Inmigración internacional en Chile. Baldomero Estrada Turra

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Italiana di Mutuo Socorso1895Sociedad Austríaca de Socorros Mutuos1896Societé Francaise des Secours Mutuels1897Deutscher Kranke und Sterbe Kasse1897Deutsches Verein1898British Association of Magallanes1899Mutual Benefit Society1899Hrvatsko Dobrotvorno Drustvo1900Sociedad Suiza de Socorros Mutuos Helvetia1902Deutschnationaler Handlungsgehilfen1909Centre Cátala1911Club Austríaco1912Centro Español1912Hrvatski Dom1914Deutschnationaler Handlungsgehilfen1914Circolo Italiano1917Círculo Francés1919Círculo Suizo1920

      Fuente: Revista Male Novine, Nº. 81, año 2008, Punta Arenas.

      ESTATUTOS, NORMAS Y REGLAMENTOS DE ORGANIZACIONES SOCIALES: PAUTAS DE COMPORTAMIENTO Y CONFLICTOS IDENTITARIOS

      Los estatutos de las sociedades benéficas y de socorros mutuos estuvieron marcados por rasgos morales y aspectos de fama pública e identitarios de nación. Inicialmente aparecieron como organizaciones étnicas o de carácter nacional, pues la identidad de paisanaje se impone a otras identidades posibles, como las de clase, por las propias motivaciones y necesidades socio-culturales de los inmigrantes154. Posteriormente, los rasgos de clase en algunas de estas, se harían notar a lo largo del siglo XX. En el caso de La Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos, fundada en el año de 1900 con el objetivo de crear un fondo común destinado a socorrer a los socios de origen croata inscritos en Punta Arenas y que atravesaron circunstancias de dificultad económica y agravios de salud, entre los principales puntos a considerar para la incorporación como socio, cabe destacar el requisito de ser súbdito o hijo de súbdito austro-húngaro, gozar de buena reputación y ejercer alguna honesta profesión, arte u oficio155.

      La buena reputación se comprobaba por medio de la representación de dos socios, quienes, exponían los antecedentes de los candidatos a ingreso frente a un Directorio. Estos antecedentes no solo se encontraban marcados por la acumulación del capital económico de los aspirantes, sino que también tomaba relevancia el capital cultural de estos156. Veremos cómo por ejemplo el dominio del idioma nativo de los inmigrantes consistió en uno de los requisitos para ingresar a algunas instituciones sociales.

      En el año de 1911, con motivos del fallecimiento de un socio de la Sociedad Croata de Beneficencia, en el funeral sus compañeros le dedicaron las siguientes palabras de agradecimiento por haber fomentado el idioma y la cultura croata:

      “Pero antes de entregarte a la madre tierra, Agustín, quiero despedirme de ti, en nombre de la Sociedad Croata de Beneficencia, de quien has sido fundador. Todos poseemos frescos recuerdos del gran día, sí, digo grande, porque para nosotros los croatas, en verdad lo era grande, cuando algunos de nuestros entusiastas patriotas se reunieron en tu casa para proclamar los estatutos de unión, de rescate de nuestras tradiciones, viendo la gran necesidad de despertar a nuestro pueblo lejos de la madre patria i volverlo al verdadero camino, del cual se había desviado,,, tu ardiente palabra i tú patriotismo [sic] ha ayudado por la primera vez en Chile, desplegar el tricolor croata lejanos de la madre patria”157.

      El British Club, fundado el 3 de mayo de 1899 tuvo como objetivo crear un hogar social para sus miembros, promoviendo la cultura, el esparcimiento y los lazos y redes de amistad y solidaridad entre estos. Dentro de los estatutos, quedaba estrictamente prohíbo toda clase de juegos de azar y diversiones que atentaran contra la moral pública158.

      Si bien, analizando los reglamentos internos de esta institución y otras de similares características, no se dejaba explícito que sus integrantes debían ser solo hombres, hasta por lo menos 1920, ni en las actas de sesiones ni en los distintos listados de integrantes aparecieron nombres de mujeres. Es más, recién en 1918 se crea la primera institución de Socorros Mutuos a cargo de mujeres, la Sociedad Femenina de Socorros Mutuos. Anterior a esta, las mujeres, tanto nacionales como inmigrantes, se encontraban formando parte de organizaciones fundadas en contextos religiosos y con objetivos de caridad con estatutos de buena conducta y fama pública similares a los de los hombres: la Archicofradía de María Auxiliadora en 1888, la Asociación de las Hijas de María en 1890, la The Anglican Society en 1893, la Sociedad de Damas La Mujer Croata en 1914, la Cruz Roja Serbio-montenegrina y Huérfanos de la Patria, entre otras159.

      Importante era el rol que jugaban las redes pre-migratorias y los lazos de parentesco y redes derivadas de los enlaces matrimoniales y/o sociedades comerciales. Muchas de estas organizaciones se formaron con personas estrechamente vinculadas entre sí, ya sea a consecuencia de ideas de grupos de amigos, vecinos o familiares oriundos del mismo pueblo o país, y con una procedencia socio-ocupacional mayoritariamente homogénea (estancieros, comerciantes e industriales). Así también, los postulantes acreditaban buena conducta y óptimos antecedentes, avalados por los testimonios que sus nuevos lazos comerciales, de compadrazgo o de amistad en el país receptor podían aseverar, comprendiendo así el funcionamiento, dimensiones y posiciones de las redes.

      En lo posible, tales testimonios o certificados debían ser emitidos por inmigrantes que ya pertenecieran a la asociación que se postulaba. Una vez revisadas las cartas de recomendación en cuanto a su contenido, procedencia y la ocupación de cada postulante, los directivos realizaban la votación correspondiente; en caso que se probase la honradez y laboriosidad de los candidatos, estos eran admitidos. Así lo dicen los estatutos del Hrvatski Dom (Club Croata), creado en 1915 en Punta Arenas: “podrán ser miembros del Club siempre que tengan reputación de buena conducta y honradez, todo croata o eslavo y los hijos de los mismos, debiendo contar por lo menos con diez y seis años de edad y ejercer profesión seria, arte y oficio honestos”160.

      Los mecanismos de control de las pautas conductuales también se vieron reflejados en algunos de los reglamentos de las organizaciones de las distintas colonias. Los socios que, por mala conducta, morosos en sus cuotas, contrayentes de enfermedades a consecuencia de relajación de costumbres y/o oficios denigrantes, o quienes se vieron involucrados en causas políticas y/o de índole nacionalista, fueron expulsados de la Asociación. Así también, a los enfermos producto de los abusos del alcohol o los heridos a consecuencia de riñas y pleitos, se les negó todo tipo de auxilio médico, pues atentaban contra el respeto, la fama y la tranquilidad de los miembros de las colonias161.

      En el año de 1905, dos socios de la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos se vieron involucrados en una riña que culminó en homicidio. David Draguicevich atacó al súbdito de apellido Verick, ocasionándole la muerte.

      “Y no habiendo tomado ningunas medidas el representante de nuestro Imperio, se acordó que el presidente y el secretario de esta institución presenten una demanda al Juez de Letras pidiendo que en vista que el homicida Draguicevich posee una regular fortuna, pague una indemnización a la viuda y sus hijas junto con disculpas públicas”162.

      El quinto artículo de los estatutos del Club Croata de Punta Arenas hacía alusión al respeto y obediencia de los socios para con los directivos: obedecer dentro del Club a cualquier miembro del Consejo Directivo en caso de reconvención, procurando al mismo tiempo con su comportamiento, ser digno de elogio y fama entre los consocios163.

      Por su parte, en el año de 1896 se funda la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos, liderada por un comité compuesto por José Pasinovic, presidente; Agustín Denegri, vicepresidente; Nicolás Bandic, secretario; Oreste Grandi, tesorero, y Juan Sturica, Antonio Milicic164 y Fortunato Bergulian, consejeros. Esta comitiva en conjunto con los socios, elaboraron los primeros estatutos, dejando claro dentro de los reglamentos el mantenerse al margen de toda ideología política y/o religiosa165. Si analizamos el listado de socios por año hasta finales de 1900, de 200 socios con los que contaba la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos, ciento noventa y un correspondían a

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