Desarrollo integral sustentable. Lucio Traverso

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Desarrollo integral sustentable - Lucio Traverso Acción empresarial

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      Idiota: indicó el mayor grado de discapacidad intelectual, cuya edad mental es de dos años o menos, y la persona no puede protegerse contra los peligros físicos comunes. El término fue reemplazado gradualmente por “retraso mental profundo”.

      Imbécil: se refería a una discapacidad intelectual menos extrema que la idiotez y no necesariamente heredada. En la actualidad se subdivide en dos categorías, conocidas como discapacidad intelectual grave y discapacidad intelectual moderada.

      Moron: fue definido por la Asociación Americana para el Estudio de la Mentalidad Débil en 1910, siguiendo el trabajo de Henry H. Goddard, como el término para un adulto con una edad mental entre ocho y doce años; “discapacidad intelectual leve” es ahora el término para esta condición. También se usaron definiciones alternativas de estos términos basados en IQ. Este grupo fue conocido en la ley del Reino Unido de 1911 a 1960 como “débil mental”.

      Mongolismo e idiota mongoloide: eran términos médicos utilizados para identificar a una persona con síndrome de Down, ya que el médico que lo describió por primera vez, John Langdon Down, creía que los niños con síndrome de Down compartían similitudes faciales con la “raza mongol” de Blumenbach. La República Popular de Mongolia solicitó que la comunidad médica deje de usar el término como referente de la discapacidad intelectual. Su solicitud fue otorgada en la década de 1960, cuando la Organización Mundial de la Salud acordó que el término debía dejar de usarse dentro de la comunidad médica.

      El término “retraso mental” fue un término de diagnóstico que denota el grupo de categorías desconectadas de funcionamiento mental como idiotas, imbéciles y retrasados, derivadas de las primeras pruebas de CI, que adquirieron connotaciones peyorativas en el discurso popular. Esto puede haber contribuido a su reemplazo con eufemismos, como los discapacitados mentales o intelectuales. Si bien la discapacidad del desarrollo incluye muchos otros trastornos, la discapacidad del desarrollo y el retraso del desarrollo (para las personas menores de 18 años) generalmente se consideran términos más corteses que el retraso mental.

      No solo el modo de nombrarla para su documentación ha variado a lo largo de la historia, la discapacidad intelectual ha significado, en el pasado, un motivo de incomodidad y escasa amabilidad en la sociedad toda, y una sensación de peso para las familias.

      Hasta la Ilustración en Europa, las familias y la Iglesia (en los monasterios y otras comunidades religiosas) proporcionaban atención y asilo, centrándose en la provisión de las necesidades físicas básicas, como alimentos, refugio y ropa. Los estereotipos negativos fueron prominentes en las actitudes sociales de la época.

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