Sanar sin fronteras. Eric Barone
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Al momento de decidirse por la investigación, una duda esencial lo impulsaba: había logrado demostrar experimentalmente que nuestro cerebro puede aprender hasta 40 veces más rápidamente, pero le restaba descubrir cuál era el carburante desconocido que le permitía lograrlo. Solo descubriéndolo podría aspirar a transformar, lo que hasta ese momento era una hazaña, en un hecho cotidiano, al alcance de todos.
R: Y aquí aparece la diferencia entre un empresario y un investigador. Si Barone hubiera permanecido en Francia para explotar sus descubrimientos, hoy en día sería, seguramente, un hipnotizador de proyección internacional, director de institutos pedagógicos y dueño de franquicias internacionales. Pero, por suerte, ninguna de esas glorias le intereso. Decidió terminar los cursos que estaba dando y dedicarse a una tarea que le llevó un cuarto de siglo: responder a una pregunta pendiente que lo obsesionaba: ¿CUÁL ERA EL SUPERCARBURANTE QUE HACÍA POSIBLE LA ACELERACIÓN CEREBRAL?
C: ¡Qué suerte que decidió ser más investigador que empresario! Sabemos que empezó un largo viaje y que estuvo en Paraguay, Argentina y Brasil. Todos le hemos preguntado por qué eligió esos países y a todos nos sorprendió por su respuesta: hay una línea de energía que parte de Benarés, ciudad sagrada de la India, y pasa por esos países. Barone sabía que un gran renacimiento mundial ocurriría desde Sudamérica y quería ser partícipe de esa cruzada.
J: Vuelvo a mi caballito de batalla: Barone es un superdotado y voy a demostrárselos una vez más. Llegó a Paraguay sin saber ni una sola palabra de castellano. Todos sabemos que fue un mal alumno, que era incapaz de memorizar su número de teléfono o el número de su documento de identidad, que es alguien que no llega a asociar un rostro con su nombre.
C: ¿Y no hay algo de patológico en esto?
J: Tal vez pero ¿a quién le importa? Un mes después de haber llegado a Asunción, ya hablaba correctamente el idioma sin haber visto ni un profesor y sin tener una memoria como la nuestra que somos univer¬sitarios. Eso es lo importante. Obviamente le preguntamos sobre el tema y esa vez no pudo contestarnos como hace siempre diciéndonos: ‘lean mis libros’ porque ya los habíamos leídos, y sabíamos que la con-testación no se encontraba allí. Entonces se explayó, ¿se acuerdan?
Nos contó que hacía decenas de veces por día los asanas de kundalini que enseña en sus libros, que abría las puertas del Tao, que también enseña, y otros ejercicios para cargarse de una energía especial: el supercarburante que alimenta el supercerebro. Luego, usando sus propias técnicas, se ponía en estado auto hipnótico para provocar una anomalía de tiempo. Porque, en efecto, la conciencia del tiempo genera cansancio mental, distrae al alumno, baja su rendimiento por minuto de trabajo y acelera la facultad de olvidar en lugar de la de memorizar. En ese estado especial, que enseña a obtener en el libro “Hipnotismo & Bioenergía”, la mente se pone en situación de VDM PASIVA (vigilodinámica pasiva explicada en el libro “Como Aprender a Aprender”). En forma artificial la memoria se vuelve fotográfica. Repitiendo tres días seguidos las mismas listas, (que son presentadas en el libro “Como aprender Inglés en un mes”, pero que se pueden aplicar a cualquier otro idioma), las palabras se graban a cierta profundidad de automatización y se inscriben en lo que él llama las capas de mamushka.
C: Sí, ése es el nombre que le pone Eric al producto del encuentro entre la conciencia y el tiempo, lo que genera una capa energética nueva alrededor de TODO el cuerpo, en ciclos de 72 horas, es decir, cada tres días. En ella se graba todo lo abstracto, pero también lo emocional y todo lo que se escapa del mundo tridimensional, (mientras que los conocimientos relacionados con este mundo material se graban en el cerebro neuronal). Esta teoría revolucionaria afirma que el cerebro energético ocupa todo el cuerpo y varios centímetros alrededor suyo, por lo que escapa de lo tridimensional.
R: Gracias Carlos. Estoy muy contento de no haberlo leído nunca al Profe. Aunque, tal vez, sus libros sanarían mis insomnios.
J: ¡No seas tan negativo!
Como resultado, tenemos un superdotado, brillante fracasado escolar que no llega a recordar su número de teléfono ni la patente de su coche pero que pudo memorizar 25.000 palabras en un mes y construir frases verbales y luego escritas. Y después escribió 80 libros en castellano y habló miles de veces en las radios sudamericanas.
C: Sí, por suerte cuando se lo lee no se escucha su acento. Él reconoce, riéndose, que el cassette de pronunciación se la olvidó en Francia. Desde entonces, todo el mundo le hace bromas diciéndole que habla como Jacques Cousteau, el divulgador de los espacios submarinos.
R: Carlos, sé que es él mismo el que los alienta a ironizar a su costa. Porque Eric adora reírse de sí mismo, pero nunca de los demás. Ahora quiero preguntarte: ¿qué te decidió a estudiar la Terapia Akáshica? ¿Cuándo hiciste el click?
C: Primero continuemos leyendo:
El más importante de sus descubrimientos, al que arribó tras esos 25 años de investigaciones, fue el hallazgo de la respuesta a aquella pregunta inicial: aquel carburante que buscaba era la BIOENERGÍA. Luego, en muchos de sus libros se dedicó a establecer cómo y por qué ése es el ingrediente principal de la conciencia. Sus obras se dedican a analizarla y caracterizar sus funciones, ver sus nuevos campos de aplicación y, particularmente, a demostrar por qué es el carburante que hace posible la parte de la conciencia que procesa lo abstracto, lo inmaterial, lo multidimensional. A los 38 años, publicó un documento de síntesis: El Manifiesto de la Conciencia Multidimensional.
C: Raúl, sé que no te gusta leer a nuestro amigo, pero quiero que leas este fragmento:
Artículo I - El cuerpo físico que conocemos es uno de los 18 cuerpos que caracterizan no sólo al Hombre sino a toda entidad viviente del universo.
R: Bien, ya lo leí, ¿cómo esperas que reaccione?
J: Pienso que Carlos no espera nada. Sólo que leas y disfrutes. Es cierto que todo lo que afirma Eric es totalmente indemostrable.
C: Error, hay una forma de demostración al final. No te pierdas ni una frase, Raúl.
Artículo II - Cada cuerpo tiene una estructura semejante al cuerpo físico, es decir, dotado de un cerebro, una red neuronal y, por consiguiente, de un sistema sensorial propio.
C: Esta afirmación es muy importante. En base a ella, Eric ha creado un sistema de identificación de los 18 cerebros y un sistema de acción energética sobre cada uno de ellos, perfectamente discriminados. El programa de ASISTENTES, que lanzó este año 2018, permite reorganizar el funcionamiento de estos 18 cuerpos.
Artículo III - La vida está constituida por la constante revolución de una masa de energías/informaciones entre estos 18 cerebros y sistemas sensoriales. Por este motivo, es un error llamar «vida» a unas reacciones biomecánicas perceptibles solamente en el cuerpo físico.
J: Ahí entramos en mi sector preferido de la Terapia Akáshica, que es poder aportar definiciones nuevas a lo más desconocido e incuantificable de la psicología: la conciencia.
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