Verdad y perdón a destiempo. Rolly Haacht
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Читать онлайн книгу Verdad y perdón a destiempo - Rolly Haacht страница 21
—Yo tengo que irme ya. Voy a ir a buscar a Ari.
—Dudo mucho que esté en casa.
—¿Por qué?
—Porque Kevin llegó ayer por sorpresa y Ari me dijo que pasarían el día juntos. Se va mañana.
—¿Quién se va mañana? —preguntó, alterado.
—Kevin —respondió su hermana con obviedad—. Volverá para Nochebuena.
Jake sostuvo el cuaderno entre las manos y volvió a hablar:
—Pues tengo que hablar con ella. Es importante.
—En serio, es imposible que la localices a menos que vayas de un lado a otro de la ciudad, y, teniendo en cuenta que está de paseo con la familia, dudo mucho que el hecho de que la abordes de repente en algún centro comercial te sirva de ayuda si lo que quieres es mantener una conversación con ella. Espera unos días.
Jake resopló frustrado porque su hermana tenía razón.
—Me ha estado evitando desde que nos vimos en Acción de Gracias. Ni siquiera he podido preguntarle cuándo nació la niña, ni si quiere que me haga cargo de algo...
—¿Has pensado en que hay muchas cosas que puedes preguntarme a mí?
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Cuando por fin consiguió que su hermano se relajara, decidió recoger todas las fotos que había sacado de los álbumes y apiló estos sobre la mesa para poder llevárselos cuando Pitt la recogiera. Por último, cogió a su hermano del brazo y salió con él al porche. Una vez allí, se sentaron en el borde del escalón que daba paso al desaliñado jardín.
—Jazzlyn nació el 22 de marzo de 1990 —comenzó diciendo.
—Así que en tres meses cumplirá dos años.
—Correcto.
—Ari sabía que estaba embarazada y no me lo dijo. ¿Qué hay de eso?
—Lo supo justo el día que decidiste marcharte. —Se quedaron en silencio durante unos minutos—. ¿Por qué crees que habría sido diferente de habértelo dicho?
—Supongo que no me habría marchado.
—¿Eso es lo que le vas a decir a Ari, que te marchaste porque no había nada que te importara pero que de haber sabido que ibas a ser padre todo habría sido diferente?
—¿Crees que me marchaba porque nada me importaba?
Zane se encogió de hombros.
—Me marché porque todavía quedaban cosas que me importaban demasiado, y no quería estropearlo.
—¿Entonces? ¿Qué hubiese pasado al saber que ibas a ser padre?
—No lo sé, Zane. La verdad es que no lo sé. Pero supongo que me hubiese gustado saberlo.
De nuevo, silencio; roto esta vez por Jake, que continuó hablando:
—Le he estado dando muchas vueltas y puede que me hubiese marchado igual. Pero también puede que hubiese mantenido algún tipo de contacto.
—¿Sabes por qué Derek está tan distante contigo?
A Jake pareció sorprenderle el cambio de tema.
—¿Por qué?
—No es por todas las broncas que hayáis tenido en el pasado, ni por lo bien o mal que os hayáis podido llevar. Es por Ari, porque creyó que ella no se merecía que la hubieses dejado sola. Ten en cuenta que nosotros fuimos los que estuvimos ahí cuando ella tenía algún bajón emocional. Y aunque no hubiese estado embarazada, tu marcha le habría afectado también, ¿sabes?
—Supongo que entonces nadie entiende que me marchara.
—En eso te equivocas. Yo sí.
Zane se giró y sujetó las manos de Jake a la vez que le obligaba a girarse también para situarlo frente a ella y poder mirar esos ojos azul océano que tanto lo caracterizaban y que tan difíciles eran de entender.
—Cuando dejas de tener ilusión por las cosas que te rodean porque sientes que te falta algo que antes hacía que tu vida tuviese cierto equilibrio, te vuelves una persona completamente distinta. Te aíslas, y da la sensación de que no te importa nada ni nadie, ni siquiera tú mismo. Y aunque no lo haces queriendo, destruyes a todo aquel que intenta ayudarte, porque tus malas palabras tienen una fuerza desmesurada. Yo ya pasé por eso una vez, y supongo que sabías que volvería a pasar porque habías vuelto a ser esa persona vacía que fuiste una vez.
Jake asintió para confirmar sus palabras, y le dio la sensación de que respiraba algo más tranquilo.
—Tú y yo sabemos lo que es perder a una buena parte de la familia —le dijo él entonces—. Lo sabemos, lo hemos superado como hemos podido y no había nada que hubiésemos podido hacer por evitarlo. Pero lo de Emma fue una cosa totalmente distinta... ¿Sabes cuántas ideas me han atormentado día y noche con teorías sobre formas de haberlo evitado? Empezando por haber quedado para aclarar las cosas y terminando por no haberle dicho cuando se presentó en la fábrica que lo último que quería en ese momento era hablar con ella, alejándola de mí y acercándola un poco más a esos hijos de puta que nos dispararon. Y eso, precisamente, lo de pedirle que se marchara sin dejarla siquiera que me ofreciera una explicación, lo hice por Ari.
A pesar de tenerle frente a ella, la mirada de Jake se había ido perdiendo poco a poco hacia un punto incierto, evadido de la realidad, y dejando que las palabras fluyeran, expulsando a través de ellas lo que sentía realmente.
Lo cierto era que Zane no tenía mucha idea de lo que había pasado aquel día, porque él no había dado muchos detalles al respecto. Lo único que sabía era que Emma había ido a la fábrica en su busca y que había habido un tiroteo estando allí. Ahora que conocía los nuevos detalles, entendía que Jake se sintiera así.
—¿Qué hay de tu hombro? —le preguntó, a sabiendas de la complicada operación que había sufrido para la extracción de una de las balas que se le había quedado dentro.
—Conseguí repararlo y dejarlo casi al cien por cien —respondió a la vez que hacía un movimiento circular para mostrarle que tenía total movilidad—, pero por lo visto no fue suficiente.
—Suficiente, ¿para qué?
—Eso es algo de lo que no me apetece hablar ahora.
—¿Tiene que ver con tu larga ausencia?
—Sí y no. Te prometo que un día de estos te lo contaré.
Zane se dio por satisfecha. Sabía que insistiendo tampoco conseguiría nada y que, cuando él quisiera o se sintiera preparado, contaría cuáles habían sido sus andanzas durante ese periodo de más de dos años.