La escritura del destierro. Michelle Evans Restrepo

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La escritura del destierro - Michelle Evans Restrepo Ciencias Humanas

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orden de destierro que obligó al alejamiento de Santander en 1829, y la orden de rehabilitación de derechos en 1831 que permitió su retorno al país un año más tarde.

      El tema del viaje de Santander permaneció inexplorado por los investigadores desde el siglo XIX hasta mediados del XX por falta de fuentes documentales, hasta que el manuscrito que lo registraba finalmente vio la luz pública. Desde entonces han predominado dos tipos de abordaje: la adhesión sin mayor discusión a lo que declara el relato de viaje y la utilización del relato de viaje como herramienta de propaganda política a favor o en contra de Santander. Es decir, el relato de viaje se convirtió en un sistema autorreferente al que los analistas no acertaban a agregar más que algún detalle o en un escenario de disputa al que se trasladó la lucha partidaria que libraban los miembros de las academias de historia. Lejos de esa doble encrucijada, lo que me propuse fue el escepticismo como principio de análisis y el distanciamiento del objeto como lugar de enunciación. En términos coloquiales, traté de asumir la perspectiva del recién llegado, de quien se acerca con curiosidad desprevenida a una realidad desconocida, pero con la capacidad de poner en duda la sinceridad del informante.

      Por ese camino emergió el lado más personal de Santander, el que no aparece en los documentos oficiales, el que anda a la sombra del hombre de las armas o el gobierno. Por primera vez en su vida adulta, el “Hombre de las Leyes” experimentaba el sabor de la independencia, los placeres de la vida cortesana y el orgullo del reconocimiento internacional. Aunque en teoría era el Santander privado, despojado de su cargo y su uniforme, nunca dejó de ser el animal político que sacaba ventaja de cualquier situación en pro de su ser público, no en vano fue llamado del destierro para asumir la presidencia sin siquiera postularse. En este libro el lector encontrará la versión más resiliente de un sujeto que logra reconstruirse en un nuevo contexto movilizando los recursos que le habían tocado en suerte.

      El relato de viaje es la fuente primera y primaria del viaje. El manuscrito del Diario del General Santander en Europa y los Estados Unidos: desde que salió proscrito de Bogotá, el 15 de noviembre de 1828, hasta que volvió a pisar tierra colombiana en Santa Marta, el 17 de julio de 1832 ha sido publicado tres veces desde 1963 hasta 1989;2 la edición consultada para los fines de esta investigación es la primera, referenciada en adelante con la forma corta Diario. El relato es la fuente conductora del viaje y al mismo tiempo el puente a otros documentos: a él se conectan las cartas que Santander envió y recibió durante el destierro, los artículos que escribió o declaró haber leído, y las tarjetas que intercambió con sus anfitriones en Europa. El cruce de fuentes permite capturar al personaje en varios registros: en el tono autobiográfico del diario, en la intimidad de la conversación epistolar, en la formalidad protocolaria del billete de visita o en el discurso calculado del comunicado de prensa. Gracias a iniciativas editoriales como el Archivo Santander y la colección bibliográfica de la Fundación Francisco de Paula Santander, la mayoría de las fuentes consultadas ya había sido reunida y publicada en beneficio de pesquisas como la presente, otras fuentes inéditas apenas ahora son incorporadas al problema de estudio.

      La visión multifocal del objeto a través de distintos géneros textuales permitió desvelar un Santander de matices. El hallazgo de ese personaje polifacético no solo es atribuible a las diversas fuentes, sino también a la perspectiva multidimensional inspirada en la obra Literatura en movimiento de Ottmar Ette,3 quien invita a entender el viaje como un objeto de varios estratos en vez de una sola capa de información. Ese tratamiento transversal aparece aquí desarrollado a través de cuatro puntos de vista, que se corresponden con el mismo número de capítulos del libro. El primer apartado estudia el marco discursivo en el que se inscribe el Diario; el segundo estudia el viaje como práctica a lo largo de cinco etapas: la partida, el recorrido, la parada, el regreso y la recepción; el tercero estudia el Diario como representación textual a través de sus diferentes componentes narrativos; y el cuarto estudia la representación mental que Santander se formó de sí mismo y de los otros, en el entendido de que lo que se dice de los demás es también una autorrepresentación.

      Este libro es parte de la tesis doctoral “‘Mal hace de no venir a Europa quien tiene algunas proporciones’: el viaje de Francisco de Paula Santander al Viejo Mundo, 1829-1831”, sustentada en el 2019 ante la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín, bajo la dirección del profesor Yobenj Aucardo Chicangana Bayona. Agradezco a la Universidad del Rosario su publicación y a todas las personas e instituciones que contribuyeron a la realización de la investigación que le dio origen; en particular a Colciencias, por el apoyo económico a través del programa de becas para doctorados nacionales; a la Biblioteca Luis Ángel Arango, la Sala Patrimonial de la Biblioteca Eafit, la Biblioteca Carlos Gaviria de la Universidad de Antioquia, la Biblioteca Nacional de Colombia, el Museo Francisco de Paula Santander, el Museo Nacional de Colombia y el Museo de la Independencia, por proporcionarme el material de consulta; a mi director de tesis, por la acertada orientación del trabajo hasta su publicación; y por último, pero primero en el corazón: a mi familia, por el amor de todos los días.

      Notas

      1 Roger Chartier, “¿Existe una nueva historia cultural?”, en Formas de historia cultural, editado por Sandra Gayol y Marta Madero (Buenos Aires: Universidad Nacional de General Sarmiento/Prometeo Libros, 2007), 41.

      2 1ª ed.: Francisco de Paula Santander, Diario del General Francisco de Paula Santander en Europa y los EE. UU. 1829-1832 (Bogotá: Banco de la República, 1963); 2ª ed.: Francisco de Paula Santander, Diario del General Francisco de Paula Santander en Europa y los EE. UU. 1829-1832 (Bogotá: Editorial Incunables, 1984); 3ª ed.: Francisco de Paula Santander, Santander en Europa [edición aumentada] (Bogotá: Fundación Francisco de Paula Santander, 1989).

      3 Ottmar Ette, Literatura en movimiento. Espacio y dinámica de una estructura transgresora de fronteras en Europa y América (Madrid: CSIC, 2008).

       El ancla: las referencias conceptuales

      Santander estaba inscrito en una tradición que lo antecede en varios siglos. Escribir el viaje era una práctica instalada en el sistema administrativo español desde el Renacimiento. Como mostró Carlos Alberto González, “la alianza entre gobierno y escritura está ligada a los orígenes del ‘Estado Moderno’ y al sedentarismo y burocratización de sus instituciones”.1 Según González, escribir no era apenas una decisión personal, sino una imposición por parte de las autoridades hispánicas de informar todo cuanto sucediera, oyera o viera el viajero, en desarrollo de la empresa que le había sido encomendada. Frente a unos hechos que por distantes escapaban al control del gobernante, la escritura apareció como una vía de comunicación invaluable para el ejercicio del poder, de ahí la intensa circulación de todo tipo de documentos, cartas, mapas, etc., entre España y los territorios de ultramar, producto ya fuera de exploraciones geográficas, campañas militares, expediciones de reconocimiento, misiones religiosas y gubernamentales, o de la colonización de las regiones conquistadas. La avidez informativa tuvo su momento más alto durante el mandato de Felipe II, a quien González definió como un estadista papelero, artífice de la burocracia moderna. Preocupado por la pobreza informativa sobre el mundo americano, Felipe II puso en marcha una recogida sistemática de datos, que, entre otras disposiciones, ordenaba que

      Los descubridores por mar ó por tierra hagan comentario é memoria por días, de todo lo que vieren y hallaren, y les aconteciere en las tierras que descubrieren; é todo lo vayan asentando en un libro, y despues de asentado,

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