Observando observadores. Rodrigo Flores

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Observando observadores - Rodrigo Flores

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entre los cuales se podrían incluir los referidos a la clausura total e imposibilidad de intervención externa. Con tal ausencia, ella aparece como una teoría que no genera sus propios mecanismos de irritabilidad y pone límites, quiéralo o no, a sus capacidades de autoaprendizaje. Esta teoría no aborda sistemáticamente con respecto a sí misma este problema, ni profundiza en la variedad de mecanismos existentes —tanto para las ciencias naturales como sociales—, a través de los cuales el programa metodológico, en complementación con el téorico, genera irritabilidad para el sistema.

      Por su parte, el esfuerzo de la teoría fundamentada se centra en producir comunicaciones científicas que posean un fuerte componente empírico; es decir, que sus afirmaciones se sustenten inductivamente por medio de la evidencia proporcionada por los sistemas sociales. Ello implica un esfuerzo decidido por realizar explicaciones con certero valor heurístico (Glaser y Strauss, 1967).

      b) En segundo lugar, es posible indicar que ambas orientaciones teóricas poseen una declarada perspectiva ontológica desde la cual pretenden realizar sus descripciones de lo social. En este sentido, la teoría de sistemas sociales autopoiéticos, aunque se sustenta en el concepto mismo de contingencia, posee en su noción de sistema el fundante concepto que permite la observación de la sociedad (Luhmann, 1993). Los sistemas existen y pueden ser descritos por medio de la sociología, explicando su función y operatoria. En el caso de la teoría fundamentada, el presupuesto ontológico se sustenta en la capacidad para generar descubrimientos en el mundo de lo social a partir de evidencia cualitativa. Las descripciones de los actores no sólo son tomadas como verídicas, sino que ellas son el fiel reflejo de fenómenos existentes en el mundo de lo social. En este enfoque, los fenómenos hablan y el investigador descubre las relaciones y el orden inmanente (Glaser, 2002). Ello se encuentra en concordancia con los presupuestos ontológicos definidos para las perspectivas paradigmáticas en investigación social cualitativa (Denzin y Lincoln, 1998).

      c) En tercer lugar, podemos sostener que ambas orientaciones realizan un decidido esfuerzo por establecer indicaciones lo más adecuadas posibles sobre el mundo social. Desde la perspectiva luhmanniana, la teoría de sistemas permite realizar distinciones operantes que tienen por función hacer indicaciones en el mundo social. De esta manera, la teoría se convierte ella misma en un proceso generativo —también creacional— y a la vez inclusiva. Generativa, en cuanto la teoría permite establecer indicaciones de sistemas en lo social. Porque los sistemas son capaces de generar distinciones, por medio de sus operaciones básicas (sistema/entorno), parece posible describir lo social. Inclusiva, en cuanto lo distinguido incorpora necesariamente lo no distinguido, por contraste u oposición (Spencer-Brown, 1979). En la teoría fundamentada, por otra parte, se plantea la necesidad de que el investigador cualitativo elabore afirmaciones que se encuentren orientadas a distinguir fenómenos sociales, de forma de hacer emerger la estructura teórica. Tales distinciones, elaboradas en códigos de diverso tipo y categorías de análisis, se encuentran orientadas a desarrollar creativamente explicaciones hipotéticas sobre fenómenos (Glaser y Strauss, 1967).

      d) En cuarto lugar, ambas perspectivas, desde sus particulares puntos de arranque, sostienen el requerimiento conceptual de la iteración y la variación, según indican algunos autores (Clam, 2000). Como lo plantea la teoría luhmanniana, cada diferencia que se construye al describir lo social, desde su primer evento itera y produce un núcleo de redundancia y también de variación (Luhmann, 1998). La iteración es la diferencia básica que permite el desarrollo del proceso de los sistemas, mientras que la variación es la diferencia marginal. En cada distinción su lado positivo es el lado que el sistema reconoce y en que las operaciones del sistema ocurren y es conocido como la “indicación”. La observación en sistemas de comunicación siempre lleva el lado oscuro de la distinción en el corazón de la observación, entonces ambos momentos de la observación son “efectuados” en la operación de la observación. Por ejemplo, a la ciencia como un sistema social le concierne el establecimiento de la verdad y haciéndolo no puede evitar también designar lo que es falso.

      En el mismo sentido, en la teoría fundamentada todo comienza con un núcleo de redundancia a partir de una primera observación, activándose un proceso que permite variaciones posteriores. La observación ocurre denotando semejanzas y diferencias en las observaciones de observaciones. En otras palabras, una declaración u observación son catalogadas/indicadas y luego resumidas por una segunda observación. Cuando la observación sigue, los incidentes similares podrían ser observados y éstos son notados como similares o diferentes. Los incidentes que son similares no indican la variación adicional, mientras que los incidentes que son diferentes necesitan ser notados por indicación de la variación en códigos existentes o sugiriendo el desarrollo de nuevos códigos. Algo que no ha sido codificado aún está por ser integrado en la teoría por cambios constantes de su estructura. Por lo tanto, la teoría es justificada únicamente por la interpretación de sus operaciones, lo cual hace que la teoría fundamentada “emerja”. En síntesis, desde la redundancia, se genera variación y las estructuras comunicativas emergen desde la observación.

      Como se ha indicado, las iteraciones propias de la teoría fundamentada producen redundancia y variación en la comunicación emergente. Estos procesos conllevan el desarrollo de una “saturación teórica”, y la formalización de la estructura de la categoría central por medio de “las familias teóricas”. Una “familia teórica” es aquella que resulta a partir de categorías complejas. Por ejemplo, la identidad se puede componer de: autoimagen, autoconcepto, autovaloración, autoevaluación, autorrealización, etcétera.

      Si se quiere vincular la teoría de sistemas sociales autopoiéticos con la teoría fundamentada, es posible justificar tal sintonía a partir del concepto de observación, donde una indicación es aplicada y reaplicada.

       2.3. La emergencia de una metodología de sistemas fundamentada

      Desde nuestra perspectiva, es posible vincular la teoría sociológica de sistemas autopoiéticos con las operaciones metodológicas de la teoría fundamentada. Entendemos que ello implica forzar ambas teorías a transitar caminos metodológicos —en el primer caso— y teóricos generales (no empíricos) —en el segundo— que no han contemplado y sobre los cuales no necesariamente poseen respuestas adecuadas. Sin embargo, entendemos que existen argumentos suficientemente poderosos como para intentar una utilización como la aquí expuesta.

      Un argumento a favor de la conciliación de ambas perspectivas, dice relación con la constatación que han realizado diversos autores sobre la utilización de la teoría fundamentada como una forma de análisis comunicativo de lo social, y no necesariamente como una forma de hacer análisis sociológico. Por ello es que la teoría fundamentada ha llegado a estar tan inmersa dentro de varios campos profesionales de investigación, como la enfermería, la educación o el trabajo social, haciéndose cada vez más autónoma de la empresa sociológica. Por otro lado, podemos indicar que la teoría de sistemas proporciona un marco sociológico general que permitiría anclar las distinciones sociales de la teoría fundamentada.

      Junto con esto, nuestro objetivo ha sido sopesar el grado en el cual la combinación entre las teorías de sistemas y la fundamentada puede generar conocimiento para el mundo social. Por ello se propone esta metodología alternativa. Esta aproximación implicaría perfilar la noción de “observación de sistemas fundamentada” y los productos generados, como proponen algunos autores (Gibson, Gregory & Robinson, 2005), podrían ser llamados entonces “metodología de sistemas fundamentada”. Nos gustaría sugerir ese nombre para la metodología que estamos proponiendo, ya que profundiza mucho más en la idea de sustentar elementos, relaciones entre elementos y conceptos por medio de información empírica.

      La metodología de sistemas fundamentada, como aquí se sugiere, debiera sustentarse en una serie de premisas y directrices, las que detallamos a continuación:

      a) En primer lugar, el análisis social cualitativo debe centrarse en develar la comunicación presente en la sociedad. La comunicación, como hecho

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