Entre el pesimismo y la esperanza: Los derechos humanos en América Latina. Sandra Serrano

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Entre el pesimismo y la esperanza: Los derechos humanos en América Latina - Sandra Serrano

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Londres, Routledge-Kegan Paul.

      2. Indicadores de derechos humanos: tipos, métodos y bases de datos existentes

      Alejandro Anaya Muñoz[*]

      Introducción

      Los esfuerzos por desarrollar indicadores en el área de los derechos humanos son relativamente recientes, posteriores a los que se han dado para conceptos como democracia, pobreza o desarrollo. Dichos esfuerzos han sido parciales o desvinculados entre sí: sólo se han enfocado en algunos derechos en concreto (como los relativos a la integridad física de la persona) y se ha recurrido a una amplia gama de metodologías no necesariamente compatibles entre sí (Landman y Häuserman, 2003). Como quiera que sea, aunque la preocupación por generar y utilizar indicadores haya llegado “tarde” y parcialmente al área de los derechos humanos, su uso es ya parte fundamental en la investigación académica y en la práctica de organismos internacionales, organizaciones de la sociedad civil (osc) y de los gobiernos. Sin embargo, los indicadores de los que disponemos están lejos de ser perfectos, apropiados o indicados para cualquier tipo de proyecto de investigación, o para cualquier tipo de programa de política pública, o bien de intervención por parte de organismos internacionales u osc.

      En este capítulo se ofrece un acercamiento a los tipos de indicadores de derechos humanos que se pueden generar y a los acercamientos metodológicos para ello. Por otro lado, aquí se describen con cierto detalle tres de las bases de datos de indicadores de derechos humanos más utilizadas en la actualidad, todo ello con el fin de ofrecer al lector una especie de “mapeo” que le permita identificar el tipo de indicadores que le sean de utilidad en sus proyectos o iniciativas, el tipo de métodos útiles para generar sus indicadores, o las bases de datos ya existentes a las que puede recurrir.

      El capítulo se organiza en un primer apartado, en el que se examina el tipo de indicadores de derechos humanos posibles de generar: de insumos, de procesos y de resultados. En el segundo, se atienden los principales métodos para la generación de indicadores: la suma de “eventos”, la generación de estadísticas (a partir de muestras representativas) y la medición con base en estándares, dando especial atención a este último, ya que parece ser el único realmente factible en la práctica para la generación de bases de datos, con indicadores para muchos países que cubran largos periodos. En el tercer apartado se describen cuidadosamente las bases de datos de derechos humanos más usuales (generadas mediante la medición con base en estándares), subrayando sus características, virtudes y algunas limitantes. El texto concluye señalando que los investigadores y “practicantes” deben reflexionar sobre la pertinencia, para sus propios proyectos e iniciativas, de recurrir a las bases de datos existentes o, por lo contrario, de generar las suyas propias.

      Tipos de indicadores

      En la literatura sobre la medición de los derechos humanos se identifican distintos tipos de indicadores, los más señalados son los de insumos, los de procesos y los de resultados (Landman y Häuserman, 2003: 5-6; Böhning, 2003: 4-5). Los indicadores pueden reflejar “insumos”, es decir, acciones o decisiones del Estado con un eventual impacto en los niveles de ejercicio o de disfrute de los derechos humanos en la práctica. Los insumos más comunes en la materia suelen ser normativos e institucionales: la aprobación de nuevas disposiciones constitucionales, la reforma a la legislación secundaria, la creación o fortalecimiento de instituciones nacionales, la ratificación de un tratado internacional, o bien la aceptación de la competencia de un órgano internacional de monitoreo o defensa de los derechos humanos.

      En este sentido, un indicador muy simple señalaría el número de acciones del tipo referido arriba que el Estado toma en un año particular.[1] Una versión más compleja asignaría distinto peso o valor cuantitativo a distintas acciones dentro del ejercicio de agregación, lo cual lleva a la formulación del indicador. Por ejemplo, se podría plantear que una reforma constitucional tiene mayor importancia y, por ende, que debería tener “mayor peso” que la reforma a una ley secundaria o que la modificación de las atribuciones de una institución pública. Así, una reforma constitucional tendría un mayor impacto en el indicador final que una reforma institucional.

      Por otro lado, los indicadores de procesos miden o reflejan la puesta en marcha de políticas públicas, o de un conjunto amplio y sistemático de éstas, como un plan o programa nacional de derechos humanos. De alguna manera, estos procesos también se podrían considerar un “insumo”, pues al final se integran a un “sistema” que genera o produce un resultado. Como quiera que sea, un indicador que refleje este tipo de “procesos” sería, de nueva cuenta, una simple agregación, por ejemplo, del número de políticas públicas con orientación de derechos humanos, diseñadas e implementadas por el Estado x en el año y. Un acercamiento más complejo asignaría un peso diferenciado a distintos tipos de procesos. Por ejemplo, daría más peso a un programa amplio y sistemático de políticas públicas que a una política pública aislada.

      Finalmente, los indicadores de resultados reflejan los niveles de vigencia, ejercicio o —desde una perspectiva negativa— violación de los derechos humanos en la práctica. ¿Los individuos, los grupos o la sociedad en su conjunto qué tanto disfrutan (o no) efectivamente de tal o cual derecho? Un indicador de resultados, por ejemplo, reflejaría los niveles de empleo, de seguridad social o de tortura en un país y año (o cualquier otro periodo) determinado.

      La literatura también se ha acercado al tema de los indicadores de derechos humanos, en términos de la medición de “derechos en principio” y “derechos en la práctica” (Landman, 2005). Esto también se plantea en términos de mediciones de jure y de facto. Evidentemente, los indicadores que reflejen la situación de “derechos en principio” serían equivalentes a las mediciones de jure; mientras que los “derechos en la práctica” corresponderían a las de facto. En ese mismo sentido, indicadores de “derechos en principio”/de jure serían indicadores de insumos, mientras que los de “derechos en la práctica”/de facto serían de resultados.

      Así, aunque en la literatura encontramos distintos esquemas para clasificar a los indicadores de derechos humanos, finalmente hablamos básicamente de dos tipos de éstos; a los que podemos simplemente identificar como indicadores de insumos (que incluyen a los de procesos) y de resultados.

      Un proyecto que explore el impacto de reformas legales e institucionales, así como de programas de políticas públicas con perspectiva de derechos humanos en los niveles de ejercicio/violación de dichos derechos en la práctica, requeriría de indicadores de insumos y de resultados. Los primeros conformarían las variables independientes del proyecto de investigación y los segundos, la variable dependiente.

      Métodos de medición

      El paso decisivo en la generación de indicadores de derechos humanos se halla en la manera o “el método” para ello. ¿Cómo generaremos indicadores de derechos humanos, sean éstos de insumos o de procesos? Existen distintos acercamientos metodológicos para la medición de los derechos humanos o, más bien, para la generación de indicadores: la suma de eventos, la estimación estadística con base en un muestreo representativo y la medición con base en estándares (“standards based meassurement”, sbm).

      Como su nombre lo indica, la suma de eventos consiste en agregar o sumar acciones, casos o hechos concretos; por ejemplo, se agregan reformas constitucionales, ratificaciones de tratados internacionales, políticas públicas con perspectiva de derechos humanos (para generar indicadores de insumos); o individuos con niveles óptimos de nutrición o de salud, incluso casos concretos de ejecuciones, tortura o desaparición forzada (para generar indicadores de resultados). Por “evento” también entendemos, por ejemplo, la apertura de

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