Catorce conferencias en la Universidad Sverdlov de Leningrado (1921). Alexandra Kollontay
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Sucesos del año 1921 y sus consecuencias
En 1921, durante el X Congreso del PC(b)R, Alexandra Kollontay expuso la plataforma de la “Oposición Obrera”, que encabezaba el líder del Sindicato de Obreros Metalúrgicos, Alexander Shylapnikov y los dirigentes de los mineros y textiles. Su principal propuesta fue que la dirección de la economía debía entregarse a un Congreso de productores de toda Rusia y establecer la dirección de las empresas y fábricas por los sindicatos y elegir a los principales administradores por los trabajadores. Ella sostuvo que la “Oposición Obrera” expresaba al proletariado industrial ruso, y desde esa convicción expuso sus críticas al aparato del partido:
“Cuanto más ascendemos por la escalera de los “puestos” del soviet y del partido, menos simpatizantes de la “Oposición” encontramos. Cuanto más profundamente penetra uno en las masas, mayor es la respuesta que encuentra con respecto al programa de la Oposición Obrera” ( ) En consecuencia, la Oposición Obrera es el segmento progresista del proletariado que no ha roto el vínculo vital con las masas obreras organizadas en los sindicatos y que no ha cubierto las instituciones del soviet.”34
Por las concesiones que la Nueva Política Económica —NEP— estaba haciendo a campesinos y comerciantes, la “Oposición Obrera” temía la eliminación de la democracia y la abolición de la organización socialista de la propiedad:
“La dirección de un solo hombre es semejante a la concepción individualista del mundo de la clase burguesa. La administración unipersonal — es decir, de alguien aislado de lo colectivo—, la voluntad “libre” y aislada del individuo que aparece en todos los sectores, comenzando por el reconocimiento de un Estado autocrático hasta el gobierno absoluto del administrador de una fábrica, es la más alta sabiduría del pensamiento burgués. La burguesía no cree en el poder de lo colectivo. Solo ama “convertir a la masa en un rebaño obediente”(…) y dispersar este rebaño de acuerdo con su (…) voluntad que se vanagloria de sí misma, conduciéndolo adonde al líder se le antoja que es necesario.”35
Alexandra Kollontay, si bien reconocía las difíciles circunstancias históricas y al atraso económico de Rusia en la época de la revolución, afirmó que los cuerpos colectivos de la clase obrera debían dirigir el “trabajo social productivo”:
“La producción es su organización. Esta es la esencia del comunismo. Mantener a los obreros fuera de la organización de la producción, privarlos (…) de la oportunidad de que desarrollen sus capacidades creativas en la producción, en la organización de nuevas formas económicas y, en cambio, confiar en la “pericia” de los técnicos (…) significa abandonar la senda del pensamiento científico marxista. Pero esto es, exactamente, lo que están haciendo los jefes de nuestro partido. A la vista del estado totalmente desastroso de nuestra economía (…) los jefes de nuestro partido, presas de una falta de fe en las capacidades creativas del trabajo colectivo, buscan la salvación del caos económico en los descendientes del pasado capitalista-burgués, en los hombres de negocios y en los técnicos”.36
Además:
“(...) la desigualdad creciente entre un grupo privilegiado de la población de Rusia soviética y los obreros no cualificados, el motor de la dictadura del proletariado, se agudiza y acrecienta el descontento cada vez mayor. (…) La revolución puede ser llevada a cabo por la vanguardia de la clase pero el fundamento económico del gobierno de la nueva sociedad solo puede ser creado por toda la clase en el trabajo práctico y cotidiano de su más importante organismo colectivo de clase”.
Es importante conocer la esencia del debate para definir el perfil de Alexandra Kollontay. En el Congreso, Lenin refutó todos y cada uno de sus postulados, pero en ningún momento se refirió a ella personalmente sino a sus ideas y las de su grupo. En primer lugar, el informe de Lenin se refirió a la “desviación de izquierda”:
“1. En estos últimos meses37 se manifestó definidamente en nuestro partido una desviación sindicalista y anarquista, que exige las medidas más enérgicas de lucha ideológica y también la depuración y saneamiento del partido. 2. La mencionada desviación se debe en parte al ingreso en el partido de ex mencheviques, así como de obreros y campesinos que aún no ha asimilado por completo la concepción comunista del mundo; pero esta desviación se debe en primer lugar a la influencia ejercida sobre el proletariado y sobre el PC(b)R por el elemento pequeñoburgués (…) 3. La expresión teóricamente más completa y definida de esta desviación (variante: una de las más completas, etc., expresiones de esta desviación) son las tesis y otras producciones literarias del grupo denominado “Oposición Obrera”. Es bastante significativa, (su tesis): “La organización de la dirección de la economía nacional corresponde a un Congreso de toda Rusia de Productores, organizados en sindicatos industriales, que elegirán un órgano central para dirigir toda la economía nacional de la República”. Las ideas en que se basan esta y otras declaraciones similares son radicalmente erróneas en teoría (…) Primero, el concepto “productor” engloba al proletariado, al semiproletario y al pequeño productor de mercancías, apartándose así radicalmente del concepto fundamental de la lucha de clases y de la exigencia fundamental de establecer una precisa distinción entre las clases. Segundo, orientarse hacia las masas apartidistas o coquetear con ellas, como está implícito en la tesis antes citada, es un apartamiento igualmente radical del marxismo (…) el partido comunista, es capaz de unir, educar y organizar a una vanguardia del proletariado y de todas las masas trabajadoras (…) de guiar al conjunto de las actividades unidas de todo el proletariado, es decir, de dirigirlo políticamente y, por intermedio de él, a todas las masas trabajadoras. Sin esto la dictadura del proletariado es imposible. La comprensión errónea del papel del partido comunista en sus relaciones con el proletariado apartidista, y en la relación del primero y el segundo factor con toda la masa de trabajadores, es un radical apartamiento teórico del comunismo y una desviación hacia el sindicalismo y el anarquismo (…) la experiencia de todas las revoluciones de los siglos XVIII y XIX y del siglo XX muestra con la mayor claridad y evidencia que el único resultado posible de estas fluctuaciones —si se debilita en lo más mínimo la unidad, la fuerza y la influencia de la vanguardia revolucionaria del proletariado— es la restauración (resurgimiento) del poder y la propiedad de los capitalistas y terratenientes.”
Kollontay, también discutió con Trotsky al proclamar: “No podemos decretar el comunismo. Solo puede ser creado mediante una búsqueda activa, mediante reveses provisorios pero, en todo caso, mediante la fuerza creativa de la misma clase obrera”. 38
De hecho, todo hace suponer que su postulado teórico era imposible de satisfacer en 1921 bajo las condiciones objetivas de la Rusia de posguerra, pero debemos hoy valorar el carácter anticipatorio de su discurso:
“La esencia de la burocracia, su nocividad, no reside en el papeleo (…) sino en el hecho de que todas las cuestiones son decididas sin intercambios de opinión, sin la participación activa y directa de las personas interesadas, de un modo formal, “desde arriba”, por un individuo o, en el mejor de los casos, por un núcleo extremadamente restringido en el que, con frecuencia, las personas interesadas no están representadas en lo más mínimo. (…) El temor a la crítica y a la libertad de pensamiento, que a veces hace tambalear al sistema de la burocracia, adopta características burlescas con nosotros. ¿Qué iniciativa ha existido alguna vez sin libertad de opinión y de pensamiento? Tememos a la iniciativa de las masas. Tememos otorgar toda su importancia a la actividad creativa de la clase, tememos cualquier crítica, hemos dejado de confiar en las masas; ésta es la fuente de nuestra