Migrantes. Roger Norum

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Migrantes - Roger Norum страница 11

Автор:
Серия:
Издательство:
Migrantes - Roger  Norum

Скачать книгу

extranjeros: los costos de las matrículas universitarias para estudiantes locales e internacionales en el mismo programa de estudios suelen ser distintos, mayores para estos últimos. En países como Gran Bretaña, Canadá, Dinamarca, Turquía o Estados Unidos estas varían en función de la ciudadanía del individuo o de su lugar de residencia al ingreso. Las universidades hacen vigorosos esfuerzos para reclutar estudiantes extranjeros, y el aporte de estos también sirve para fortalecer sus comunidades académicas. Sin embargo, estos esfuerzos pueden chocar con las políticas restrictivas de los estados, cuando las autoridades de inmigración fijan límites estrictos al número de estudiantes y trabajadores que las universidades y las empresas pueden admitir o contratar.

      Estas formas de la migración moderna —gente que se relocaliza voluntariamente al amparo de climas más benignos o ambientes más propicios, temporal o permanentemente, con objetivos laborales, académicos o de placer—, constituyen un nuevo patrón de movimiento que se está haciendo, sin embargo, cada vez más generalizado. En estos movimientos se incluyen, por ejemplo, personas de la clase media de las islas del Caribe que emigran a los Estados Unidos continentales; brasileños de clase alta que se mudan a Lisboa; la migración aspiracional de jubilados británicos a la costa mediterránea española; inversores japoneses que se mueven con sus familias a Ginebra o a Berlín.

      ¿Por qué la opinión pública no trata a estas formas de migración con la misma connotación negativa que los migrantes trabajadores del sur global al norte global, de los países en desarrollo hacia los países más desarrollados? Quizá no haya que buscar la respuesta validando un argumento basado en cifras, según el cual los migrantes calificados, profesionales, o de clase media y alta serían menos que los trabajadores manuales que migran (cosa que es cierta en algunos casos y en otros no). ¿No será que el espíritu conservador y temeroso de la diferencia que atraviesa todas las capas sociales en los países que reciben migración se ensaña más con los pobres? En cualquier país europeo pueden oírse expresiones como «Si viene migración buena [profesionales], bienvenida, pero no queremos inmigrantes de bajo nivel que nos vengan a quitar el trabajo». Pero la realidad es que estos migrantes de clase media son tan migrantes como los trabajadores manuales, y el no reconocerlos como tales (sino como «expatriados», «profesionales transnacionales», «gerentes globales») no es más que otra forma de discriminación de los migrantes de menor calificación profesional, que son, sin embargo, esenciales para el funcionamiento de los sistemas de producción de las regiones desarrolladas receptoras de migración (así como del resto del mundo).

      LA CUIDADORA EXTRANJERA

      Una mujer deja su casa natal y viaja a España para tomar un trabajo cuidando a los hijos de otra familia. Esto le permite probar a trabajar en el extranjero, hacer un buen dinero y ganar una valiosa experiencia. Si la mujer es filipina, está en sus 40 y envía buena parte del dinero que recibe a Filipinas para mantener a sus hijos, será tipificada como una trabajadora migrante. Pero si la mujer es francesa, está en sus tempranos 20, es soltera y ahorra su dinero o lo gasta en salir, será llamada au pair, pero raramente será considerada una migrante. ¿Por qué? Los diversos factores contextuales que determinan estas situaciones colorean los términos y categorías que utilizamos para definir y distinguir a las personas en movimiento —incluso cuando estas están haciendo lo mismo—. El movimiento desde países más pobres hacia otros más ricos es llamado habitualmente migración. El movimiento desde países ricos a países pobres (o hacia otros países ricos) generalmente es llamado movilidad, y muy raramente migración. Aunque los procesos sean los mismos, la forma en que hablamos de ellos es muy diferente, y estas diferencias revelan los prejuicios que las sociedades abrigan hacia ciertas categorías dentro de los grupos de personas diferentes.

      Por otra parte, la precariedad también afecta a los migrantes profesionales de clase media, que son requeridos por los países desarrollados para cubrir necesidades del mercado laboral, pero sin ofrecerles una integración legal definitiva que les permita desarrollar una vida profesional y familiar estable. Sirva como ejemplo el caso de profesores venezolanos que imparten clases durante años en universidades inglesas con contratos temporales que no les permiten obtener un visado permanente, con hijos plenamente integrados en el sistema escolar y con prácticamente toda su infancia transcurrida en Inglaterra. Asimismo, muchos médicos especialistas colombianos, venezolanos, ecuatorianos y argentinos fueron requeridos por el sistema sanitario español durante el boom de la «burbuja hospitalaria» del cambio de siglo[35]; sin embargo, ya establecidos, con varios años de residencia y trabajo en centros médicos de toda España —y buena parte de ellos con ciudadanía española—, tras la crisis económica, vieron cuestionadas sus credenciales y se hallaron en la situación de tener que estudiar nuevamente su especialización o abandonar sus trabajos[36].

      Algunas de las formas de migración contemporánea aparentemente involucran movimientos temporales. Pero las distinciones entre lo que es temporal y lo que es permanente al hablar de migración humana se han vuelto borrosas en la actualidad, debido a los cambios sociales, económicos y tecnológicos[37]. Así como estos ejemplos muestran que las situaciones precarias que aparecen en las vidas en movimiento borran algunas distinciones convencionales, en los capítulos siguientes se verá de qué forma la migración también contribuye a que se difuminen otras distinciones y categorías, y nos obliga a considerar los fenómenos sociales desde una nueva perspectiva.

      Nosotros y ellos: ¿por qué son importantes las categorías?

      Los debates contemporáneos en torno a la migración hacen aparecer un concepto tan escurridizo como omnipresente: el de identidad. Todos los individuos en el mundo tienen algún tipo de identidad, que puede entenderse como un conjunto de atributos que define el modo en que alguien se percibe y se presenta al mundo, y cómo lo perciben los demás, y que suele expresarse en términos de pertenencia. Las comunidades también tienen sus propias identidades, generalmente forjadas a partir de ciertas características comunes a sus miembros. De entre estas, la etnicidad, la raza y el género son tres de los atributos físicamente más visibles.

      Etnicidad y raza

      Las distinciones entre raza y etnicidad están relacionadas con factores biológicos y sociológicos, y a la vez con orientaciones políticas y culturales en diferentes contextos. Tradicionalmente el concepto raza se refiere a las características físicas de una persona (como el color de la piel o de los ojos, la estructura ósea, etc.). Etnicidad, por su parte, hace alusión a factores culturales, entre los que se incluyen la nacionalidad, la lengua, las costumbres y creencias. Ejemplos de categorías de raza o grupo racial son raza blanca, negra o amarilla, todas presentes en muchos lugares y sociedades del mundo. Ejemplos de categorías de etnicidad son chino o italiano, no importa la raza (y, sin embargo, China, por ejemplo, posee más de cincuenta grupos étnicos distintos). La idea de raza presupone rasgos biológicos o genéticos compartidos, mientras que la etnicidad supone rasgos culturales y una historia colectiva compartida.

      Pero es importante aclarar que el propio término raza se utiliza de forma diferente en distintos países, y esto puede explicar la complejidad en que se desenvuelve el concepto, así como los malentendidos que lo rodean. Por un lado, los académicos están en general de acuerdo con que la raza no es un concepto científico enraizado en diferencias biológicas discernibles, y han descartado que pueda seguir teniendo alguna utilidad como categoría[38]. Sin embargo, el discurso sobre la raza sobrevive en muchos contextos nacionales, y muchas de las ideas asociadas con la ideología racial son materia de serias discusiones[39]. De modo que, aunque pueda no tener ningún significado biológico para referirse a las diferencias humanas, el concepto de raza sigue teniendo una significación social importante, que lo sitúa en el centro de acalorados debates. Su uso tiene una gran variabilidad y depende mucho de qué se considera un grupo distintivo de personas. Por ejemplo, en el Reino Unido, a través de su foco en las minorías étnicas, el concepto tiende a estar asociado con las personas que vienen de los países de la Commonwealth (anteriormente, colonias británicas).

Скачать книгу