Ejército de Liberación Nacional (ELN). Historia de las ideas políticas (1958-2018). Carlos Medina Gallego

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Ejército de Liberación Nacional (ELN). Historia de las ideas políticas (1958-2018) - Carlos Medina Gallego

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Básicamente, ellos giran en torno a dos posiciones: la que afirma que la dirección del ELN, a cuya cabeza se encontraba Fabio Vásquez Castaño, tiene la responsabilidad directa del hecho de subvalorar la importancia que Camilo tenía para el proceso de transformación revolucionaria de Colombia, y permitirle sin la suficiente preparación militar entrar en combate; y la segunda es la que considera que la muerte de Camilo obedece a la lógica de sus propias decisiones y su irrenunciable deseo de comprometerse a fondo con el proceso en el que estaba participando.

      Con la muerte de Camilo se produce la construcción de un símbolo que le dará estabilidad al proyecto, permanencia y proyección sobre la edificación de sus propias leyendas, rituales y mártires. Las declaraciones de Fabio Vásquez a la revista Sucesos inician desde muy temprano el trabajo de recuperación de la imagen de Camilo como militante guerrillero, sacerdote, líder popular y patrimonio de las luchas revolucionarias, propiedad del ELN87.

      Es notable en todas las versiones y valoraciones de la vida y muerte del sacerdote revolucionario la insuficiencia en la lectura histórica de la experiencia política amplia y abierta de Camilo, la cual constituye la mayor parte de su existencia como sacerdote, sociólogo y líder popular. El fundamentalismo con que se contempla la lucha armada opaca otros espacios de reflexión de la riqueza sociológica y política del pensamiento camilista; su concepción sobre la unidad popular, el papel de cada sector social en los procesos de transformación, se fueron hundiendo en las consignas que aun proviniendo de su pensamiento no lo sintetizaban de este 88.

      La muerte de Camilo impactó profundamente al clero latinoamericano, y se proyectó a Europa en el núcleo de sacerdotes que encontraban en el Evangelio justificación a su compromiso y práctica social con los sectores obreros y marginados89. Camilo se convirtió en alguna medida en el artífice histórico de las nuevas tendencias teológicas que habrían de concretarse en el Concilio Vaticano II, las reuniones del Celam de Medellín y el surgimiento de la teología de la liberación.

      El movimiento latinoamericano de Comunidades Eclesiales de Base estaría inspirado por el ejemplo de compromiso cristiano de Camilo y de otros sacerdotes, monjas y laicos que comenzaron a modificar su práctica religiosa tradicional, a través de un compromiso político y social con los sectores marginados. En los años que siguieron a la muerte de Camilo, algunos sacerdotes, entre ellos varios que pertenecían al movimiento de Golconda se vincularon al ELN como militantes. Son ejemplo de este proceso Aurentino Rueda, Manuel Pérez, Antonio Jiménez Comín, entre otros que fueron incorporándose poco a poco al trabajo del ELN.

      Políticamente, la muerte de Camilo también impacta lo que había quedado del Frente Unido, después de la vinculación del exsacerdote a la guerrilla. De los restos del proyecto surgen los Comandos Camilistas cuya actividad se centra en lo fundamental en los espacios universitarios y barriales; a través de ellos se promueve la protesta estudiantil y ciudadana y se canalizan recursos humanos para las filas del ELN.

      Camilo, como experiencia histórica, le legó al movimiento latinoamericano y mundial el carácter humano de la lucha revolucionaria y un profundo debate entre marxismo y cristianismo.

      El crecimiento del ELN en los primeros meses de actividad, particularmente luego de la toma de Simacota y Papayal, fue generando la necesidad de producir desde el cuerpo inicial, constituido ya como frente guerrillero relativamente “sólido”, el desdoblamiento de un nuevo frente que operaría simultáneamente con el “José Antonio Galán”, en otra región del departamento de Santander. En agosto de 1965, antes de la vinculación de Camilo a la guerrilla, la dirección del ELN determinó la creación de ese nuevo frente en la zona noroeste aledaña al ferrocarril de Wilches. Fueron comisionados para llevar a cabo esta tarea Ricardo Lara Parada, Heriberto Espitia, Luis Rovira y Mario Hernández, todos integrantes de la “Brigada Proliberación”, creada en Cuba. Ricardo Lara fue designado como primer responsable, mientras Heriberto Espitia, de origen campesino y antiguo militante del Partido Comunista, el segundo al mando.

      El nuevo frente comienza a estructurarse en medio de una gran precariedad de armamento, recursos económicos y calidad política y militar de sus integrantes. Pese a esto, Lara logra sortear los problemas y coloca en disposición de combate el naciente grupo. El 3 de febrero de 1966, realizan la primera acción, en la población de San Rafael, emboscando un destacamento de la policía; dieron muerte a un agente y recogieron armamento.

      En condiciones similares a la anterior, a mediados de diciembre de 1965, una comisión dirigida por José Ayala, se había desprendido del frente madre, para hacer reconocimiento del terreno y mirar la posibilidad de desarrollarse, con el propósito de crear un nuevo frente. El 22 de enero de 1966, José Ayala prepara y lleva a cabo una emboscada en el sitio denominado Los Aljibes, en la que se produce la muerte de dos soldados.

      Con la muerte de Camilo en Patio Cemento, el grupo comandado por Ricardo Lara se constituye en el Frente “Camilo Torres Restrepo”; la comisión dirigida por José Ayala se conoce por entonces como “Guerrilla Libertad”. Estos dos grupos se unen en los meses de abril y mayo con el fin de intercambiar experiencias y buscar la ocasión de realizar una acción militar conjunta. Distintas circunstancias impidieron que este propósito se llevara a cabo y obligaron a los dos grupos a separarse de nuevo.

      En el mes de mayo de 1966, Fabio es trasladado a Bucaramanga, para que reciba allí asistencia médica a un mal intestinal que lo viene aquejando desde hace tres meses y lo tiene al borde de la postración total. Durante su permanencia en la ciudad, Víctor Medina Morón asume la conducción del frente “José Antonio Galán”, quien le imprime a la Organización una dinámica de desarrollo político y crecimiento cuantitativo, intensificando la labor de politización del campesinado y desarrollando la exploración de nuevas zonas de asentamiento. Al regreso de Fabio, en el mes de octubre, el frente ha aumentado su número de integrantes prácticamente en un ochenta por ciento.

      El 27 de julio de 1966, el frente “Camilo Torres Restrepo” planea y lleva acabo una emboscada en el corregimiento de Marta, en el municipio de Girón. La guerrilla procedió a dar muerte al inspector de policía del municipio y a emboscar la patrulla militar que se proponía hacer el levantamiento del cadáver, allí mueren en el enfrentamiento un oficial y cuatro soldados, y pierde la vida el guerrillero Florentino Calderón. La guerrilla recoge el armamento, la munición y da a conocer oficialmente la creación del frente “Camilo Torres Restrepo”.

      Un mes después, el 27 de agosto de 1966, este frente recibía su primer revés: en el municipio de Lebrija en el sitio denominado “Cerro de la Paz”, el frente en construcción cae en una emboscada preparada por el ejército. Allí pierden la vida los guerrilleros Luis Laguado, Pastor Abreo, Luis Enrique Sandoval y José Santos Jaime Pereira.

      En septiembre de 1966, Ricardo Lara viaja a Bucaramanga a entrevistarse con Fabio, con el fin de intercambiar opiniones, planificar y coordinar algunos trabajos a realizarse posteriormente. Durante su permanencia en la ciudad, Heriberto Espitia intentó asumir la jefatura del frente en forma definitiva, lo que lleva a la dirección a trasladarlo al frente “José Antonio Galán”, para que Lara asuma nuevamente el mando del “Camilo Torres”. Existe durante este tiempo una tendencia de los segundos responsables a desplazar la comandancia, cuando esta se encuentra ausente; esto daría origen, con el tiempo, a conflictos de tipo personal que se agudizarían en una crisis interna aún por sortearse.

      De este primer periodo, el golpe más duro recibido por la guerrilla lo constituye el aniquilamiento casi total del grupo de José Ayala. En su esfuerzo por aumentar el número de colaboradores para respaldar el nuevo frente guerrillero, la “Guerrilla Libertad”, había desarrollado un intenso trabajo de exploración y de reconocimiento de áreas de posible expansión y colonización armada. En la segunda semana del mes de octubre de 1966, el grupo de Ayala llegó a un sitio denominado Sangilito, en la jurisdicción del municipio de Simacota, en donde acamparon en la casa de un campesino que había sido contactado meses antes. La intención era permanecer

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