La familia de T…. Álvaro Gutiérrez Zaldívar
Чтение книги онлайн.
Читать онлайн книгу La familia de T… - Álvaro Gutiérrez Zaldívar страница 4
En nuestro país la población esclava era relativamente escasa; en el sur de los Estados Unidos había tres esclavos por cada hombre libre.
La ley les otorgaba ciertos derechos: si un dueño vendía un esclavo casado, debía vender también a su mujer, pues no podía separar el matrimonio; y si un esclavo decidía casarse con una esclava de otro amo, el dueño de esta debía venderla al propietario del futuro marido para concretar la unión.
Para solucionar los problemas suscitados por los montos de pago existía un grupo de “tasadores de esclavos”.
Cuba terminó con la esclavitud en 1886; en Brasil hubo dos etapas: en 1885 quedaron libres los esclavos mayores de 65 años, en 1888 se anuló definitivamente.
Mauritania, en África, en 1981, fue el último país del mundo en abolirla.
El lugar de nacimiento
Tanto el tatarabuelo como su padre nacieron en el Norte de España.
De ese lugar llegaron muchos inmigrantes; la mayoría venía de las zonas que podríamos llamar las Regiones Atlánticas de España.
Los inmigrantes no tenían conciencia del importante papel que tuvieron. No soñaban con la historia, ni se veían a sí mismos como parte de su transcurso. Compartían una esperanza sobre el país al que se dirigían, pero apenas conocían la realidad del lugar. Para los argentinos, fueron un aporte fundamental.
El padre del tatarabuelo era hijo único y se llamaba Pablo; tuvo a su vez un solo hijo, al que llamó Pedro y con los años le regaló el campo. La escritura de transferencia todavía está en el Archivo General de la Nación, en el departamento de Protocolos de Escribanos. Trae otros datos sobre ellos, por ejemplo, que Pedro lo recibió siendo soltero y que tomó posesión del mismo en el lugar y ante un Escribano, donde cortó ramas de árboles sin oposición del padre y ordenó movimientos de hacienda de un lugar a otro, para que se dejara constancia de que había un nuevo propietario en la Escritura Notarial donde se transfería el Dominio.
Poco tiempo después Pedro se casó con una señora llamada Dinorah. Además de haber poca información sobre ellos, la que se ha obtenido es confusa: las fechas de nacimiento no concuerdan y hay documentos con distintas edades, con variaciones de hasta cinco años.
Muchos de esos papeles se han perdido, pese a las varias cajas fuertes que guardaban documentos. Posiblemente esto ocurrió porque sus descendientes nacían en el campo en medio de la nada, y hacían los registros de nacimientos un tiempo después, generalmente en las iglesias. Es posible que en algunos casos se haya puesto como fecha de nacimiento la del día de su inscripción.
Viajaban mucho entre Argentina y España, pasaban meses en ambos lugares y sus hijos eran educados en sus casas. Inscribían y anotaban sus documentos en ambos países, en distintos momentos. Seguramente de ahí también pudieron haber surgido diferencias en las fechas. Pese a estos problemas es fácil constatar que casi todos los hombres se casaron grandes de edad y con mujeres mucho más jóvenes.
Con los años T… llegó a la conclusión de que sus familiares pertenecían a un grupo trabajador, perseverante y capaz, que con su esfuerzo superaban los problemas. Siempre acababan saliendo adelante. Posiblemente, buscaran más una continuación familiar que una notoria riqueza.
Varias veces consiguieron salir de los malos momentos por casualidad, sea por cambios que se daban en el mundo o alguna otra razón vinculada con la suerte. Algunas de las ganancias que obtuvieron fueron por motivos ajenos a ellos, generalmente por guerras externas o decisiones de países más avanzados, que necesitaban alimentos que nuestras tierras proveían.
Las guerras europeas provocaban que los valores de los alimentos y de las tierras quedaran en un sube y baja, pero podemos decir que hasta el año 1930, en el que hubo en la práctica una quiebra mundial, Argentina fue una potencia económica, con un futuro que se consideraba ilimitado.
Luego de la Primera y de la Segunda Guerra Mundial el país era acreedor de otros que habían sido ricos y recién salían de sus batallas; nos debían sumas enormes. Ahí hubo una nueva oportunidad, que también se perdió.
CAPÍTULO TRES
El tatarabuelo (II)
Al hacerse cargo del campo, Pedro continuó con la cría de mulas que mantenía su padre. Era un negocio difícil pero más rentable que criar vacunos; de estos había todavía una cantidad en estado salvaje de los cuales solo se aprovechaban la lengua, los cueros y poco más.
Tenían también ovejas, más fáciles de controlar que los vacunos.
Otro problema grave fueron los indios, que en la práctica ocupaban casi todo el país y dejaban menos de una tercera parte libre. Esta situación se mantuvo durante mucho tiempo.
Algunos autores sostienen que, en el caso de la Provincia de Buenos Aires, solo estaba libre de ataques indios un veinte por ciento de su superficie. Es un porcentaje discutible, ya que durante muchos años atacaron estancias y poblados que estaban protegidos, como Azul, Pergamino y Salto, entre otros, y se llevaron miles de cabezas de ganado y cautivos.
Sus tolderías estaban situadas al sur del río Salado, que hacía, solo en teoría, de frontera física.
Las mulas
Pedro continuó con la cría de mulas. Era un trabajo difícil pero el más rentable del momento.
La mula es un animal estéril, no puede tener descendencia, no posee los mismos cromosomas que los caballos o los burros. El burro tiene 62 cromosomas, el caballo 64 y la mula 63. Es un híbrido, producto de un caballo y una burra, o de un burro y una yegua.
La primera situación es la más rara; generalmente se usa como reproductor un burro y las madres son yeguas. Cuando lo nacido es producto de un caballo y una burra se lo debería llamar “Burdégano”, pero se trata de algo generalmente ignorado.
El destino final de la producción era el Cerro de Plata de Potosí. Los barcos que traían el azogue usado para amalgamar la plata llegaban al puerto de Arica, y luego se transportaba en mulas. También se usaban para tirar las planchadas que extraían el mineral. A veces se utilizaban llamas para el transporte, pero aguantaban menos peso y eran más lentas.
La estancia, en su tamaño originario, tenía más de tres mil yeguas destinadas a la cría de mulas. Cuando éstas tenían la edad requerida se enviaban al Alto Perú. Hoy el cerro de Plata está situado dentro del territorio de Bolivia.
Los burros tienen la ventaja de ser tercos y valientes; en esa época era habitual dejar uno o dos con los caballos, porque estos huían cuando aparecían los pumas. Los burros se quedaban y defendían sus crías pateando.
En el campo había cerca de doscientos burros “hechores” que se usaban con las yeguas.
El tatarabuelo escribió en el libro del campo que “los caballos nunca olvidan, pero perdonan. Las mulas ni olvidan ni perdonan.