Relatos sociológicos y sociedad. Claudio Ramos Zincke

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Relatos sociológicos y sociedad - Claudio Ramos Zincke

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heterogéneos; (3) presiones por aumento del reparto del excedente. Así, la reforma educacional de 1965 busca la expansión del sistema, la ampliación del reclutamiento de élites a través del sistema universitario y la formación de un nuevo orden escolar para socializar principios y capacidades participativas (Brunner, 1980j: 24; 1981d: 142).

      La reforma de 1980 emerge bajo un nuevo patrón de dominación, bajo un Estado autoritario-represivo. En él, una clase opera bajo la protección de ese Estado, controla los procesos de acumulación y creación. En esta forma de dominación el disciplinamiento de la sociedad reemplaza la legitimación comunicativa del orden. Esta reforma sustituye el orden educativo para la expresividad social por un orden para el disciplinamiento social. Este nuevo orden “se organiza […] en torno a un criterio de diferenciación social que debe hacer posible, durante el período de la primera socialización escolar, encaminar a los individuos hacia sus posiciones adultas previstas, que se hallan fijadas relativamente por el origen familiar y social de cada uno” (Brunner, 1980j: 30).

      El nuevo orden educativo reproduce la desigual distribución de las competencias culturales. La enseñanza básica se vuelve primordialmente instrumental, en vinculación al mercado laboral, en lugar de incorporar a los estudiantes a un horizonte cultural más amplio, facilitando su participación en la creatividad social; solo cabe participar en la producción y en el mercado. La creatividad social queda restringida a un grupo de propietarios de capital y a ciertos aparatos estatales. De esto se deriva que “pueda decirse que el nuevo orden educativo emergente sirve al disciplinamiento de la sociedad, y que está siendo diseñado para reforzar el modo de dominación autoritaria” (Brunner, 1980j: 43).

      Este es un artículo que, aun conteniendo la típica complejidad argumentativa de Brunner, incluye muchas referencias empíricas que remiten a la situación de la educación en el país. Es un texto con potencialidades para ayudar a los actores del sistema educacional a examinar su propia situación y a tener argumentos para cuestionar la reforma en curso. De hecho, Brunner dice que publica este texto “en la esperanza que pueda servir a los profesores de la enseñanza básica que hoy discuten vivamente sobre los cambios que está experimentando el sistema escolar chileno” (Brunner, 1980j: prólogo, sin número de página).

      Luego de los anteriores estudios sobre las reformas de la educación de 1965 y 1980, Brunner amplía su mirada histórica a todo el siglo XX. En “Educación y hegemonía en Chile: 6 proposiciones” (1981c) analiza la relación entre sistema educacional, hegemonía cultural y estructura social, en el período 1900-1980. En este texto, junto con la referencia a diversas investigaciones nacionales, hace extenso uso de cifras como evidencia de las transformaciones que describe.

      En contra de lo que se afirma en cuanto a que hasta aproximadamente 1930 la educación proveyó una socialización tradicional para el mantenimiento del orden de acuerdo a los valores de la clase dominante, Brunner sostiene que posibilitó la lucha ideológica entre concepciones y fuerzas sociales y culturales en disputa. Frente a un proyecto oligárquico de integración nacional, se impone un proyecto nacional de integración democrático-burguesa, representado destacadamente en Darío Salas. Así, las reformas de 1920 y 1928 tienen un sentido progresista de construcción de una hegemonía no oligárquica. Por medio de esta educación aumenta la influencia social de profesionales, intelectuales y profesores, pero es una educación selectiva en el ingreso a la educación secundaria y universitaria, y que mantiene la estratificación.

      Entre 1930 y 1950, se profundiza la perspectiva de un proyecto nacional de integración democrática en torno a un capitalismo de Estado. Se amplía la Enseñanza Media que acoge a nuevos sectores medios. Se mantiene, de todos modos, el predominio de la “alta cultura”, que excluye la cultura popular, y las escuelas se mantienen estratificadas de acuerdo a privilegios sociales. Al respecto, Brunner afirma que “el sistema educacional ha sido usado eficazmente como un instrumento de diferenciación social”, afirmando una hegemonía cultural mesocrático-burguesa aun en tiempo de gobiernos progresistas (Brunner, 1981c: 11).

      Desde los años 1960, especialmente de la reforma de 1965, la educación será concebida y usada como mecanismo de construcción de la modernidad, de expansión democrática y de afirmación de una hegemonía mesocrática de integración popular (Brunner, 1981c: 14). Hay una notable expansión de matrícula hasta 1973, llegando hasta 95 % la cobertura de la educación primaria, 42 % la de Educación Media y 16 % la de educación universitaria. Pero persiste la selectividad diferencial por clase social.

      Bajo la Unidad Popular, el proyecto de “Escuela Nacional Unificada” (ENU) busca realizar transformaciones culturales de acuerdo a un proyecto socialista, con énfasis en la clase trabajadora. Constituye un desafío a la posición hegemónica de las clases medias. Produce gran rechazo y, no contando con condiciones sociales de apoyo, el proyecto es abandonado.

      A partir de 1973, se expresa en la educación el cambio profundo que experimenta la sociedad bajo el régimen autoritario. Los cambios son los ya abordados por Brunner en sus otras publicaciones, que ya he mencionado y no reiteraré.

      Tal como hace Moulian respecto a la actividad política, Brunner va situando la educación en el proceso social de más larga duración. En este, como en otros textos que produce en años siguientes, las muchas referencias empíricas a cifras, documentos oficiales y declaraciones de actores sociales proveen un fuerte sentido de realidad. La argumentación de Brunner posee una significativa estructuración teórica, aunque en algunos textos esta se invisibilice, y se apoya en un sólido entretejido de “evidencia empírica”, a lo que se suma un estilo sobrio, que en buena medida se presenta como mera exposición de hechos. Con todo ello, la argumentación adquiere la fuerza de un convincente relato científico social sobre la realidad del país.

      En “El modo de dominación autoritaria” (1980i), Brunner sigue buscando precisar conceptualmente el proceso social que se está viviendo. Ahora, en otra vuelta narrativa más general, reitera la noción foucaultiana del poder como una red dispersa, lo cual implica “analizar la dominación autoritaria como resultado de múltiples y cambiantes estrategias de poder, dispositivos de coacción locales” y otros procedimientos de poder descentralizados (Brunner, 1980i: 5; 1981d: 158)105.

      En esa perspectiva, “en medio de la dispersión y multiplicidad a través de las cuales se expresa la dominación autoritaria, [Brunner discierne] los principales tipos de estrategia que están en juego” (Brunner, 1980i: 6; 1981d: 159). Tales estrategias son:

      (1) Privatización del poder y las influencias. Esta estrategia facilita lograr la obediencia sin una elaboración comunicativa de motivos para ello. Así, el funcionamiento del poder se ancla, sencillamente, en la estructura de desigualdades, no en normas validadas mediante comunicación pública. Al sindicato, por ejemplo, se lo hace operar como organismo privado, con mínimo control público, al cual se vinculan individuos atomizados. El orden se sostiene, así, en una “legitimidad” puramente fáctica.

      (2) Estrategia de creación de un espacio público administrado. En lugar de un efectivo espacio de confrontación discursiva y debate de pretensiones de validez normativa, se tiene un espacio administrado, con un amplio régimen de exclusiones, con un “poderoso sistema de control sobre los temas que pueden acceder a la comunicación extraprivada” (Brunner, 1980i: 16). De tal modo, solo un sector social restringido puede hacer elaboraciones de validez argumentativa, en un espacio público acotado, de lo cual resulta una opinión pública construida bajo esas limitaciones, una opinión pública de figuras, de eventos filtrados, de temas privados inocuos convertidos en “públicos”, escamoteando los temas más polémicos y conflictivos, de efectivo interés común.

      (3) Estrategia de integración a través del mercado. Como contraparte a la minimización de la integración política a través de

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