Escape hacia la utopía. Julián Schvindlerman
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![Escape hacia la utopía - Julián Schvindlerman Escape hacia la utopía - Julián Schvindlerman](/cover_pre895016.jpg)
Panorama del norte, cien leguas bajo el manto de la nieve, mil leguas en que la nieve danza / A cada lado de la Gran Muralla, solo una blanca vastedad / En el gran río, de extremo a extremo, el caudal está helado y perdido el oleaje / Las montañas danzan y danzan como serpientes de plata; elefantes de cera, las tierras altas se deslizan como si compitieran con los cielos / Y en los días de sol, veréis un traje rojo sobre el blanco: deleitosa hermosura.
Soberana belleza del paisaje, innumerables héroes lucharon por rendirle homenaje. ¡Ay de estos héroes! Chin Shi Huang y Han Wu Di no tenían un lustre de cultura; Tang Tai Tsong y Sung Tai Tsu, emperadores, carecían del suave don poético y Gengis Khan, favorito del cielo por un día, solo sabía disparar sus flechas al águila dorada / Ahora son pasado, ahora se han ido / A los hombres gallardos y gentiles los hallaremos en nuestros propios días.
DAPODI
Rojo, naranja, azul, añil, violeta, verde y amarillo: ¿quién en el cielo danza ondulando esta cinta de colores? El sol poniente ha vuelto, tras la lluvia, y se tornan azules a trechos las colinas / Hubo aquí en el pasado un furioso combate / Los impactos de las balas señalan los muros de la aldea / ¡Muros condecorados! Las colinas parecen hoy más bellas.
HUICHANG
En el oriente va a nacer la aurora / No digáis que aún no es hora de partir / Pensad que recorrimos tantas verdes colinas y aún no somos viejos, y que nunca admiramos un paisaje tan bello / Desde los muros de Huichang, los picos erguidos en cadenas y cadenas, corren hacia el océano del este / Clava en el sur sus ojos el soldado: en el verde y frondoso Guangdong, a la distancia.
TRES POEMAS BREVES
¡Montañas! Fustigo a mi caballo veloz, sin desmontar jamás / Tan pronto parto, vuelvo la cabeza ausentado de ver el cielo un metro más arriba.
¡Montañas! como mares inquietos, palpitantes, con olas cual tropeles de caballos que encabritados corren al corazón de la batalla.
¡Montañas! Vuestros picachos no se mellan al horadar lo azul del firmamento / El cielo caería si vuestra fuerza no lo sostuviera.
La poesía traducida no es habitualmente justa con el compositor, ni demasiado placentera para el lector. Como dicen los italianos, tradurre è tradire (traducir es traicionar). Afortunadamente para los lectores de este libro, esta sección ha abordado –muy superficialmente– la poesía de Mao, y no la del emperador Qianlong, quien en el siglo XVIII compuso 42.000 poemas, reunidos en 454 tomos.
1. Mao pronunció esta frase por primera vez en 1946 durante una entrevista con la periodista norteamericana Anna Louise Strong. Volveremos a ella más adelante.
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