Spinoza: Educación para el cambio. Germán Ulises Bula Caraballo

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Spinoza: Educación para el cambio - Germán Ulises Bula Caraballo

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cosas eternas y sus leyes” (TIE§102). En la escritura de Spinoza (que trata principalmente de las cosas eternas) hay lugares vagos, vacíos por llenar mediante otros medios.

      ¿De qué auxilios se trata? De la experiencia organizada de la investigación científica, por contraposición a la experiencia vaga (Moreau, 1994, p. 266). El lugar de la experiencia y el vacío que deja Spinoza para esta son explícitamente indicados cuando introduce su discusión sobre el cuerpo:

      A partir de lo dicho, no sólo entendemos que el alma humana está unida al cuerpo sino también lo que debe entenderse por unión de alma y cuerpo. Sin embargo, nadie podrá entenderla adecuadamente, o sea, distintamente, si no conoce primero adecuadamente la naturaleza de nuestro cuerpo. Pues lo que hasta aquí hemos mostrado es del todo común, y no se refiere más a los hombres que a otros individuos. […] De cada cosa hay en Dios necesariamente una idea, de la cual Dios es causa del mismo modo que lo es de la idea del cuerpo humano y, por ello, todo cuanto hemos dicho acerca de la idea del cuerpo humano debe decirse necesariamente acerca de la idea de cualquier cosa. No obstante, tampoco podemos negar que las ideas difieren entre sí como los objetos mismos […] y, por ello, para determinar qué es lo que separa al alma humana de las demás y en qué las aventaja, nos es necesario conocer la naturaleza de su objeto, esto es, el cuerpo humano. (E2P13S [cursivas agregadas])

      El paralelismo de Spinoza, la identidad entre la mente y el cuerpo, se deriva deductivamente de las definiciones de sustancia, modo y atributo, y aplica para cualquier cuerpo. Cosa diferente es el cuerpo humano en particular, sobre el que Spinoza apenas aporta seis breves postulados generales (E2P13S Post1-Post6) y unos principios generales:

      Cuanto más apto es un cuerpo que los demás para obrar o padecer muchas cosas a la vez, tanto más apta es su alma que las demás para percibir muchas cosas a la vez; […] cuanto más dependen las acciones de un cuerpo de ese solo cuerpo, y cuanto menos cooperan otros cuerpos con él en la acción, tanto más apta es su alma para entender distintamente. Y a partir de esto podemos conocer la excelencia de un alma sobre las demás. (E2P13S)

      Si el alma humana puede más que otras almas, es porque su cuerpo es más complejo. ¿De qué manera? ¿Cómo está organizado? Spinoza no nos dice; más bien admite que “nadie, hasta ahora, ha determinado lo que puede el cuerpo, es decir, nadie ha enseñado la experiencia de qué es lo que puede hacer un cuerpo en virtud de las solas leyes de su naturaleza” (E3P2S). El conocimiento del cuerpo humano en cuanto cosa finita y singular, por vía de la experiencia, todavía está pendiente en la época de Spinoza (¿qué tanto lo está en la nuestra?). Spinoza indica este lugar vacío como un dragón en un mapa o, mejor, como un espacio en blanco en un formulario; en efecto, el sistema de Spinoza da cuenta de las generalidades que determinan a los cuerpos en general y su relación con las almas, pero carece de cierta información particular que hace falta llenar, como el nombre y el teléfono en un formulario. De hecho, las leyes que rigen los cuerpos, enunciadas en los lemas que siguen a E2P13, no son leyes naturales empíricas que podrían ser contradichas por la experiencia; más bien, la experiencia tiene que inscribirse en este marco:

      Lo que enuncian los lemas son las leyes abstractas de las naturalezas individuales: ninguna experimentación las podrá contradecir; por el contrario, hace falta que la experimentación se inscriba en este cuadro; pero, por el contrario, la experimentación será necesaria para dar contenido al cuadro mismo. Los lemas enuncian la persistencia de la forma a través de las variaciones de maneras de ser afectado; pero de dichas maneras de ser afectado […] no nos dicen nada; se dibuja un vacío para el recurso a procedimientos cuantificados. (Moreau, 1994, p. 279 [cursivas agregadas])6

      El sistema ontológico de Spinoza no niega sino que afirma la inmensa complejidad de la realidad empírica; en razón de dicha complejidad, solo la experiencia puede indicar de qué manera han de aplicarse a casos concretos las leyes generales que Spinoza ha derivado deductivamente (Moreau, 1994, p. 298). En la medida en que el mapa de Spinoza tiene dragones, es consistente con su filosofía el leerlo en diálogo con el saber actual, examinando los nuevos datos a la luz del marco proporcionado por el filósofo, y refinando la comprensión del marco a la luz de los datos.

       2.3. Estereoscopía

      La visión tridimensional humana es producto de la relación entre la información dispar (aunque similar) que proporcionan nuestros dos ojos. El pensamiento de Spinoza permite una suerte de estereoscopía (cfr. Simondon, 2009, p. 308), en cuanto proporciona perspectivas diversas, y no reducibles una a la otra ni a un tercer término, sobre los mismos objetos extensionales. Muchos de los términos que aparecen en el sistema de Spinoza refieren a lo mismo, pero con connotaciones diferentes (Naess, 1975, p. 11). La diferencia entre términos con la misma referencia y diferente connotación es explicitada así por Spinoza:

      Ustedes desean […] que les explique con un ejemplo cómo una y la misma cosa puede ser designada con dos nombres, […] me serviré de dos para no escatimar. El primero es que por Israel se entiende el tercer patriarca y yo entiendo lo mismo por Jacob. […] El segundo es que entiendo por plano aquello que refleja todos los rayos de luz sin variación alguna, y lo mismo entiendo por blanco, excepto que el blanco se dice respecto del hombre que intuye el plano. (Ep9, 46)

      Si bien los nombres de Israel y Jacob se refieren a la misma persona, no es lo mismo hablar de Jacob (que en hebreo quiere decir ‘sostenido por el talón’ y se refiere a que de pequeño agarró el talón de su hermano) que hablar de Israel (en hebreo, ‘aquel que pelea junto a Dios’, en referencia al episodio bíblico en que lucha con un ángel); asimismo, plano y blanco aportan dos perspectivas sobre un mismo fenómeno. Para Espinosa Rubio (2012), esta doble perspectiva sobre las cosas da cuenta de cierta sabiduría propia de Spinoza:

      Spinoza es más que un gran filósofo de “los de siempre” reconocido por su vigor y solidez. Nos parece un hombre particularmente equilibrado y diríamos que sabio en la medida en que ofrece una peculiar forma de mirar: hay en su pensamiento la pretensión de considerar a la vez los dos planos de una sola realidad en diferentes niveles (infinitud-finitud, eternidad-tiempo, pensamiento-extensión, etc.) cuyo reverso es una actitud general de integración presidida por el afán de contar con ambos polos (que solo en un sentido aparente pueden considerarse opuestos). Bajo cierto aspecto, recuerda al célebre Principio enunciado por Niels Bohr según el cual la dualidad y hasta el antagonismo de las verdades de superficie se articulan en una complementariedad de fondo. (p. 2)

      Si las descripciones ondulatoria y corpuscular de la física cuántica no han de ser contradictorias sino complementarias, entonces debe ser posible algo así como una visión estereoscópica que integre las dos perspectivas. No se debe leer a Spinoza en clave dialéctica sino de complementariedad, porque la dialéctica implica la negación de alguna de las perspectivas (Espinosa Rubio, 2012, p. 2).

      Persigamos la comparación con el principio de complementariedad de Bohr. Simondon (2009) postula que las perspectivas ondulatoria y corpuscular son de carácter radicalmente heterogéneo, pues se trata del “encuentro epistemológico de una noción obtenida por inducción y de una noción obtenida por deducción” (p. 158). No pueden, pues, homologarse en una síntesis que subsuma a ambas; no se trata de una relación dialéctica sino transductiva (esto es, creadora de nuevas estructuras a partir de la disparidad):

      En la dialéctica de ritmo ternario […] la síntesis envuelve la tesis y la antítesis superando la contradicción; la síntesis es por tanto jerárquica, lógica y ontológicamente superior a los términos que reúne. La relación obtenida al término de una transducción rigurosa mantiene por el contrario la asimetría característica de los términos. (p. 159)

      Si se quiere, en la perspectiva

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