Modos y maneras de hacer familia. Nancy Konvalinka
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PACIENTES RECEPTORES DE GAMETOS
SU MAYOR CUESTIONAMIENTO: ¿DEBERÍA CONTARLE AL NIÑO SU ORIGEN?
¿Es beneficioso mantener el secreto?
QUINTA PARTE. SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DEL PARENTESCO Y EL PARENTESCO CONSTRUIDO
CAPÍTULO 12. LA REFORMULACIÓN DEL PARENTESCO EN PARIS IS BURNING, Fernando Requena
Introducción
Después de su destierro por Schneider como «no-tema», el estudio del parentesco ha vuelto a valorarse en la antropología como una manera útil de abordar muchos aspectos de la vida de los grupos humanos. Desde los años 90 del siglo pasado se han multiplicado los estudios del parentesco en varios contextos, desde el relatedness desarrollado por Carsten (1995) hasta el kinning de Howell (2004, 2006).
A finales del siglo XX, la antropología del parentesco en América del Norte y Europa comenzó a abrirse a nuevas temáticas de análisis e investigación, muchas de ellas surgidas en las sociedades occidentales. Por un lado, el aumento en el número de divorcios en muchos países ha causado un incremento tanto de las familias monoparentales como de las familias «reconstituidas», lo que ha llevado a una reflexión —tanto entre las personas que se encuentran en estas situaciones como entre los antropólogos— sobre el significado de ser madre, padre, hijo o hija, hermano o hermana. Por otro, el reconocimiento de las parejas homosexuales y de la formación de familias homoparentales en algunos países puede llevar a nuevas configuraciones familiares y nuevas formas de filiación (Weston 1991; Hayden 1995; Cadoret 2009; Pichardo 2009).
A estas dos situaciones habría que añadir cómo los avances y el uso cada vez más habitual de las nuevas técnicas de reproducción asistida y la adopción internacional han abierto nuevas formas de hacer familia y han creado la necesidad de repensar el parentesco en general y la filiación en particular. Como han puesto de manifiesto numerosas investigaciones sobre el uso de las nuevas técnicas de reproducción asistida (Ragone 1994; Hayden 1995; Kahn 2000; Bonaccorso 2009; Edwards 2009, entre otras), los mismos usuarios encuentran necesario plantearse cómo entender su relación con los niños y niñas nacidos de estas técnicas de reproducción. La adopción, a su vez, no es un fenómeno nuevo, pero su carácter internacional actual muestra distintos matices que llevan a nuevas prácticas destinadas a filiar a personas previamente desconocidas, llegadas de lejos (Marre y Bestard 2009; Melhuus y Howell 2009).
Todos estos estudios observan momentos críticos del parentesco, en los que el engranaje de las relaciones de paternidad, maternidad, filiación y familiares se hacen visibles y se problematizan por un motivo u otro. Las últimas líneas de investigación mencionadas, los trabajos sobre las nuevas técnicas de reproducción asistida y sobre la adopción, intentan dar respuesta a una pregunta específica: ¿Cómo se hacen las personas parientes?, proceso que puede ser más largo o más corto en el tiempo. Por ejemplo, en el caso de las nuevas técnicas de reproducción asistida es definitoria la confirmación de embarazo y el nacimiento del bebé, momento en el que los padres se pueden olvidar estas técnicas y los distintos tipos de donaciones que se hayan empleado. Mientras que en el caso de la adopción, el proceso puede ser más largo comenzando mucho antes de la llegada de la niña o del niño a la familia y pudiendo alargarse durante años, dependiendo de las circunstancias que han rodeado al niño o niña antes de la adopción, del contexto familiar o del proceso de aceptación del nuevo miembro por parte del grupo de parientes (Marre y Bestard 2009). En ambos casos, el enfoque está en la producción de los vínculos que hacen que las personas sean parientes, en la creación de parentesco.
En este marco de complejidad social y teórico, el grupo de investigación de la UNED, Familia y Parentesco en el Siglo XXI, abre una nueva línea de investigación con el fin de responder a otra pregunta: ¿Cómo se practica el parentesco en el día a día de las familias? En este sentido, este grupo, al cual pertenecemos varios de los autores de este libro, propone estudiar las relaciones entre las generaciones y las nuevas y diversas formas de cubrir las necesidades de cuidado, en las denominadas «familias tardías», objeto de nuestro estudio. Esta investigación, definida de manera muy amplia, se propone analizar cómo las personas involucradas en una matriz de parentesco con características específicas manejan y plasman estas relaciones en su vida diaria.
En su contribución a este volumen, Elena Hernández Corrochano define de la siguiente manera la familia tardía:
... una familia tardía es aquella que se caracteriza por estar integrada por padres/madres primerizos considerados, biológica y socialmente, mayores y donde la diferencia generacional entre padres/madres e hijos es superior a la convencionalmente establecida, es decir, de 35 a 40 años, según los casos y dependiendo si utilizamos criterios científicos o sociales (Hernández Corrochano, cap. 5).
Estas familias tardías se forman en los límites, o más allá, de las capacidades reproductivas