El pueblo en movimiento. Gloria De La Fuente

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El pueblo en movimiento - Gloria De La Fuente

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y en épocas de predominio de un enorme individualismo, estas redes pueden —y estoy refiriéndome al aspecto negativo—transformarse en una ilusión narcisista de la democracia. El hecho que yo me comunico, que mando un mensaje o que insulto a quien sea, es un acto que yo lo vivo como democrático y del cual no me responsabilizo. Por supuesto, está todo el tema de las fake news en esto. Es decir, hay una ciudadanía ilusoria en las redes, que podría ser complementaria de la ciudadanía real, pero que tiende a convertirse en sustitutiva: no necesita instituciones democráticas, regulaciones, etc., no necesita el encuentro con el otro, porque ya está encontrándose con otro proyectándome a sí mismo. Yo siempre he insistido en un elemento que me llamó la atención de los primeros momentos de los whatsapp, y es que una persona envía un mensaje corto, lo envía y después envía el siguiente, entretanto el que lo recibe le está contestando el primer mensaje, y así se produce enteramente la confusión. Yo recomiendo a todos los que se interesan en estas cuestiones la rutina de Jorge Alis en el Festival de Viña del 2019, que es uno de los instrumentos sociológicos más espectaculares que yo he visto, donde expone, esta miseria de los whatsapp y de las redes que constituyen. Porque ¿qué es lo que está ahí? Lo que importa no es la comunicación, lo que importa no es lo que yo le digo al otro para que el otro me conteste y yo le vuelva a contestar. No, lo que importa es yo mandar el mensaje, yo invadir al otro, no me importa su respuesta porque mientras me está llegando su respuesta yo sigo mi mensaje independientemente de eso. Como se darán cuenta, lo que trato es de ejemplificar cómo las redes actuales que conocemos no son encuentros de personas, sino muy parciales, y donde tiende a predominar el elemento de “yo comunico, y no me responsabilizo de mi comunicación”.

      Entonces, por eso digo que medios de comunicación, redes, en fin, existen y no juegan un papel distinto en el estallido que el que jugarían en cualquier otro evento, pero lo que es más grave es que en una situación de estallido estas formas de comunicación, si bien pueden ayudar, si están al servicio de algo, de convocar a una reunión, de expresar, de difundir un planteamiento, también pueden llevar a los encerramientos de los grupos en sí mismos, yo comunico lo que yo quiero no a todos, pero me comunico con el grupo que tiene mis mismas ideas, y eso en el fondo lo que hace es de alguna manera erosionar el demos en la sociedad y genera la ilusión que el/la individuo/a está contribuyendo a la democracia. Entonces, en vez de ser elementos cohesionadores al interior de cuya cohesión exista la diversidad, pasan a ser elementos disgregadores, generadores de identidades cerradas en que no se reconoce un espacio común que es la polis.

       DMP: Finalmente eso no ayuda a avanzar en espacios de deliberación que es lo que hoy requerimos para avanzar en diálogos. Pensando precisamente en lo que ha sido su participación en espacios de diálogos que se han generado en el último tiempo, ¿qué aprendizajes y/o percepciones le han dejado las experiencias prácticas de diálogo o participación que ha tenido en este contexto, como por ejemplo el cabildo del club de fútbol Colo Colo y otras experiencias que ha tenido en estos meses?

      MAG: Me ha tocado participar en cabildos sobre todo en la universidad y, como dicen ustedes, fui invitado por el club social, que no es la sociedad anónima, el club social Colo Colo. Ellos habían tenido un cabildo de mucha gente en el Estadio Monumental, pero se había acercado gente después a la directiva del club social y ellos mismos habían discutido la necesidad de hacer un trabajo más de información, de explicación porque en el cabildo, como en todos los cabildos, surgen muchas demandas, surge a veces la inquietud, la idea, la percepción que estas son las Asambleas Constituyentes, que los cabildos autoconvocados son ya el proceso constituyente mismo, incluso en muchas partes se decía “estamos ya en este proceso constituyente”, lo que en cierto sentido es cierto, pero en otro sentido no lo es. El estallido desencadena un proceso constituyente, por decirlo así, más institucional, entonces, necesitaban discutir en qué consistía exactamente una nueva Constitución, cuál es la diferencia entre una nueva Constitución y la reforma a la Constitución, cuáles eran las distintas opciones, etc. Así, surgió a partir del cabildo organizado, la idea de hacer un foro, y ahí participamos una profesora constitucionalista, un constitucionalista y yo, con alrededor de unas 300 personas. Para mí fue una experiencia muy significativa, primero por el interés y segundo por el grado de articulación que había en los planteamientos del público asistente. La gente sabía de qué se trata, pero tenía, y ese es uno de los problemas, una gran duda sobre qué pasa después, sobre si todo esto no va a terminar al final en una cooptación por parte del mundo político frente al cual hay un rechazo muy grande. De hecho, a mí me tocó hablar después con algunas personas, todos ellos participaban en algunos movimientos políticos, pero, sin embargo, forman parte también de la crítica a los políticos, o sea, los políticos que se rescatan son aquellos que piensan como uno. Y también lo que era interesante, es esta combinación entre demandas concretas y aspiración a un cambio social global. En ese cabildo yo diría que había una radicalización moderada, pero en otros ha habido una polarización mucho mayor. Los cabildos que se han hecho en barrios más bien acomodados han tenido un doble efecto; por un lado, han permitido conversar en los barrios altos a las personas de servicio doméstico, a los mayordomos o a otros servicios con los propietarios, y donde la crítica ha sido, cuando se han encontrado, básicamente a la cuestión del abuso y del trato como temas centrales. Esto ha significado que quizás por primera vez esos sectores hayan escuchado, los sectores altos, a quienes trabajan para ellos, participando ellos de forma autónoma, pero también esto puede haber tenido como consecuencia, pasado el primer momento en el que se concede mucho, el temor a que las cosas puedan cambiar radicalmente y se pueda perder la posición privilegiada que se tiene, aunque pueda haberla considerado injusta. Entonces ¿qué es lo interesante que tiene todo esto? Que se producen, no vamos a decir por primera vez, pero se produce en forma masiva una explosión catártica en el mejor sentido del término en que la gente dice lo que piensa o lo que quiere y lo que cree que debe pasar, se siente libre para ello. En ese sentido hay que valorizar enormemente la iniciativa que tuvo la Mesa de Unidad Social para precisamente generar un mecanismo como los cabildos y esto vuelve a revalorar lo que hizo Michelle Bachelet con las cerca de 200 mil personas que participaron en los cabildos convocados en términos de un proceso constituyente.

      Una de las lecciones principales de todo esto es la importancia de la existencia de espacios de encuentro que pudieran tener en alguna forma una dimensión vinculante. Habrá que ver cuáles podrían ser los mecanismos para eso, que son a nivel territorial donde se expresan las urgencias inmediatas, las grandes urgencias, y donde, al mismo tiempo, se expresan las demandas por otro tipo de sociedad. La dimensión territorial debiera ser acompañada también, y ha sido acompañada en este caso, por lo que podríamos llamar la dimensión funcional, o sea ha habido cabildos de grupos profesionales, cabildos culturales, escolares, es decir, cabildos que están para discutir con gente que está en un mismo ámbito de actividad u ocupación, para discutir los problemas de ese ámbito y actividad. Uno piensa que esto debiera tener una forma mucho más institucionalizada a nivel territorial, a nivel municipal. Ahora ¿qué pasa con todas estas conversaciones o demandas? ¿Cómo se hace para que la gente no sienta que eso fue inútil? En principio, la utilidad es inmediata en la medida que el hecho que la gente se encuentra, discuta, es un proceso, como ha sido señalado, de repolitización, aun cuando el nivel de preocupación por lo político sea mucho menor que el nivel de preocupación por demandas sociales inmediatas, pero también eso va produciendo la reflexión en torno a lo político.

       GDF: Pero ¿cómo se hace para que esto tenga impacto en la vida política institucional?

      MAG: Sí, ¿cómo esto se vincula a los procesos políticos, y no pasa a ser una cosa enteramente aparte que sirvió para calmar las demandas, para que la gente se encontrara?, lo que en sí ya es muy bueno, pero la pregunta es ¿cómo durante el ejercicio de la Asamblea Constituyente, en cualquiera de sus formas (la que uno apoya es la de una Asamblea Constituyente enteramente elegida, lo que se llama Convención Constitucional) se va a lograr que estos momentos de participación lleguen allá? Aquí hay dos maneras. Una es la sistematización de lo que pasó en los cabildos de Bachelet y en los cabildos que se han realizado actualmente y, la sistematización para que llegue eso a la Asamblea Constituyente; y la otra es que durante el año

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