Ética promiscua. Dossie Easton

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Ética promiscua - Dossie Easton UHF

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similar, es mejor que mantengas fuera del trabajo tus acuerdos personales sobre amor y sexo; nosotras dos hemos perdido trabajos y clientes por ser quienes somos. Mientras que algunas ciudades y estados ofrecen algún tipo de protección a las personas que son gays, lesbianas o transgénero, no sabemos de ninguno que garantice los mismos derechos para los putones.

      Animamos a aquellas personas que puedan vivir sin cortapisas a que lo hagan, porque la gente lo tendrá más difícil para odiar a los putones si ve que somos muchos y vivimos felices sin hacerle daño a nadie. Sin embargo, a menos que estés absolutamente seguro de que tu lugar de trabajo y tus relaciones personales más importantes tienen una actitud positiva hacia la promiscuidad, te recomendamos que extremes la cautela.

      Acuerdos legales

      Con un agradecimiento a Dylan Miles,

      por su asesoramiento en materia legal

      y por ofrecer a nuestras comunidades su sabiduría

      y respeto como abogado de familia.

      En los últimos años se han hecho grandes progresos en la aprobación y consolidación de leyes que protegen los derechos de las minorías sexuales, incluida la decisión histórica del Tribunal Supremo de Estados Unidos por la que se legalizó el matrimonio homosexual en todo el país. Varios estados han adoptado medidas para los menores que crecen con más de dos padres y/o madres, lo que protege a muchos de esos niños de las redes de acogida cuando una persona que ha actuado como padre o madre puede asumir la custodia si es preciso. Esas mismas medidas también permiten que los padres y madres no biológicos disfruten de los mismos derechos y responsabilidades de la crianza. Cuando cualquiera de nuestros aliados en el arte de pensar más allá de los marcos establecidos logra ganar alguna batalla por los derechos humanos, todos salimos ganando.

      Aún no es posible contraer matrimonio con más de una persona al mismo tiempo. Si tu y tu(s) pareja(s) convivís en una estructura semejante al matrimonio, con la expectativa de compartir propiedades, cuidar los unos de los otros en caso de enfermedad o muerte, educar a los hijos o administrar juntos un negocio, recomendamos encarecidamente obtener documentación legal oficial de vuestra situación e intenciones. Las terroríficas historias de parejas separadas mientras uno de los miembros está en el hospital, aquellas en las que uno se queda sin un céntimo y sin techo, tras una larga relación, después de la muerte inesperada del otro, las de personas que han criado a la que era su prole en todos los sentidos menos en el de sangre y que pierden a su criatura huérfana cuando se la acaban quedando familiares del otro miembro de la pareja o ex pareja, y tantas otras, deben ser suficientes para convencerte de que es el momento de convertir todo esto en oficial.

      Legalmente no tienes la propiedad de tus criaturas, y los acuerdos legales que puedes hacer sobre ellas están limitados por ese hecho. Puedes utilizar tu testamento para expresar tus deseos sobre quién cuidará de tu descendencia después de tu muerte, pero el tribunal no está obligado a cumplir tus deseos. En algunos casos, la prole de uno de los miembros de la pareja puede ser adoptada por el otro como su prole adoptiva. Pero tu prole no es tu propiedad, y no puedes entregárselos a cualquier persona que elijas. Los estados que no permiten adoptar a las parejas homosexuales también se resisten a la adopción por el segundo miembro de la pareja, lo que significa que si eres la tercera persona en criar a tu bebé desde su nacimiento, tienes menos derechos que cualquier miembro de un segundo, tercer o decimoquinto matrimonio.

      Aparte de eso, es posible, y no difícil, redactar convenios completamente legales para documentar vuestros acuerdos sobre asuntos de la relación. Te animamos a poner por escrito tus proyectos y acuerdos, especialmente por lo que respecta a tus opciones vitales, y firmarlos ante notario. Esas declaraciones juradas tal vez no tengan plena validez legal en la mayoría de estados, pero en caso de que se produzcan desavenencias más adelante, pueden servir como prueba de las intenciones de todos los implicados al formar una familia o una relación y atestiguan lo que te comprometiste a respetar. Asimismo, redactar la visión de la familia que estás formando con alguien es de por sí un acto valioso y positivo.

      Presta especial atención a los poderes legales revocables para finanzas y atención médica, y a los testamentos. Mientras que la ley no apoya todo lo que un entusiasta putón puede querer hacer con su dinero y propiedades, tus posibilidades de tener tus deseos amparados por la ley pueden mejorar mucho si los expresas de una manera formal y legal.

      Si tus acuerdos son particularmente complicados, o si hay implicadas cosas de gran valor (como mucho dinero o un negocio exitoso), puede que quieras ir más allá del nivel hazlo-tú-mismo y contactar con un abogado. Si tienes esa cantidad de dinero, probablemente sabes mucho más de esto que nosotras. Eso sí, búscate un abogado que esté abierto a las relaciones no tradicionales; te bastará con un par de preguntas por teléfono para saber de qué pie cojea y así no tener que pagarle un dineral para luego averiguar que tu representante legal piensa que eres la ramera de Babilonia.

      No tenemos ni el espacio ni el conocimiento para contarte todas las maneras en que todas las personas con sexualidades no tradicionales pueden organizar sus vidas; las opciones van desde adoptar a tu pareja hasta suscribir un fideicomiso comercial o contratos aún más complejos. Pero, por favor, no asumas que tus buenas intenciones, tu amor sincero y ser una persona maravillosa te protegerán. Los putones no se pueden permitir ese lujo. Haz los deberes y pon la ley de tu lado.

La profesión más antigua¿Cómo sería el mundo si el trabajo sexual fuese legal? ¿Cómo sería si el trabajo sexual fuese algo público y se juzgase a quienes trabajan en él por sus habilidades, el respeto por sus clientes y lo bien que manejan sus responsabilidades?
Imagina que el trabajo sexual fuese tratado como una profesión similar a la terapia: clientes estableciendo un contrato con proveedores. Si al cliente le gustase el trabajo recibido, volvería una y otra vez; si no, se iría y probaría con otra persona. Los burdeles podrían ser como clínicas; quienes empiezan en el trabajo sexual podrían aprender de quienes tienen más experiencia; se podrían ofrecer servicios con descuento realizados por aprendices con supervisión cuyo aprendizaje dependiera de profesionales con más experiencia.Si el trabajo sexual fuese legal, la persona que estuviese sometida a la explotación de un «chulo» o traficante podría dejar el trabajo, denunciar abusos y querellarse o incluso sindicarse, como cualquier otra persona trabajadora. Si dejásemos de saturar nuestro sistema legal con casos de adultos que se dedican al trabajo sexual consensuado, quizá nuestra policía podría tener más tiempo y recursos para terminar con los delitos sexuales propiamente dichos, como las violaciones, abusos, explotación sexual y prostitución infantil.Si el trabajo sexual fuese legal, quienes lo ejercen serían libres de exigir el nivel de sexo seguro que les pareciese apropiado en su caso —quienes se dedican al trabajo sexual son especialistas en muchas maneras de pasar horas de placer sublime y aun así no propagar dañinos virus a su alrededor— y buscar tests y tratamientos para evitar la transmisión de infecciones.
El trabajo sexual legal permitiría establecer colaboraciones, a menudo impedidas por la presión de una relación a largo plazo en la que la pasión ha decaído, para reavivar la llama sexual recurriendo a los servicios de especialistas en reavivar llamas. Los terapeutas podrían derivar a sus clientes a especialistas para exploraciones de primera mano de sus deseos más profundos y sus miedos más antiguos, como haría cualquier profesional. Dossie ha trabajado con clientes cuyos cónyuges les pagaron una sesión con una dominatrix profesional por su cumpleaños.Un gran número de profesionales del sexo han trabajado duro para adquirir unas habilidades que muchas personas ni nos imaginamos que son posibles: poder elegir nuestras respuestas físicas, controlar el ritmo de los orgasmos, facilidad para tener erecciones, eyaculaciones del punto g, las increíbles posibilidades de la musculatura pélvica para provocar placer de tantísimas maneras. Como terapeutas sexuales nos podrían ayudar a liberarnos de los miedos e inhibiciones aprendidas en una sociedad con una visión negativa del sexo y mostrarnos los increíbles genios sexuales que todos podemos llegar a ser. Curar la vergüenza, superar el trauma, disfrutar de un sexo increíble a pesar de haber sufrido abusos, el poder de nuestras fantasías... hay tanto que podríamos

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