La izquierda mexicana del siglo XX. Libro 3. Arturo Martínez Nateras
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IV. La infamia, la estética, la tierra, la emancipación con escenas e imágenes para integrar un panorama secular y concluye con el texto “La izquierda en el centro histórico de la Ciudad de México” de Jesús González Schmal en colaboración con Cristina Barros Valero, la ruta misma; breves hojas de vida de los autores de este libro de La izquierda mexicana del siglo XX y de nuestros reconocimientos…
Un repaso por el índice es una incitación a la lectura, una guía para transitar por todo el libro con ensayos profundos y, al tiempo, sencillos en su comprensión que analizan algunos temas inéditos y muy poco conocidos. Algunos ensayos podrían ser por sí mismos un libro, cada uno de los apartados tiene vida propia y son inseparables.
La separata gráfica es fruto de una investigación curiosa, llena de interrogantes desde la perspectiva de la juventud interesada en la historia de la izquierda en las artes.
Se nos quedaron algunos textos en el tintero que recuperaremos en los libros próximos. Por mérito propio disponemos ya de lo que será un volumen sobre la izquierda, la música y la canción.
ARTES, HUMANIDADES Y LA IZQUIERDA HOY
¿Qué Izquierda y para qué? Esta cuestión recorre el mundo y la búsqueda de alternativas, pasa necesariamente por reconocer y recuperar la memoria del papel que ha desempeñado, en nuestro caso, la izquierda mexicana en las diferentes esferas de la vida nacional. En México, la cultura y las artes, las humanidades desempeñan un papel rector y fundamental. Especialmente después de la liquidación del partido marxista, de la organización política y del pensamiento socialista, los científicos sociales se refugiaron y se asilaron en las universidades y en las instituciones de cultura, desde donde existe y resurge la investigación y la elaboración sobre los temas de la riqueza, la justicia, la distribución y también los ensayos para sistematizar el papel del marxismo en nuestro país, del cine, de la literatura; las aportaciones universales de marxistas aferrados e invencibles sobre los grandes temas, los acontecimientos del globo y del país, respecto de los nuevos desafíos de la paz, la migración, los derechos humanos, el medio ambiente, la seguridad, el riesgo del exterminio de la especie humana, de corrupción y de la impunidad.
El coloquio y este volumen pueden contribuir a formular una visión global, no aldeana, arraigada en las particularidades americanas y mexicanas con una inevitable visión internacionalista en el mundo global, visión que caracterizó al movimiento de izquierda en la cultura, en las artes y en las humanidades.
El régimen del capitalismo exterminador arrasó con las mejores tradiciones de la izquierda mexicana del siglo XX, en general de la izquierda mundial. La globalización neoliberal es la centralización enloquecedora, sin perspectiva de ciudadanía, es una avalancha de crisis humanitaria. Frente a las políticas del miedo y del despojo cobra relevancia lo local, lo comunitario, la diversidad y también los desequilibrios.
Agradecemos mucho la confianza de los autores, colaboradores y patrocinadores. La UNAM, desde la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial nos estimula con su excelente trabajo editorial. Seguimos enriqueciendo el proyecto original y con el firme objetivo de continuar hasta el final.
Agosto de 2019
UTOPÍAS, UCRONÍAS, REVOLUCIONES, EL PRESENTE
La duración de la impaciencia
Discurso sobre el tiempo político
Juan Villoro
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Una de las tantas raíces de la ceiba
Pensamiento y acción del EZLN
a través de algunos papeles antiguos
de sus padres-madres
Miguel Vassallo
•
Planes diferentes. algunas preguntas sobre
los Pasados indígenas, el Partido Liberal Mexicano
y los movimientos sociales binacionales del siglo XX
Devra Weber
1. Julio Candelaria, Toma del Palacio Municipal de Ciudad Altamirano, Chiapas, al inicio de la rebelión zapatista,enero de 1994.
La duración de la impaciencia.
Discurso sobre el tiempo político*
Juan Villoro
¿A qué época pertenecemos? Desde el punto de vista geológico, formamos parte del Holoceno, expresión que casi todo mundo ignora y a muy pocos interesa.
Hemos perdido la relación directa con nuestra residencia en la Tierra. Abismados en las pantallas de la televisión y las computadoras, habitamos un mundo progresivamente virtual. Nos representamos a nosotros mismos con un alias en la redes sociales, un NIP en los cajeros automáticos, un password en los sitios web. Esta vida espectral produce un nuevo egoísmo. En aislamiento, carentes de identidad, buscamos nuestro reflejo en la pantalla como Narciso buscó el suyo en la superficie de las aguas. Y, pese a todo, la realidad no deja de existir. Acaso por ello, en el estado de Chiapas una población recibe el nombre de La Realidad.
Cerca de ese lugar se celebró la Convención de Aguascalientes en agosto de 1994, a la que asistimos unas seiscientas personas para conocer de primera mano las propuestas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (ezln). Había algo simbólico en reunirnos a unos cuantos kilómetros de La Realidad. La disposición geográfica era una moral: las conjeturas y los sueños resultaban necesarios, pero no bastaban; había que recordar que el mundo material existe y debe transformarse.
Más de 20 años después, el movimiento zapatista ha reinventado la vida diaria en los municipios que controla en Chiapas y ha influido en proyectos como la Universidad de la Tierra, que entiende el conocimiento como una respuesta a las necesidades inmediatas y duraderas de las comunidades indígenas.
Fundada en 2002 en las inmediaciones de San Cristóbal de las Casas, la Universidad de la Tierra proviene de una honda reflexión sobre la crisis del sistema educativo. No asume el estudio como un reparto de prestigios para competir en la meritocracia, sino como la formación de sujetos integrales, dispuestos a modificar el entorno.
De acuerdo con el subcomandante Galeano, el lema académico de la institución es: “¿Y tú qué?”. Los planes de estudio no anteceden a los alumnos; cada uno llega con un hueco que llenar; ese hueco es su vocación. De ahí la pregunta de elevada pedagogía: “¿Y tú qué”? Dependiendo de la respuesta, la enseñanza será un aprendizaje colectivo para hacer una tortilladora, reparar un automóvil o leer la Biblia en forma novedosa.
En un país donde cientos de universidades