Cómo aprender a aprender. Eric Barone

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Cómo aprender a aprender - Eric Barone

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buscando, por si había algún otro secreto por descubrir antes de intentar leer verdaderamente toda esa biblioteca de eternidad. Como me aburría, cosa tan rara... decidí jugar. (Seguramente debía estar enfermo, porque jugar y aburrirme era, para mí, un caso grave, como un sacrilegio intelectual en el que corría el riesgo de frustrarme por navegar superficialmente sobre algunas valiosas páginas de lectura). Seguramente ustedes han de haber hecho alguna vez lo que hice yo: armar una pirámide de naipes, unidos de a dos por la parte superior, y separadas por la inferior y una tercera carta horizontal formando la base para el piso superior. Pero yo lo hice con libros. Opuestos abajo, unidos arriba... Así construí una pirámide de casi diez libros de altura. Quise sacar un libro del medio y, ya te imaginarás, se cayó todo. Evidentemente no lloré, sólo reflexioné...

      Así como cada libro tenía su lugar en esta pirámide, cada conocimiento tiene su lugar preciso en una pirámide de datos que aprendemos.

      Un dato complejo debe venir después de otros más simples que lo construyen, y cada dato simple es una síntesis de otros aún más simples. Por ejemplo, cuando una mano toca el piano (que es un acto muy complejo), el oído, la visión, el movimiento, la memoria, el espacio, el tiempo, se sintetizan para producir un sonido que entra, a su vez, en un compuesto más complejo, una obra musical, una partitura. El movimiento de la mano se compone del movimiento de la mano en sí misma, el puño, el antebrazo, el brazo, la espalda. Cada uno se realiza gracias a los músculos. Cada grupo de músculos está ligado al cerebro por los nervios sensitivos y motores, y cada fibra muscular tiene su correspondencia en el cerebro. Cada acción muscular, tiene su fuente eléctrica en un pequeño grupo de neuronas que están conectadas entre sí cuando están especializadas y buscan su alimento en una transformación química de la materia que las rodea.

      ¿Qué músico está consciente de todo lo que pasa al tocar una sola tecla del piano?

      Si falta uno solo de estos elementos, la pirámide se cae.

      Descubrí que era necesario ordenar los conocimientos según leyes precisas, en la forma de una pirámide en la que se va de los elementos más simples a los más complejos de la memoria. Se puede hacer aparecer la relación de prioridad (qué es necesario aprender primero) y la relación de filiación (qué reflejo está en relación con otros de los cuales procede)... ya que una mala memorización se transmitirá a todos los elementos de una misma filiación.

      De todo esto se pueden hacer aparecer las leyes de las formas que hay que respetar para expresar lo que se debe aprender.

      Cuando la forma del conocimiento se corresponde con la forma de asimilación de mi cerebro, es aceptado por éste en forma de ósmosis, como una forma cúbica que entra en un orificio cúbico de la misma dimensión. En caso contrario, es como intentar que entre un cuadrado en un círculo más pequeño.

      En cuanto a la filiación, si los conocimientos que quiero aprender están bien ordenados, respetando la pirámide lógica de su organización, debo progresar muy rápido, sin retroceder y sin sentir la impresión de un esfuerzo imposible. ¿Sabes cuál fue mi conclusión en ese momento?: que si sé cómo debe funcionar mi cerebro para aprender de 10 a 40 veces más rápido, ¿qué razones pueden obligarme a continuar aprendiendo lentamente?

      Me acordé de mis padres, de mis profesores, todos ellos convencidos de que el cerebro es lento para aprender y que comprende con dificultad. ¿No serían ellos quienes, involuntariamente, me habían transmitido sus propias convicciones? Tuve la impresión violenta y angustiante de que, durante milenios, los poderes sociales, politicos y financieros que dominaban el planeta tierra donde había nacido, paralizaban los cerebros humanos con algún veneno invisible por temor a que pudieran desarrollarse plenamente. Toda la organización mundial de este planeta es una atmósfera de sugestión, en la que la realidad cerebral de cada uno está disimulada ante sus propios ojos.

      Decidí invitar a todos los terrícolas a despertar. No: una lengua extranjera no puede aprenderse en dos años, debe aprenderse en dos meses. Para resistir a la erosión del tiempo, es necesario llegar a un punto de no retorno en el que por su propia densidad la memoria no pueda borrarse. Sí: la dactilografía en cuatro horas es una realidad posible si aprendes a transferir tu cerebro a tus manos porque tu ordenador de cerebro registrará cuarenta veces más rápido que antes. No hay un conocimiento tan alto que sea inaccesible, si tienes el coraje o los medios de reconstruir la pirámide.

      ¿Qué te permitirá acceder a esto? Que cada hora de tu trabajo o de tus cursos sirva no sólo para aprender, sino fundamentalmente para permitir que los obreros del sueño puedan automatizarlos.

      El verdadero problema de tu aprendizaje no es solamente utilizar simultáneamente los hemisferios derecho e izquierdo sino, sobre todo, que tu conciencia aprenda a aceptar sin orgullo los verdaderos mensajes de tu inconsciente.

      Como me dijo el libro de cristal: “Espero que no te sientas demasiado turbado por estas páginas...”

      Si tienes miedo, no leas lo que sigue, ya que, al finalizar el libro, tu cerebro no será el mismo. Sé que piensas que hay algo romántico en el esfuerzo y que nadie tiene el derecho de quitártelo al aprender. Mi respuesta, lejos de ese planeta en el que me lees, es que ninguna persona tiene derecho de obligarte a un esfuerzo que redundará en un rendimiento diez veces más pobre que el que podrías lograr.

      Hermano lector: si puedes caminar diez veces más rápido, podrás descansar más tiempo a la llegada o intentar avanzar diez veces más lejos.

      Una última recomendación: es verdad que este libro es peligroso. Aconsejo no dejarlo en manos de cualquiera, como las de padres o profesores porque, de ser así, su manera de enseñar habrá cambiado totalmente en ¡una semana!

      No intentes escribirme: estas páginas se bastan a sí mismas. Fueron escritas en un planeta aislado del tiempo y están destinadas a millones de terrícolas que viven, también ellos, en un planeta aislado del tiempo de los demás. Lee y relee; lo que no esté escrito en los renglones puede estarlo entre líneas. Las respuestas que no encuentres aquí las encontrarás en tí mismo: ya están allí.

      Adiós, hermano lector. Nos encontraremos al final del libro.

APRENDER A APRENDER

      Aprender a aprender gracias a una grabación

      Olvidé contarte que, aunque no tenía teléfono, el libro de cristal me había dejado un grabador. Para ayudarte, amigo terrícola que has decidido partir para explorar tu cerebro, te recomiendo improvisar una grabación de los varios entrenamientos que encontraras en este capítulo y los siguientes. Si decida no grabar tus ejercicios, entonces, ármate de un reloj y escribe en cuadros grandes colgados a la pared las etapas cronológicas de cada uno.

       ¿QUÉ GRABAR?

      GRÁFICO 1

      CÓMO APRENDER A APRENDER

      CÓMO ESTUDIAR GRACIAS A ESTE MÉTODO

apapr-1-01

      Antes de empezar a escuchar, acomódate en el mejor sillón que tengas (gráfico 1). O sino, en la mejor cama, o en la mejor silla. La condición para acelerar tu cerebro es hacer dormir tu cuerpo para que tu conciencia esté más despierta que de costubre. Cuando tu cuerpo se relaje, tus piernas y brazos se aflojarán, lo mismo que tu nuca. Por eso, es necesario que tus piernas, tus brazos y sobre todo tu nuca estén apoyados. Prepara también este libro sobre un almohadón o una mesa, de manera tal que no hagas ningún esfuerzo para retenerlo sino solamente para

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