Ejército de Liberación Nacional (ELN). Historia de las ideas políticas (1958-2018). Carlos Medina Gallego

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sí la acción de los organismos de policía se mantendrían las rutinas normales, pero que dada la gravedad de la situación se reforzarían los mecanismos de protección y vigilancia.

      La correspondencia entre Camilo y Fabio, motivada por esta preocupación, no fue muy abundante. Tres cartas se conocen de Camilo al jefe del ELN y una de este a Camilo, fechada el 7 de agosto de 1965, en la que le recuerda lo definido con él en el sentido de que el trabajo legal no puede desviarse del punto de vista de que es la lucha armada la vía revolucionaria (Carta de Fabio a Camilo, citada por Arenas, 1971, p. 83). Camilo recoge con gran disciplina las orientaciones que a través de la correspondencia van llegando desde la dirección del ELN, informa sobre sus actividades y las dificultades que va teniendo en sus relaciones con otras fuerzas. Días después de recibir la carta de Fabio, en la que además se prevé una situación difícil para el grupo y se deja traslucir la intención que tiene el ELN de contar con la presencia de Camilo en corto plazo, Camilo le escribe una misiva a Fabio en la que afirma estar totalmente de acuerdo con el contenido de su carta, le da un informe del estado de la situación política, de la forma como se desarrolla la cotidianidad del Frente Unido, de las limitaciones y dificultades que existen y de un plan inmediato. La carta permite detectar el entusiasmo y la devoción con que está desarrollando su compromiso; para esa fecha, según se deriva de lo expresado en el documento, ya Hermías Ruiz se encuentra en la guerrilla y solo quedan por partir, según lo previsto, Julio César Cortés y él.

      Al finalizar la segunda semana de agosto y en medio de las dificultades de seguridad que existen en la ciudad, la dirección del ELN considera conveniente emprender una ofensiva contra el Ejército que les permita ganar un espacio de respeto militar en la zona de operaciones de San Vicente. Se trata básicamente de poner en práctica y ganar experiencia en el manejo de las tácticas militares de la concepción de guerra de guerrillas en el hostigamiento a las fuerzas regulares, a través del ataque sorpresa y el repliegue inmediato; el objetivo: doblegar la moral de los soldados de las fuerzas militares y ganar confianza en el desarrollo de la guerra.

      El 15 de agosto se produce la emboscada Cruz de Mayo y el 17 el ELN vuela por primera vez, cerca de Barrancabermeja, dos oleoductos de propiedad de la Texas Petroleum Company y Cities Service. La reacción del Ejército es inmediata, a través de la Quinta Brigada, con sede en Bucaramanga, las fuerzas militares asumen la responsabilidad de combatir el grupo guerrillero en la región. La unidad militar fue comandada por el entonces coronel Álvaro Valencia Tovar, quien contaba con una importante experiencia en lucha contrainsurgente y acciones cívico-militares. Los operativos forzaron a los integrantes del ELN a trasladar su campamento, a alertar las vías de aprovisionamiento y a modificar sus relaciones con las áreas de influencia en el campo y la ciudad, disminuyendo la ofensiva militar e intensificando el trabajo político.

      Camilo mientras tanto veía transcurrir los días en medio de la angustia que le producía la detención de los dirigentes urbanos y la imposibilidad de comunicarse con Fabio, de quien en el momento dependía la decisión de emprender el viaje hacia el monte o continuar con el trabajo legal. Durante estas semanas visitó los Llanos Orientales y se dedicó al trabajo barrial en Bogotá. Asumió la discusión frontal en el interior del semanario sobre el problema electoral y el abstencionismo, pero esta vez dirigida contra los comunistas y los demócratas cristianos.

      El cuarto ejemplar del semanario apareció el 15 de septiembre y estuvo dirigido contra la posición electoral de esos grupos, de los que Camilo cuestionaba el que se llamaran revolucionarios y progresistas, y que utilizaran las listas de los partidos tradicionales para poder tener participación en los órganos legislativos; en un titular de última página se afirmaba: “El Frente Unido, no es comunista ni demócrata cristiano”. Prácticamente hasta ahí llegaron las relaciones con la democracia cristiana, quedando seriamente averiadas las relaciones con el Partido Comunista.

      La reacción fue inmediata, Heliodoro Agudelo, representante y dirigente de la Asociación Sindical de Antioquia (ASA) de influencia demócrata cristiana, intervino para que en la declaración política se consignara una condena a los “imperialismos chino y soviético” y se eliminaran los párrafos de adhesión a la Revolución cubana; los demócrata-cristianos y los representantes del Partido Comunista intervinieron para condenar la posición abstencionista y la afirmación consignada en el proyecto de declaración de que la lucha armada era la vía principal para llegar al poder en Colombia (Arenas, 1971). El resultado del encuentro fue desastroso para el proceso de unidad propuesto: el PCC se retiró del Frente Unido y comenzó a circular una orientación a los militantes para que se sustrajeran de las actividades programadas por Camilo y el Frente Unido. La democracia cristiana y en particular el Comité Ejecutivo del Partido Socialdemócrata Cristiano, de la regional del departamento de Santander, sacó un pronunciamiento en el que señalaba que el semanario del Frente Unido estaba dirigido por marxistas-leninistas a través de Julio César Cortés y Jaime Arenas.

      La situación generada por la ruptura del Frente Unido hizo más evidente para Camilo, la necesidad de superar la etapa de proselitismo amplio, para entrar en una fase de organización urgente, de núcleos y comandos, constituidos principalmente por “no alineados”. Esta nueva necesidad estaba atravesada en lo fundamental por dos grandes dificultades: la carencia de dirigentes políticos con carisma y capacidad de organización y las precarias condiciones de seguridad en que quedó con la captura de los jefes de la red urbana de Bogotá, a quienes les decomisaron documentos, en los que no solo se daba plena prueba de la relación de Camilo con el ELN, sino, además, de su intención de unirse a la guerrilla en corto tiempo.

      El mes de octubre comenzó con un incidente con la Policía Militar, que le costó a Camilo varias contusiones producidas por los golpes de bolillo. Se había organizado para el día 1.° una manifestación que fue disuelta sin mayores contratiempos por la Fuerza Pública y que puso de presente la disposición del Gobierno para detener el avance del Frente Unido, aún mediante el

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