Observando observadores. Rodrigo Flores

Чтение книги онлайн.

Читать онлайн книгу Observando observadores - Rodrigo Flores страница 14

Автор:
Серия:
Издательство:
Observando observadores - Rodrigo Flores

Скачать книгу

que explican. Unas y otras tienen lugar en dominios fenoménicos distintos, dado que una explicación es una reformulación —en el dominio explicativo— de la experiencia.

      Este punto de partida obliga, sin lugar a dudas, a replantear muchos de los supuestos implícitos con los cuales han operado tradicionalmente nuestras disciplinas. No constituye la intención de estas líneas hacer una revisión crítica de ellas. Sin embargo, al parecer algunos cientistas sociales cualitativos han reaccionado hace algún tiempo a nuevas y crecientes gradientes de complejidad en sus escenarios de estudio, desde diferentes puntos de vista. Tampoco ya no nos resulta extraño que se admita la coexistencia de variados tipos y niveles de objetividades presentes al interior de la sociedad, cada uno inserto en niveles de significación determinados, los cuales —de una u otra forma— limitan a su propio contexto los dominios explicativos y comunicativos provenientes de la ciencia. Las explicaciones disciplinarias comienzan a ser asumidas últimamente como tan solo una de las muchas posibles formas del conocer social.

      Con el objeto de ilustrar de mejor manera las consideraciones indicadas anteriormente, es posible construir un cuadro resumen en el cual se expone la orientación empírico-analítica y su diferencia con la orientación constructivista. Al ser leído, se debe guardar recaudo de que no se pretende establecer una dicotomía entre ambas orientaciones, sino solo pretende servir de ejemplo de las convergencias y divergencias. Algunos autores (Arnold, 1998) han intentado realizar con anterioridad un esquema dicotómico entre ambas macroorientaciones sin mayor éxito, puesto que sus exposiciones han resultado ser imprecisas, confusas y demasiado simplificadas. Imprecisas y confusas, pues pone en un mismo nivel orientaciones epistémicas y características metodológicas; y simplificadas, en cuanto no permiten apreciar las convergencias y divergencias entre las orientaciones (Flores, 2006).

image

      En resumidas cuentas, de acuerdo a la postura constructivista, la explicación de los fenómenos sociales no puede basarse en la existencia de una realidad preexistente, sino que es construida en el acto de explicación. El fenómeno cognoscente se realiza por medio de distinciones sucesivas, realizadas por un observador en el acto de observar, por lo que pretende superar la clásica relación sujeto/objeto. El investigador social es un observador externo, especializado en la observación de observadores; es decir, un observador de segundo orden. Asimismo, su propósito es establecer explicaciones sobre los fenómenos sociales, las cuales se encuentran limitadas por condiciones de contexto y temporalidad. Sin pretender realizar una generalización excesiva, técnicas cualitativas como el grupo de discusión se encuentran fuertemente ligadas a estas proposiciones. En el grupo de discusión, lo social emerge en forma espontánea, sin directrices aparentes del preceptor. El rescate de la comunicación dominante y la constitución de consensos y disensos, hace posible la emergencia de experiencias semánticas exitosas.

       2.2. Puntos de encuentro entre la teoría de sistemas sociales autopoiéticos y la teoría fundamentada

      Desde la postura de algunos investigadores, es posible realizar interesantes aproximaciones a la metodología cualitativa incorporando el constructivismo sociológico aportado por la teoría de sistemas sociales autopoiéticos y los intereses de elaboración de explicaciones fundada en la empiria de la teoría fundamentada. Sus aportes consisten básicamente en hacer converger la teoría de sistemas sociales (Luhmann, 1998), el constructivismo basado en distinciones (Luhmann, 1993; Spencer-Brown, 1979), la lógica del observador (Maturana, 1997) y la teoría fundamentada (Glaser y Strauss, 1967).

      Ello puede ser sustentado, si recordamos cómo el propio Luhmann fue capaz de integrar elementos de disciplinas tan diversas como la biología (por ejemplo, por medio del concepto de autopoiesis de Maturana y Varela) o la lógica formal de Spencer-Brown. No obstante, desarrollos contemporáneos provenientes de otras áreas del saber no fueron incluidos de forma igualmente fructífera en su formulación de la teoría sistémica de la sociedad. El esfuerzo de vincular estas tradiciones radica en iluminar la presentación y explicación de diversos desarrollos en metodología cualitativa, que han intentado complementar desde las potencialidades de sus respectivos ámbitos, aquellas zonas más oscuras de la teoría de sistemas en su formulación luhmanniana. Es de especial interés las aportaciones que éstas pueden entregar hacia la resolución de la problemática de la investigación empírica.

      Algunos autores han realizado interesantes aproximaciones en este sentido. Este es el caso de Mills, Bonner & Francis (2006), Charmaz, (2000; 2006), Gibson, Gregory & Robinson (2005), y Clam, (2000), entre otros, dentro de los cuales yo mismo me encuentro (Flores, 2006). Tales posiciones, en todo caso, comienzan a consolidarse, sobre todo con la reciente aparición del libro de Kathy Charmaz, el 2006, denominado Constructing grounded theory: a practical guide through qualitative analysis.

      Estas tendencias en investigación cualitativa pretenden dar nuevas respuestas a antiguas preguntas, por lo que es normal que quienes suscriben la teoría fundamentada no necesariamente las compartan. Este es el caso de Glaser (2002), quien ha respondido con una negatividad rotunda a estas posiciones, defendiendo no sólo a la teoría fundamentada, sino al método comparativo constante como forma de análisis cualitativo alejado del constructivismo.

      La cuestión radica en la posibilidad de discutir métodos de investigación cualitativos que respondan a la concepción de la sociedad como un nivel de emergencia distinto al individual. Se apunta a la superación de las tensiones propias de la perspectiva micro y macro social ante la observancia de la sociedad como un orden emergente de comunicaciones que es susceptible de ser modelada, sin atentar contra los presupuestos propios de su carácter contingente.

      El precepto que guía es la necesidad de problematizar su dimensión empírica y sus potencialidades metodológicas, en vistas a la propia estabilización de la teoría en el sistema de la ciencia. Así enunciado, el desafío consistirá en identificar métodos que guarden una relación lógica entre el desarrollo de técnicas de producción y análisis de información, y los conceptos y obstáculos que una teoría como la de Luhmann identifica para la investigación social tradicional. En ese contexto se contempla a las modelaciones cualitativas como un campo potencialmente fecundo de desarrollo de una “metodología sistémica”, que pasamos a denominar metodología de sistemas fundamentada.

      La teoría de sistemas, como una teoría general, desarrolla ciertas expectativas acerca de lo que es observable, mientras la teoría fundamentada en cuanto método para la observación, entrega direcciones y pautas sobre cómo mirar lo social. Si puede plantearse una intersección teórica y práctica entre las teorías de sistemas y la fundamentada como la que aquí se plantea, esta última en esencia debería desarrollar operaciones que tengan lugar y trabajen dentro de las expectativas generadas en el nivel teórico general (Gibson, Gregory & Robinson, 2005; Charmaz, 2000 y 2006; Clam, 2000; Mills, Bonner & Francis, 2006).

      Como sabemos, la teoría de sistemas social de Luhmann y la teoría fundamentada fueron escritas en épocas muy distintas del desarrollo sociológico. Parte de la tarea de comparación por lo tanto, implica reconocer que ambas llevan algunas distinciones intelectuales asociadas con la época en la cual fueron desarrolladas. Veamos a continuación algunos puntos de posible comparación:

      a) En primer lugar, podemos decir que entre la teoría de sistemas sociales y la teoría fundamentada existe cierta convergencia en lo que podemos denominar el punto de observación de lo social. La teoría de sistemas sociales autopoiéticos se presenta a sí misma como el esfuerzo desplegado y consciente por realizar una descripción de la sociedad compleja. Para ello se sustenta en la lógica de las distinciones (Spencer-Brown, 1979) y en la teoría de la observación (Maturana, 1997). Tales esfuerzos interpretativos no implican necesariamente realizar una descripción “punto a punto” de lo social, sino avanzar sostenidamente en la elaboración de conceptos y categorías de alto nivel abstracto.

      La idea de descripciones altamente

Скачать книгу