El libro de medicina oriental (Bicolor). Clive Witham
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LEGUMBRES, SEMILLAS Y FRUTOS SECOS: brotes de alfalfa.
BEBIDAS: cerveza, té negro y café.
OTROS: vinagre.
Dulce
El sabor dulce forma parte del elemento tierra, y puede afectar directamente el Estómago y el Bazo. Es el sabor más común en una dieta estándar, y se puede encontrar en casi todos los alimentos de forma natural, independientemente de otros sabores que puedan tener. Por lo general, calienta levemente y favorece la digestión si se toma en cantidades pequeñas. También genera tejidos y líquidos (yin) y refuerza el Qi y la sangre.
Un exceso de alimentos dulces (normalmente en forma de productos azucarados procesados, como chocolate, galletas y pasteles) puede tener el efecto contrario y debilitar el Estómago y el Bazo. Si el Estómago y el Bazo están débiles, empiezan a pedir alimentos dulces, y éste es el sabor que los reforzará. Pero los alimentos dulces a base de azúcares concentrados incrementan este deseo aún más, con lo cual se crea un círculo vicioso. Cuantos más productos dulces concentrados se consumen, más se debilitan el Estómago y el Bazo, y cuanto más débiles están, más azúcar piden.
Los alimentos siguientes se consideran dulces:
FRUTA: manzanas, albaricoques, dátiles, higos, uvas, pomelos, mandarinas, naranjas, papayas, meloco-tones, peras, piñas, ciruelas, frambuesas, fresas y tomates.
VERDURAS: casi todas ellas, pero en particular remolacha, col, zanahorias, apio, cerezas, calabacines, maíz, pepinos, lechuga, champiñones pequeños, guisantes, patatas, calabazas boneteras, rábanos, espinacas y moniatos.
CEREALES: casi todos, pero en particular la cebada, trigo, avena, malta y arroz.
LEGUMBRES, SEMILLAS Y FRUTOS SECOS: judías aduki, almendras, castañas, garbanzos, alubias pintas, judías mungo, cacahuetes, nueces, pipas y piñones.
CARNE: la mayoría de las carnes, pero sobre todo la vacuna, pollo, cordero, cerdo y conejo.
BEBIDAS: leche y vino.
OTROS: aceite de oliva, queso, mantequilla, miel y azúcar.
Picante
El sabor picante se asocia al elemento metal y afecta directamente los Pulmones y el Intestino Grueso. Este sabor calienta levemente, favorece el movimiento del Qi y la sangre alrededor del cuerpo y ayuda a expulsar flemas, sobre todo de los Pulmones. Tomados en grandes cantidades, los alimentos picantes secan los Pulmones y el Estómago y debilitan el Qi y el yin. Ello puede causar flacidez muscular y falta de empuje o ánimo.
Los alimentos siguientes se consideran picantes:
VERDURAS: repollo, guindillas, ajos, puerros, nabos, cebollas, rábanos y berros.
HIERBAS Y ESPECIAS: pimienta negra, pimienta de Cayena, albahaca, clavo de especia, canela, comino, menta, romero, mejorana, nuez moscada y manzanilla.
OTROS: mostaza y rábano picante.
NOTA. El grado de acritud de un producto se puede reducir con la cocción.
Salado
El sabor salado se asocia al elemento agua y afecta directamente los Riñones y la Vejiga. Este sabor refresca y humedece el cuerpo, y a menudo puede tener un efecto desintoxicante. También actúa como diurético, hace descender el Qi y puede ablandar cualquier masa dura. Demasiados alimentos salados pueden aumentar la humedad, dañar el Qi y debilitar los huesos y la sangre.
Los alimentos siguientes se consideran salados:
VERDURAS: ajo, kelp y algas.
HIERBAS Y ESPECIAS: sal y perejil.
CEREALES: cebada y mijo.
CARNE, PESCADO Y MARISCO: cangrejo, pato, jamón, langosta, mejillones, pulpo, ostras, cerdo, pichón y sardinas.
OTROS: miso, salsa de soja y encurtidos.
Ácido
El sabor ácido se asocia al elemento madera, y afecta directamente el Hígado y la Vesícula Biliar. Tiene un efecto de contracción o reducción, y controla la liberación de líquidos cerrando los poros, deteniendo la sudoración y constriñendo el sistema urinario para detener la micción. Por este motivo, los productos ácidos se recomiendan cuando se pierden fluidos corporales, como en caso de diarrea y sangrado. Un exceso de alimentos ácidos puede hacer que el cuerpo se contraiga demasiado y retenga demasiados líquidos. Ello puede ralentizar el sistema digestivo, dañar el yin y debilitar los tendones.
Los alimentos siguientes se consideran ácidos:
FRUTA: manzanas, albaricoques, moras, grosellas negras, grosellas rojas, uvas, pomelos, bayas del espino blanco, limones, limas, lichis, mandarinas, mangos, melocotones, peras, piñas, ciruelas, granadas, frambuesas, ciruelas agrias, fresas, tangerinas y tomates.
VERDURAS: verduras de hoja ancha, aceitunas y chucrut.
LEGUMBRES, SEMILLAS Y FRUTOS SECOS: judías aduki.
CARNE, PESCADO Y MARISCO: trucha.
BEBIDAS: té verde y vino.
OTROS: vinagre, encurtidos, yogur y crema de queso.
Adaptar la dieta
En relación con el cuerpo, el conocimiento es poder, si bien es cierto que demasiados conocimientos pueden a veces confundirnos. Por lo tanto, es importante no perder de vista las clasificaciones según la temperatura y el sabor. Son una guía para efectuar cambios en la dieta que mejoran la salud. En ningún caso están diseñadas como listas de recetas restrictivas.
Si después de leer este libro, es evidente para usted que sufre un desequilibrio interior entre el calor y el frío, estas listas le pueden ser útiles para identificar productos de la dieta que pueden acentuar su problema. En este caso, puede reducir o suprimir algunos de estos alimentos y, mediante el método de ensayo y error, adaptar su dieta correctamente.
Del mismo modo, si observa un desequilibrio evidente en los órganos, puede incorporar o suprimir un producto o un sabor en particular para ajustar su dieta. Nunca es demasiado tarde para cambiar, según algunos expertos. Incluso las personas de más de 65 años que adoptan una dieta con un alto contenido en frutas y verduras (acompañada de ejercicio regular) pueden ver reducidas sus probabilidades de sufrir enfermedades crónicas como hipertensión, cáncer u osteoporosis.2
Un principio importante que recordar es que un exceso de cualquier producto, por muy bueno que sea, a usted le puede resultar perjudicial. Sea escéptico en cuanto a las propiedades «probióticas» de los yogures, que según la publicidad mejoran la digestión, o sobre los cereales que protegen el corazón. Dichas afirmaciones pueden tener algo de verdad si se toman en el contexto de un estilo de vida sano con una práctica regular de ejercicio y una dieta adecuada, pero por sí solas, y vistas en términos de la relación entre un Estómago débil y la humedad, pueden causar más daños que beneficios.