llevándolos a una postura de mayor radicalidad en cuanto al cambio social buscado dentro de la Democracia Cristiana, a cuyo alero se encontraba la mayor parte de ese grupo, conduciendo finalmente a la ruptura y a la opción de armar una organización política diferenciada. Moulian, en todo caso, dice no haber integrado nunca la DC, pero pertenecía a tal grupo.

      Compartían ellos una fuerte motivación social en la que había incidido su participación en la Acción Católica y tenían una preocupación intelectual alimentada por sus lecturas y constantes conversaciones y discusiones. La formación en Europa, de algunos de ellos, además había enriquecido la reflexión intelectual, incorporando un fuerte componente marxista, fundamentalmente por vía de Althusser. Si bien la que participaba directamente en la relación con Althusser era Marta Harnecker, a través suyo asimilaban sus ideas. En esos momentos, años 1963-1966, Ambrosio

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