Los números de la felicidad en dos Perúes. Enrique Vásquez H.

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Los números de la felicidad en dos Perúes - Enrique Vásquez H.

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(2002). En esta versión, la escala de respuesta también se redujo a solo cuatro posibilidades: de «nada» a «bastante».

      A partir de los resultados del cuestionario corto, se calculó un «puntaje de felicidad». Para ello, se tiene a la felicidad como una variable continua latente derivada de las 8 preguntas del OHQ. Debido a la naturaleza policotómica de las preguntas –4 escalas de respuesta–, se calcularon las correlaciones policóricas entre estas. Luego, siguiendo la Teoría de Respuesta al Ítem, se utilizó un Modelo de Respuesta Graduada (GRM por sus siglas en inglés) para estimar el puntaje. Este modelo plantea que la probabilidad condicional de que el sujeto i seleccione la respuesta k para el ítem j está dada por:

      xij|zi~Categórica(Pij1,…, Pijk)

      i = 1, …, m; j = 1 …, J; k = 1, …, Ki

      En términos sencillos, tenemos, por ejemplo, que la probabilidad condicional de que uno de los encuestados escoja «bastante» –4– en la pregunta 1 –fe– del OHQ viene dada por la expresión anterior. Asimismo, es la variable lineal latente para estimar. En este caso, es el puntaje de felicidad. Por último, es una función de densidad acumulada que actúa como enlace. En esta especificación, se escogió una distribución logística.

      Con este procedimiento, se ubicó a cada una de las personas dentro del continuo de la felicidad asignándole un puntaje entre 1 y 20. Es importante resaltar también que todas las estimaciones según el Modelo de Respuesta Graduada (GRM) mostraron significación estadística. Para una mayor profundización de la estrategia metodológica aquí empleada, véase Mateu et al. (2020a).

      6 Ciertamente, hubo otras escuelas, como el estoicismo o el escepticismo. Para una visión panorámica sobre las escuelas de la felicidad en el pensamiento clásico, véase Rabbås, Emilsson y Fossheim (2015). Para una mirada más sucinta y que extrae conclusiones para el presente, véase Lefka (2006, 2018).

      7 Véase http://worldhappiness.report/. Además, otra fuente importante por su amplia cobertura es la Encuesta Mundial de Valores (http://www.worldvaluessurvey.org/wvs.jsp), que además utiliza la misma pregunta que el Informe mundial de la felicidad.

      8 Véanse http://www.un.org/es/millenniumgoals/ y https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/

      9 Véase también Alkire (2016) para algunas comparaciones sobre cómo los países latinoamericanos y otros han desarrollado sus IPM con dimensiones particulares y gran variedad entre ellos.

      10 Los 10 valores de Schwartz serán presentados a lo largo del documento en formato cursiva. Así, el lector podrá distinguir con claridad cuando el uso de la palabra se refiere estrictamente a dichos valores.

      11 Véase en el apéndice 1 la batería de 29 preguntas en inglés.

      Capítulo 2. Los diversos Perúes

      La exploración

      Luego del ejercicio teórico desarrollado en el primer capítulo, hacemos un giro de 180 grados para aterrizar en un nuevo foco de estudio: el Perú. Al adentrarnos en nuestro país, podemos fraccionar a su población en muchos «Perúes»: el Perú de los jóvenes y el de los ancianos, el de los hombres y el de las mujeres, el de los limeños y el de los provincianos, entre otros. Para llegar a estos, se invita al lector a hacer una exploración hacia las diversas dimensiones en las que los peruanos tienen que convivir.

      Este libro aborda la felicidad y pobreza en dos Perúes. Para definirlos, se ha adoptado el ranking distrital según los niveles de pobreza medida por el INEI (2015b) con la finalidad de precisar los espacios de análisis. Sin embargo, es posible analizar el Perú desde otras clasificaciones. Muchos ejes o factores de diferenciación, como el sexo, las creencias religiosas, o incluso las opciones políticas, resultan significativos al definir las expectativas y el bienestar de las personas. Ahora bien, ¿cuántos ejes o ángulos de diferenciación pueden utilizarse para examinar la realidad nacional? Sin duda, muchos; o, tal vez, demasiados. En este capítulo, nos centraremos solo en algunas diferencias que, más adelante, en otros capítulos, pueden resultar significativas para comprender la felicidad de los extremos económicos del país. Por eso, consideramos importante explorar en este capítulo cómo se observa el Perú desde varios ángulos.

      En el Perú, las diferencias sí importan (Sanborn, 2012; IEP, 2011). Un determinado color, etnia o posesión de dinero influyen desde la cuna en la trayectoria del peruano o peruana en el devenir de su vida hasta el arribo a su lecho de muerte, como podría pensarlo Stiglitz (2012). Las distinciones entre peruanos marcan heridas sin cicatrizar entre poblaciones que comparten un mismo territorio (Espinosa de Rivero, 2010) o una misma constitución política. Es necesario verlas desde diferentes aristas. Abordaremos tres grandes bloques. Primero, destacamos aquellas diferenciaciones que guardan relación con rasgos prácticamente adquiridos al nacer o de manera natural, como la pertenencia a una etnia –a veces llamada aún «raza»–, el hablar una determinada lengua, un sexo o género, determinadas condiciones físicas, y la orientación sexual. Segundo, examinaremos distinciones desde el acceso a derechos o servicios que el Estado debiera garantizar, como la salud, la educación y el empleo. Tercero, analizaremos las diferenciaciones en cuanto a la pertenencia a grupos sociales constituidos por la religión, la tendencia política y el estrato o clase económica.

      Los Perúes con los que nacemos

      Diversos estudios de las ciencias sociales y humanísticas han intentado identificar cuáles son estas diferencias que importan y cuánto lo hacen en el devenir o transcurrir del desarrollo de muchas vidas. En este entender, se pondrán los reflectores sobre el individuo, y comenzaremos a explorar aquellos factores con los que nacemos pero que, lamentablemente, a la vez, marcan diferencias entre peruanos y la consecución de sus planes de vida: nuestra etnia, lengua, género, condición física y orientación sexual.

      Los Perúes de las etnias

      Según el censo nacional de 2017 (INEI, 2018a), la distribución poblacional según autodeclaración de la etnia con la que se identifica es un 60,2% mestiza; un 22,32%, quechua; un 5,89%, blanca; un 3,57%, afrodescendiente, entre otras. Prescindimos de utilizar la palabra «raza», ya que tiene múltiples connotaciones que pueden ser confusas. Por ejemplo, la raza se puede referir al componente fenotípico de un ser humano y, al mismo tiempo, a sus costumbres y herencia (Santos, 2014); o se puede referir también al color de la piel y la ascendencia de las personas (Benavides et al., 2007). Brubaker (2002) presenta su preocupación por el indiscriminado uso de «raza»; por ello, utilizaremos etnia como un concepto más acotado.

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