Observando observadores. Rodrigo Flores

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Observando observadores - Rodrigo Flores

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sobre todo en el caso de los grupos de discusión, si él es entendido desde la distinción de la autopoiesis del sistema de comunicación y de la inclusión del observador en el sistema observado; es decir, la re-entry del investigador y de la contextura que produce su observación de segundo orden (Ibáñez, 1979). Esto es claramente un paso más allá de la clásica pregunta si se puede estudiar la sociedad desde fuera de la sociedad.

      Sin embargo, desde la perspectiva aquí expuesta, hay que abandonar casi todo lo que dice Ibáñez sobre su constitución como sistema, anclado en la interacción y en el lenguaje, y su fundamento socioanalítico y estructural. Ello, de suyo, implica en términos prácticos olvidarse de Ibáñez y refundar la técnica, lo cual no necesariamente es una mala idea. No obstante lo anterior, técnicas grupales como los focus groups y los grupos de discusión, utilizados con los recaudos teóricos y metodológicos aquí expuestos, privilegian el conocimiento de los fenómenos desde el punto de vista de la comunicación emergente, de acuerdo a sus categorías y distinciones significativas, validadas por la misma comunicación, lo que se encuentra en estrecha relación con el constructivismo y los preceptos de la autopoiesis.

      Entendemos que las técnicas grupales desarrollan en sí mismas un tipo de comunicación en la sociedad que reúne una serie de atributos que las hacen ser preferidas por la metodología de sistemas fundamentada. Por ejemplo, privilegiando los procesos de autoconformación del grupo —al desincentivar su preexistencia y negar su característica de grupo natural—, dan cuenta de su autorreferencia comunicativa —toda comunicación relevada es comunicación del grupo—, observando su clausura operativa —toda comunicación que emerge es comunicación en el grupo— y de su determinismo estructural —no pueden existir elementos y relaciones que no sean los elaborados y propuestos por el propio grupo.

      Igualmente decimos que las técnicas grupales permiten el rescate de comunicación en la sociedad para contraponerla a la idea de que estas técnicas pueden ser un reflejo de la comunicación de la sociedad. Según han propuesto algunos autores (Mascareño, 2006), entendemos que los grupos de discusión y focus groups no tienen la capacidad como para reproducir punto a punto la comunicación de la sociedad, como el muestreo estructural pretende resolverlo. En este sentido, no concordamos con aquellos que plantean que los grupos de discusión tienen la capacidad de representar estructuralmente hablas presentes en la sociedad (Ibáñez, 1979), pero tampoco aceptamos la idea de que lo social puede ser descrito en forma transparente, sin interferencia del observador (Maturana, 1997).

      f) Si la comunicación de los sistemas es el referente de la metodología cualitativa propuesta en este texto, entonces surge como un elemento importante la pregunta por el sentido. El sentido es el medio que permite la creación selectiva de todas las formas sociales. Tiene una forma específica, cuyos dos lados son realidad y posibilidad, o también actualidad y potencialidad. De este modo, es la premisa para la elaboración de toda experiencia: se presenta como un excedente de referencias de un dato experimentado a ulteriores posibilidades de experimentar. Es la forma que ordena el experimentar determinando la referencia a ulteriores posibilidades: presentación simultánea de real (actual) y posible (potencial). Como dice Luhmann, en el caso de la comunicación, el sentido ofrece posibilidades de conexión que permitirán al sistema producirse y reproducirse (Luhmann, 1998). El sentido ofrece una cierta disponibilidad de posibilidades de actualización y dentro de ellas, también la posibilidad de la negación. En cuanto el sentido se constituye sólo en sistemas sociales, el experimentar y actuar del sentido son determinados en operaciones de observación de un sistema social (comunicación). El sentido da forma a la operación de los sistemas sociales e igualmente permite distinguir los límites de un sistema que lo constituye respecto a su entorno, por lo que se habla de los límites de sentido. Se trata de ayudas selectivas y no de límites espaciales o territoriales. Los límites del sentido demarcan el ámbito de posibilidades al interior de un sistema, por lo que vuelven observable tal sistema como contexto selectivo que produce sólo las propias operaciones, distinguiendo un desnivel de complejidad entre sí y su entorno.

      Para la metodología cualitativa, el sentido es un orden emergente. El método y las técnicas cualitativas, de esta forma, son puestos en tensión para capturar el sentido de la comunicación en sistemas sociales; es decir, el dispositivo que permite la emergencia de los sistemas y constituye sus límites comunicativos.

       2.4. Reflexiones para el uso de una metodología de sistemas fundamentada

      Bajo los principios de una metodología de sistemas fundamentada, se argumenta que la realidad social no puede ser entendida como algo externo al observador que la describe (Maturana, 1997), como lo indican las orientaciones positivistas y pospositivistas (Denzin y Lincoln, 1998). De esta manera, se entiende que los fenómenos sociales pasan a ser comprendidos como co-construcciones, producidos en ambientes que privilegian comunicaciones dinámicas y activas.

      En cuanto la sociedad se clausura mediante la comunicación, mecanismo que no es atribuible a aspectos externos, sino que constituye la operación misma que el sistema social produce y reproduce, correspondiendo a la distinción entre información, participación y comprensión —es decir, transformando las diferencias en diferencias (Luhmann, 1998)—, es necesario establecer algunas directrices e indicaciones a fin de utilizar en forma adecuada una metodología de sistemas fundamentada:

      a) Sin lugar a dudas, la investigación cualitativa es tremendamente creativa e interpretativa. Nuestros investigadores ya no vuelven del campo con innumerables datos recolectados en material empírico, para ser analizados en las universidades y centros de estudio. Comienza a asumirse que el proceso de generación de conocimiento cualitativo tiene mucho de interpretación y de co-construcción, lo que obliga al investigador a realizar un continuo tránsito que va desde sus notas y técnicas a la escritura de sus interpretaciones y viceversa, tantas veces como sea posible. Este proceso descriptivo incluye la escritura de un “texto” que intenta ajustarse al proceso experiencial de investigación vivido y aprendido, pero que no necesariamente refleja la dinámica social “tal cual es”.

      b) Exponer las comunicaciones co-construidas y registradas por medio de las técnicas cualitativas a la mirada de múltiples observadores. Ello se consigue estableciendo instancias adecuadas que permitan generar ambientes donde observadores, observaciones y medios de observación sean rescatados en procesos comunicativos que privilegian el reconocimiento de lo social desde el punto de vista de sus miembros, por medio del relevamiento de sus categorías y distinciones significativas, validadas por ellos mismos. Ello no implica desconocer el determinismo estructural propio de todo sistema, sino que releva el punto de vista desde el cual se realizan las observaciones.

      c) Generar descripciones plausibles de distinciones y esquemas de distinciones atribuibles a la comunicación co-construida. Para el caso de la indagación social cualitativa, es importante tener presente que ella misma debe encontrarse orientada a rescatar el sentido de la comunicación. Este proceso se encuentra unido al relevamiento de las explicaciones que los propios actores sociales realizan de sus categorías de análisis, las cuales les permiten ordenar el mundo social circundante. Debemos reconocer que ninguna observación agota todas las posibilidades de distinción. Siempre se trata de una perspectiva. Con ello, rescatamos la comunicación explícita, dejando de lado estructuras latentes. La observación puede someterse ella misma a la observación, con el objeto de develar sus puntos ciegos, las distinciones no distinguidas. En este sentido, se requiere la utilización de técnicas cualitativas que fomenten la observación de estos puntos ciegos, no distinguidos ni previstos.

      d) Movilizar las capacidades de observación y multiplicar los planos a ser tomados en cuenta aumentando la complejidad. Para lograr esta situación, se privilegiará, por ejemplo, la utilización de técnicas cualitativas que sometan juicios, análisis y observaciones a la observación de los descritos. Talleres que expliciten las orientaciones investigativas, fomento de la participación de los observadores en los resultados de las indagaciones, informantes calificados que participan en los estudios, etcétera, son algunas de las alternativas que

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