Marlon Brando tenía un bulldog. Juan José Arjona Muñoz

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Marlon Brando tenía un bulldog - Juan José Arjona Muñoz Cine

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      Todas las escenas deben cumplir una función para el desarrollo de la historia. En ocasiones esa función es presentar a un determinado personaje. En este caso ya nos habían presentado al personaje, pero vuelven a mostrar una escena, que realmente no hace avanzar la historia, para profundizar en su presentación. Quizás para darle mayor relevancia a la presencia de un actor de la trayectoria de Banderas, pero deberían haber proporcionado dicha información a la vez que la historia avanzaba.

      En cualquier caso, hay que reconocer que esa aportación le proporcionó un sello característico al personaje, al definirlo no solo como exmilitar, que es muy genérico, sino como legionario, que es más particular. Su aportación nos dice mucho más de lo que se nos dice sobre el resto de personajes de su submundo, lo que le hace sobresalir.

      Además, como este libro pretende que aprendas a ver con los ojos de un actor, mencionaré que, desde mi perspectiva, la decisión de crear un personaje que no para de hablar y que mantiene un nivel de energía tan alto, atrae la mirada del espectador, pero no produce un resultado agradable. No la veo, por tanto, una decisión acertada. No involucra mi mente para intentar comprender, sino que me da mucha información, más de la que necesito, y con un nivel de energía demasiado alto.

      Si lo que vemos y lo que escuchamos transmite el mismo mensaje, no necesitará de la atención completa del espectador. Este se pondrá a comer palomitas, a mirar el móvil o lo que sea

      Es común que los actores “nos perdamos” en el personaje, y no siempre podremos confiar en que el director nos sepa dirigir. Esto se acentúa cuando se trata de grandes estrellas, como Antonio Banderas, pues, muchos directores, sin la confianza, conocimiento y experiencia necesaria, pueden no atreverse a “corregir”, a dirigir, a un actor tan prestigioso. Por otra parte, la decisión final de lo que se mostrará en la pantalla recaerá sobre el montador, que en muchas ocasiones no será el director.

      Regresemos al asunto. En los cursos, cuando hablo de las propuestas de los actores, muchos lo ven como una “osadía”: «Que si no será bienvenida ni aceptada, que si me verán como problemático, que si...». Debemos entender que el guionista centra su trabajo en contar toda la historia; el director, en dirigir a todo el equipo técnico y artístico; y el actor, única y exclusivamente, en crear su personaje. Si haces un verdadero trabajo, lo normal es que llegues a comprender a tu personaje mejor que nadie, incluso mejor que el escritor, puesto que ya no se tratará del personaje del guionista, sino del personaje que tú has creado con el material que el guionista te proporcionó.

      Es posible que encuentres algunas dificultades. Por ejemplo, los Estudios Disney se plantearon despedir a Johnny Deep porque no entendían ni les gustaba lo que estaba haciendo con su creación del capitán Jack Sparrow en Piratas del Caribe: La maldición de La Perla Negra (Gore Verbinski, 2003). Por suerte para ellos, para Deep y para todos nosotros no lo hicieron, lo que dio origen a una de las sagas de mayor éxito de nuestros días.

      Este es otro caso en el que el personaje más fascinante no es el protagonista de la historia. Como en el caso de Hannibal Lecter, se desarrollaron películas posteriores en las que Jack Sparrow se convirtió en el protagonista.

      Ya que he mencionado a Johnny Deep, le citaré: «Me siento feliz con el proceso, el proceso es lo que me interesa. El proceso de crear, de explorar, de romper las reglas, porque puedes volverte obsoleto. Siempre he estado interesado en tratar de evitar lo esperado».

      Y ya que estamos hablando de las decisiones creativas del actor, mencionaré que Johnny Deep tomó la decisión creativa de que su personaje, Jack Sparrow, cuando estuviera en tierra firme, se balanceara como si no tuviera equilibrio ­—por esto parece borracho y no les gustaba a los ejecutivos de Disney—, mientras que al estar sobre su barco se encontraba en perfecto equilibrio.

      Esta decisión no surgió de una ocurrencia, sino de una comprensión profunda de su personaje. Al navegar en un barco es muy probable que nos mareemos debido al balanceo producido por el movimiento del mar. Pero cuando nuestro oído interno se acostumbra a ese balanceo, al llegar a tierra firme nos desequilibramos hasta que nuestro oído interno se acostumbra a esa nueva situación.

      ¿Qué fin perseguimos con nuestras decisiones creativas? Como dice Johnny Deep, crear, explorar, romper las reglas y evitar volvernos obsoletos. ¿A cuántos personajes de piratas le has visto algo similar?

      Para valorar lo acertado o no de nuestras decisiones creativas deberemos ponerlas a prueba, cuestionarlas. En primer lugar, deberemos entender la función que el personaje desempeña dentro de la historia y ver si es compatible con nuestra decisión creativa. En el caso de Jack Sparrow, nos proporciona gran parte de la comedia de la historia —su arquetipo es el bromista, bufón, truhán—. También deberemos entender el género o combinación de géneros, y, sobre todo, deberemos entender a qué público va dirigida nuestra obra. En este caso a los niños. Desde el punto de vista de los directivos de Disney esa creación no era apropiada para su público, pero la veían como adultos. Entonces, ¿qué deberíamos hacer? Poner a prueba nuestra propuesta con niños y contemplar sus reacciones. Si se ríen al verla es que estamos consiguiendo nuestro propósito, y entonces defenderás tu decisión creativa ante quien sea. Recuerda que es muy común que los niños se diviertan jugando a girar sobre sí mismos hasta marearse y perder el equilibrio.

      Para valorar lo acertado de la decisión creativa de Johnny Deep solo debemos fijarnos en la cantidad de niños que utilizan a Jack Sparrow para disfrazarse de él en sus fiestas, y la labor social que desempeñó Deep visitando a niños hospitalizados con enfermedades graves, vestido como el capitán Jack Sparrow, porque era al personaje que esos niños querían ver.

      Como en el caso de Johnny Deep, es posible que encuentres dificultades, pero debes entender que la meta que persiguen los directores y productores es conseguir que sus proyectos sean un éxito. Por lo que, si tus propuestas hacen crecer la historia, generalmente serán bienvenidas. Y si no, haz lo que puedas.

      En un escenario ideal, una vez te hayan proporcionado el guion y lo hayas leído, tendrás una reunión con el director en la que te explicará su visión de la historia y de tu personaje. Debes tenerla muy en cuenta. Luego comenzarás tu trabajo de análisis de la historia y de tu personaje. De aquí te surgirán una serie de dudas, ideas e impresiones que deberías compartir con el director y, a partir de ahí, pasar a la creación de tu personaje.

      Lamentablemente esto no te sucederá a no ser que tengas un personaje con una presencia trascendente en la historia y un gran director, o que hayas conseguido un estatus profesional que te permita exigirlo.

      Hay propuestas que necesitan de un cierto trabajo de guion, pero hay muchas propuestas que ni siquiera necesitan ser compartidas con el director, y basta que las muestres en el ensayo o al grabar la escena. En caso de que el director no las acepte, escúchale. Quizás tenga razón. Si no te lo parece, deberás ser capaz de defender que tu propuesta hace crecer no solo a tu personaje, al darle mayor dimensión o matices, sino que también a la propia historia.

      También hay propuestas que son internas del personaje, esto es, decisiones que tomas para justificar internamente su comportamiento. Esas decisiones no “tienes” que compartirlas con nadie. Es más, te recomiendo que no lo hagas, para evitar una mala acogida que te provoque frustración o inseguridad.

      Incluso hay propuestas que te surgirán en el mismo momento en que estés grabando determinada toma. Permítete fluir y mostrarla. Si no le gusta al director, repetirá la toma.

      No debes temer que se repita una toma porque te estés comportando como un actor creador. Se repiten tomas por muchos motivos menos importantes y trascendentes en el devenir de la historia

      No seas de esos actores que, cuando otro actor presenta una propuesta en un

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