Fútbol infantil. Endré Benedek
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Los niños de esta edad tienen un gran afán de movimiento, muchas ganas de competir y mucha alegría en el movimiento. Los niños son fáciles de motivar. Gustosamente son activos en el grupo y se alegran con los éxitos comunes. Por eso se pueden emplear paralelamente para el individuo y para el grupo formas de competición o bien juegos. Lo más apropiado para esta edad son ejercicios por parejas y juegos sencillos, porque organizan razonadamente los logros previos del deporte infantil. Con el juego se les proporcionan a los niños múltiples experiencias motoras. Las impresiones y experiencias adquiridas en esta edad acompañan al hombre por regla general a lo largo de su vida. El que se acostumbra pronto al movimiento, al juego, al juego de balón, más tarde tampoco querrá dejarlo.
Es decisivo que el balón se convierta lo antes posible en el amigo, en el juguete preferido del niño.
La fase de preparación (de los 7 a los 10 años)
El instinto lúdico fuertemente desarrollado y el gran afán de movimiento son también característicos de esta edad. Este natural afán de movimiento tiene que ser utilizado para la aproximación al juego del fútbol. El niño juega por el placer de jugar. Este gusto por el movimiento tiene que ser guiado por métodos, juegos y ejercicios propios de su edad. La garantía de la experiencia de juego es un requisito indispensable. Se pueden encontrar posibilidades de juego en el círculo de los amigos, pero también en el trabajo dirigido y organizado. Además hay ocasiones para jugar al fútbol en la escuela o en la familia. Es absolutamente necesario que los clubs creen posibilidades de juego también para los más jóvenes.
El objetivo para el grupo de edades comprendidas entre los 7 y 10 años consiste en desarrollar la sensibilidad para el balón, despertar el interés para el juego del fútbol y proporcionar fundamentos para poder jugar. Pero a esta edad no se puede de repente empezar una enseñanza de fútbol, ya que la coordinación de movimientos y la capacidad de atención y concentración todavía están poco desarrolladas; tampoco el desarrollo de la musculatura no corresponde con el crecimiento en altura, y la capacidad de rendimiento fluctúa notablemente. Los ejercicios individuales y por parejas tienen que ser utilizados tanto como los juegos reducidos, que son apropiados para educar hacia el compañerismo necesario (respeto por el compañero de juego y por el adversario, ilusión por el triunfo, superación de la derrota, luchar uno por el otro etc.).
Sencillos elementos del fútbol pueden ser empleados ya en los juegos. Es preferible intervenir poco en el juego; la paciencia desempeña un gran papel entrenando niños de esta edad. A mayor edad, el deseo de aprender crece cada vez más en el niño. La capacidad de concentración y percepción motora, y de este modo la capacidad del aprendizaje motor mejoran constantemente. Los niños de 9 a 10 años son capaces de ejecutar también movimientos difíciles.
El sistema cardio-respiratorio así como el aparato locomotor se desarrollan ya más equilibradamente, la coordinación motriz mejora, el rendimiento es cada vez más estable. Sigue desarrollándose el sentido de colectividad, la intensidad de lucha por la victoria puede aumentar. Ahora se pueden emplear más los juegos de grupo y equipo. Es conveniente instruir esencialmente la calidad de coordi nación; deberían empezarse a consolidar y ampliar las experiencias motrices ya existentes. Los juegos favorecen la capacidad de aprendizaje motriz, si en ello domina el principio de la destreza. Su aplicación dirigida es más importante que el afán de perfeccionar la técnica. Seguir conociendo el fútbol, ampliar las experiencias motrices y llegar a más fluidez en el juego, todo esto proporciona más placer, aumenta el número de experiencias felices, en una palabra, el entusiasmo aumenta. Son útiles todos los juegos, ejercicios con balón y juegos de fútbol adaptados a las peculiaridades típicas de cada edad y que proporcionan un buen ambiente dentro del equipo.
La fase de consolidación(de los 10 a los 14 años: entrenamiento básico)
Esta fase de la formación de base tenemos que tratarla en dos capítulos, porque los objetivos y las tareas de la formación se cambian y se desarrollan.
EDAD DE 10 A 12 AÑOS:Fase de la transmisión de los elementos básicos de la técnica y táctica del fútbol, así como de las cualidades físicas generales.
Si los niños en los años anteriores han llegado a amar los juegos de balón en general y el fútbol en particular, se les puede más fácilmente llevar al entrenamiento de fútbol. Estos niños sin duda tienen ventajas sobre aquellos que descubren el balón a esta edad.
A los niños les gusta jugar y moverse libremente. Pero para su desarrollo dirigido y equilibrado es necesaria también la aplicación de actividades ordenadas, ya que la coordinación motriz, la armonía de la musculatura, las cualidades físicas empiezan a desarrollarse rápidamente. Esta edad es la más apropiada para el aprendizaje consciente de los elementos básicos del fútbol. Los niños reconocen la importancia del aprendizaje y del ejercicio, ven la relación entre entrenamiento y rendimiento. En esta fase es característica la transmisión de las bases de la técnica, táctica y de las capacidades físicas, la educación de cara al entrenamiento regular, la adaptación a la sociedad y el aprendizaje de habilidades motrices variadas.
Por esto se califica a esta edad como la mejor edad de aprendizaje motora. Las extremidades -sobre todo las piernas- crecen, su masa y fuerza muscular aumentan paulatinamente. Aunque los movimientos de fuerza explosiva cansan rápidamente el cuerpo, se recupera también enseguida tras la carga. Se puede ser muy exigente con los niños de 10 a 12 años con respecto a la velocidad, habilidad y resistencia.
Es característico de esta edad el afán de reconocimiento, el mostrarse como el mejor: destreza, fuerza y habilidad futbolística se dejan comparar fácilmente entre sí. Estas cualidades pueden ser aprovechadas en el proceso de entrenamiento así como a la hora de dar deberes. A la edad de 10 a 12 años se trata sobre todo de la adquisición y formación exhaustiva de los elementos técnicos, del refinamiento y mejora de los gestos motores, y de llevar a los niños paso a paso al juego con un contrario. Formas jugadas y objetivos operativos se emplean cada vez más en la enseñanza del comportamiento táctico básico, del juego combinado, así como de los principios tácticos de grupo y de equipo.
El desarrollo de las capacidades físicas se combina paulatinamente con los elementos técnico-tácticos. Visto desde el ángulo pedagógico, es importante que se den cuenta de lo necesario que es un comportamiento disciplinado, del cumplimiento de las reglas, del comportamiento correcto con sus compañeros de juego y con el contrario. Unos comportamientos básicos consolidados de tal modo influyen positivamente en el rendimiento. Los niños luchan con ánimo, con riesgo y en interés del equipo. Esencial es también el desarrollo de las cualidades volitivas: la ambición, la perseverancia y la adaptación a unas costumbres de un modo de vida deportivo.
Aunque el grado de dominio de las habilidades técnicas y tácticas en muchos casos no supera todavía la coordinación gruesa o global, hay que darles a los niños la oportunidad de aplicarlas en la competición. Solamente así lo aprendido se llena de sentido y de significación. En esta fase es absolutamente necesario llevar a cabo competiciones, porque éste es un medio insustituible para la aplicación de la técnica y de la táctica. ¡ Para la práctica del fútbol solamente se pueden preparar por medio de las competiciones!
EDAD DE 12 A 14 AÑOS:Fase de la consolidación y final de la formación básica
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