Macarras interseculares. Iñaki Domínguez

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Macarras interseculares - Iñaki Domínguez General

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abandonados en lo que ahora serían Las Tablas. Se trataba de un cuartel militar vinculado a la Renfe: «El Abuelo vivía en un apartamento pequeño dentro del cuartel. Ahí vivían gitanos, mercheros, y la mayoría se dedicaba a las peleas de perros. El Abuelo tenía una pitbull llamado Peggy, que utilizaba en peleas. Con esos hábitos, la Peggy estaba cosida de los bocados que tenía. Parecía el perro de Frankenstein. Tenía que ir con una cuña porque el animal como mordiera a alguien no lo soltaba. Estaba completamente enloquecida. En el cuartel había pitbulls, había presas canarios, había unos perros que daban miedo. La Peggy parió y el Abuelo me regaló una cachorrilla guapísima. Un perro muy bonito. Pero la perra recién nacida era una asesina… Venía así de serie, por lo que había sufrido su madre. Mi ex me dijo “o el perro o yo”».

      J.: «El Abuelo —al que llamaban así por parecer mucho más mayor de lo que era— murió de una sobredosis, y cuando murió fue santificado, por decirlo de alguna manera. En realidad, es imposible tratar con un yonqui. Muchos de ellos enloquecen. Uno del grupo se cagó en el portal de la casa de mi familia. Iba a pedir dinero, y como no le dieron nada, se cagó en el portal. Hay gente que se salvó por los pelos. A otro le pilló la Guardia Civil de Málaga. Llegó una multa a casa de su familia, y dejó que la multa llegase a Madrid. Su padre la pilló. Con terror en los ojos, preguntó a uno de los hermanos si se pinchaba. “No”, dijo él, “pero tiene muchos problemas” [en esa época solo fumaba la heroína]. Dejar que la multa llegase a su casa era un modo de pedir ayuda. Volvió a casa de sus padres y, finalmente, se fue a la casa de su familia en el pueblo para desintoxicarse».

      Cartel de Furia oriental (1974).

      J.: «Su hermano pequeño, el Punkito, intentó entre otras cosas matar al abogado Rodríguez Menéndez por dinero. Era cocainómano, y pequeñito. Era un hijo puta». R., alias La Carrá: «El Punkito empezó con la coca. Se hizo muy amigo de una gente del gimnasio, que paraba por el barrio y se dedicaba al trapicheo. Punkito le debía una cifra a un tío de esos. Estaba acuciado por las deudas de coca. Por eso se metió en lo de Rodríguez Menéndez».

      J.: «El Punkito se hizo malo de verdad. Lo que le gustaba era pelearse. Los padres eran dos personas bajitas, buenísimas personas. Su padre era un militar, un “chusquero”, que entra a hacer la mili y se queda y no pasa de cabo. Gente apocada. El Punkito tenía mucha ira, porque su hermano había muerto. Pagó un par de años de trullo, por lo del Rodríguez

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